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Los hobbits es una invención de JRR Tolkien, señala experto en el autor británico

El Señor de los Anillos es tan popular hoy como cuando se publicó hace 60 años

Sentó las bases de la literatura fantástica, dice un fan del escritor durante una visita temática por la Universidad de Oxford

La novela apareció en tres partes a partir del 29 de julio de 1954

 
Periódico La Jornada
Martes 29 de julio de 2014, p. 8

Oxford, 28 de julio.

Aventura, sangrientas matanzas, un poderoso anillo y cuatro pequeños héroes llamados hobbits: la epopeya fantástica de El Señor de los Anillos es hoy tan popular como hace 60 años, cuando el escritor británico John Ronald Reuel Tolkien publicó su primera entrega.

“Debido a sus numerosas capas, El Señor de los Anillos es algo así como la obra que sentó las bases de la literatura fantástica”, sostiene Mark, un fan de Tolkien, dejando patente la fascinación que aún despiertan las aventuras de Frodo y compañía. El joven neoyorquino, que realiza una visita temática por Oxford, considera que en los libros aparecen todos los arquetipos y, además, es entretenido, está bien escrito y cuenta con una larga historia previa.

Vencer al mal

Tolkien, quien impartía clases de inglés en la prestigiosa universidad británica de Oxford, escribió allí tanto El Señor de los Anillos como su precuela, El Hobbit.

El autor empleó varios años en el primero, porque era un perfeccionista y reformulaba una y otra vez determinados pasajes, explica la guía del tour, Daniele Lucas. Cuando por fin terminó el libro, fue un gran éxito.

La novela, que se publicó en tres partes a partir del 29 de julio de 1954, debe su popularidad en gran medida al movimiento hippie de finales de los años 60 del siglo pasado. Los hippies adoraron el libro, afirma Lucas.

“Fumaban mariguana, al igual que los hobbits disfrutaban metiendo en sus pipas cualquier hierba. También gustaban mucho los elfos; lo fantástico siempre ha fascinado”, añade.

Elfos, dragones y espíritus ya eran populares desde finales del siglo XIX, y no sólo en la literatura inglesa. Tolkien se inspiró en esas historias para crear su obra, pero los hobbits son una invención suya, apunta Stuart Lee, experto en Tolkien de la Universidad de Oxford. No aparecen antes en ningún otro lugar.

Foto
Jonh Ronald Reuel Tolkien (1892-1973), en imagen tomada de la página electrónica www.tolkien.co.uk/page/Features+&+News/J.R.R.+tolkien

Estos héroes amantes de la bebida y cómicos sin pretenderlo salieron de la pluma de Tolkien como un reflejo de su personalidad.

“En una ocasión, dijo que él mismo era un hobbit”, cuenta la guía de la visita temática. A Tolkien le gustaba la comida sencilla, la ropa sencilla, añade. Además, le agradaba fumar en pipa y beber. Y mucho, al igual que estos pequeños seres de pies fuertes y velludos.

Los hobbits sólo abandonan la comodidad de sus hogares para destruir un poderoso anillo. Son héroes que no pretenden serlo, y ese también es un factor que hace que la trilogía guste, añade el neoyorquino Mark. Todos nos hemos sentido alguna vez un poco marginados. Y a cualquiera le gustaría conseguir lo que logra Frodo.

Nada menos que vencer al mal.

Tolkien no sólo describe la guerra entre distintos grupos, sino también la lucha que Frodo vive entre el bien y el mal. Y eso es algo con lo que todos tenemos que luchar, explica Tom. A su lado, la quinceañera Isobel cuenta que lee libros como El Señor de los Anillos porque, al igual que a otros adolescentes, a ella también le gusta evadirse en un mundo de fantasía. Por eso nos gusta tanto el género fantástico, explica.

En los años recientes, este tipo de literatura vive un nuevo auge, como pone de manifiesto, entre otros, la saga medieval Canción de hielo y fuego, que inspira la exitosa serie de televisión Juego de tronos. Según Daniele Lucas, el motivo principal es el descontento con el mundo moderno. Escapismo. Se busca huir de la realidad, pues no vivimos en el mejor momento, opina la guía.

Para Lee, el experto en Tolkien, en contraste, el escapismo por sí solo no explica el éxito del género fantástico. “Escapismo supone que cuando uno ha visto o leído algo, lo olvida rápidamente. El Señor de los Anillos no se olvida nunca. Es la obra con la que se compara cualquier libro fantástico”.