Sociedad y Justicia
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El gobierno sudanés la condenó a muerte por apostasía

Encomia el Papa valentía y constancia de Meriam Yahia en la defensa de su fe
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En esta foto, proporcionada por el diario vaticano L’ Osservatore Romano, el papa Francisco se reúne en la residencia de Santa Marta con Meriam Ibrahim, de Sudán, quien sostiene en brazos a su hija MayaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de julio de 2014, p. 37

Ciudad del Vaticano, 24 de julio.

El papa Francisco recibió este jueves en el Vaticano a la sudanesa Meriam Yahia Ibrahim Ishag, quien había sido condenada a muerte por apostasía al convertirse al cristianismo e indultada por presión internacional.

La mujer, de 26 años, llegó este mismo martes a Roma a bordo de un avión oficial italiano junto con su marido y dos hijos.

Poco después de aterrizar en la capital italiana la joven fue recibida por el papa argentino en su residencia del Vaticano, la casa Santa Marta, indicó la oficina de prensa de la Santa Sede.

La reunión duró menos de media hora y se desarrolló en un clima sereno y afectuoso, indicó en un comunicado oficial.

Francisco elogió el testimonio valiente y la constancia de la joven para defender su fe religiosa. Por su parte, la joven agradeció al pontífice el apoyo y el alivio que le ha dado a través de sus oraciones. Con este gesto, el papa quiso mostrar su cercanía, su atención y oración a todos los que sufren por su fe y especialmente a los cristianos que sufren persecuciones o restricciones en su libertad religiosa”, explicó en la nota el Vaticano.

Meriam estaba acompañada por su marido Daniel Wani y su dos hijos, Martin, de un año y medio, y Maya, quien nació hace dos meses en la cárcel en la que cumplía su condena.

Meriam Yahia Ibrahim Ishag, de padre musulmán, fue condenada a muerte el 15 de mayo pasado en virtud de la ley islámica en vigor en Sudán, que prohíbe las conversiones.

Casada con un cristiano y madre de un niño de 20 meses –que fue encarcelado con ella–, la joven también fue condenada a 100 latigazos por adulterio.

La interpretación sudanesa de la sharia considera adulterio la unión entre una musulmana y un no musulmán.

Amnistía Internacional la consideró una prisionera de conciencia. Finalmente, tras una ardua campaña de presión de la comunidad internacional hacia el gobierno sudanés, Mariam Yahya Ibrahim fue liberada y pudo viajar a Italia con su familia.