Opinión
Ver día anteriorMartes 19 de agosto de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Educación, asignatura pendiente

Crisis en el sector

A corregir errores

U

na de las asignaturas pendientes del gobierno federal con la ciudad de México es la administración del sistema educativo. El problema entre la SEP y el GDF, aunque se ha suavizado con el gobierno de Miguel Ángel Mancera, no parece tener una solución que permita que el conflicto deje de afectar a muchos miles de niños en esta ciudad.

En el Distrito Federal hay 435 escuelas que se construyeron en zonas de riesgo y que datan de cuado menos cuatro décadas, pero no cuentan con el mantenimiento necesario para corregir muchos de sus problemas, porque los desacuerdos entre esas instancias no concluyen.

Hace no mucho tiempo, un estudio de la Secretaría de Educación del Gobierno del Distrito Federal señalaba que en esta capital hay cerca de un millón y medio de estudiantes en prescolar, primaria y secundaria, y los recursos que asigna la SEP para las 2 mil 781 escuelas de educación básica, que integran 4 mil 555 planteles –es decir, en una sola escuela pueden coexistir hasta dos planteles con diferentes nombres–, son cada vez menores respecto de las crecientes necesidades del sector.

El asunto, creíamos, era una cuestión que obedecía nada más al conflicto del que nos ocupamos, pero no, ahora sabemos que en todo el país el sistema educativo es un desastre, y no sólo es culpa de Elba Esther Gordillo, por más que sea una de las principales causantes de la desgracia.

Si las autoridades federales fueran tan benévolas con la educación pública como son con las grandes empresas, a las que no les cobra impuestos o les regala el país a trozos, seguramente nuestra historia sería diferente. Pero no, mientras la Federación destina migajas presupuestales a resolver el problema educacional, los dueños del dinero buscan formas de esquivar el pago de impuestos que son necesarios para tener a las escuelas en otra situación.

Para dejarlo claro: según el Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica, en el DF hay 172 planteles que tienen techos de lámina de asbesto, metálica o de cartón; otra decena tiene techos de tierra con viguería, otros de teja y dos donde los niños toman clases bajo palma, paja, madera, tejamanil o a cielo abierto.

Por eso se habla de que para corregir el terrible error que engendró la locura de Vicente Fox y los odios patológicos, enfermizos, de Calderón contra los habitantes del DF, lo cual significa reparar las escuelas y construir las que ahora se requieren, es necesario invertir cuando menos 6 mil millones de pesos, lo cual no está dentro de ninguno de los presupuestos que se aplican en este momento.

Así pues, mientras el conflicto avanza y los esfuerzos del gobierno de Miguel Ángel Mancera para contribuir con la posibilidad de que los estudiantes del DF tengan las mejores herramientas para su desarrollo, el esquema neoliberal que sostiene el gobierno de Peña Nieto hace lo propio, se diga lo que se diga, para seguir menguando la educación pública. Cosa de echar ojo a los números: las escuelas privadas son 2 mil 909, es decir, más que las que tiene registradas la Secretaría de Educación del DF. ¿O qué, es pura casualidad?

De pasadita

Por ahí cuentan que muchos perredistas, ahora sí, están haciendo maletas para salir de la organización nada más se diga que el chucho Navarrete presidirá el partido, pero de eso, allá en las alturas partidistas, ni quien quiera darse cuenta. Hablan y hablan de que habrá un corriente líder en el DF, mejor dicho, que René Bejarano y su IDN perderán la hegemonía en la ciudad y que será alguno de los brazos de Nueva Izquierda la que logrará apoderarse de la ciudad. Lo que no nos dicen es que en las calles ni con todo el dinero del mundo –de otra cosa no se trata– lograrán los chuchos ganar una elección. Sí hay memoria.