Sociedad y Justicia
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Dejaría un daño político mayor que la línea 12 del Metro, dicen

Inviable, ampliar el aeropuerto del DF hacia el lago de Texcoco

La tierra es salitrosa, hay grietas y ondulaciones, indican especialistas

 
Periódico La Jornada
Lunes 25 de agosto de 2014, p. 43

Ampliar el aeropuerto de la ciudad de México hacia la zona nororiente, como lo ha propuesto el gobierno federal, no es viable por las características físicas del subsuelo del ex lago de Texcoco: desnivelaciones, salitre, resequedad, consolidación, agrietamiento y ondulaciones, afirmaron especialistas en el tema.

Manuel Frías Alcaraz, ingeniero civil egresado del Instituto Politécnico Nacional y autor del proyecto México del Tercer Milenio, aseguró que si las autoridades toman la decisión y construyen o amplían el aeródromo en esos terrenos, “podría tener un costo político-económico mucho más elevado que el de la línea 12 del Metro.

Tan sólo las actuales terminales del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) presentan continuos hundimientos del subsuelo, lo cual ocasiona severas inundaciones y afectaciones en la infraestructura aeroportuaria. Ahí tenemos de ejemplo la Terminal 2, con constantes y progresivas deformaciones en su estructura.

Señaló que se requiere de un aeropuerto nuevo, el cual fomente el desarrollo del país. Si persisten en ampliar el actual o bien lo construyen en el ex vaso de Texcoco, no es factible, ya que la zona lacustre está muy dañada y hay mucho salitre, es una salinidad que corroe y destruye las instalaciones, se puede controlar pero no eliminar, porque no es un fenómeno, es un problema natural.

Insistió en que desde el punto de vista ambiental y de distancia con la mancha urbana, uno de los mejores lugares para la construcción de la nueva terminal aérea sería a 16 kilómetros al oriente de Calpulalpan, Tlaxcala, en el límite con el estado de Hidalgo.

Las propuestas oficiales

En diciembre del año pasado, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, anunció que ante la saturación operativa del aeropuerto capitalino se ampliará en 5 mil hectáreas de terrenos federales, ubicados en el bordo Oriente, que abarcan tierras del Distrito Federal y del estado de México, sin que esto anule la posibilidad de construir otra terminal ni el cierre de la actual.

En su momento, dijo que la inversión para la obra no estaba definida, pero que tenía muchas fuentes de financiamiento propio, como los terrenos federales, los ingresos del AICM y podría haber un bono financiero que se analizaría con la Secretaría de Hacienda.

Sin embargo, en abril de este año, en el anuncio del Programa Nacional de Infraestructura del gobierno federal, el secretario de Comunicaciones citó el proyecto de ampliación del aeropuerto de la ciudad de México, el cual, aseguró, estaba siendo evaluado y que, de resultar favorable y factible su realización, el monto de inversión sería unos 120 mil millones de pesos, monto que, indicó, no se tenía previsto.

Para José María Nava, coordinador de la licenciatura de arquitectura de la Universidad Iberoamericana (Uia), “las tierras del oriente de la ciudad no brindan el mejor subsuelo posible, son muy arenosas, ya que era el lago de Texcoco y la zona se inunda, por lo que se recomienda que la nueva construcción sea en los límites de Hidalgo con el estado de México.

La dimensión y la importancia de la ciudad de México como punto de conexión entre Norte y Sudamérica, indicó, hacen que sea deseable económicamente para nuestro país y particularmente para la zona metropolitana tener un nuevo aeropuerto de calidad internacional, actualizado pero acompañado de un buen proyecto de movilidad.

Añadió que con la cantidad de gente y el impacto económico que significa un aeropuerto en el país, no sería incorrecto pensar en más de una terminal, una de vuelos nacionales y otra que se destinara a internacionales.

Ambos especialistas argumentaron que las autoridades también deben considerar un proyecto de infraestructura de movilidad que incluya trenes y construcción de autopistas, que permitan a la ciudadanía trasladarse no sólo en automóvil o taxis, sino de una manera económica, esto es también parte de edificar una terminal de alto impacto.