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En el orfanato había 200 niños de Jalisco; sólo han regresado 48: Fundación Find

Todos en Zamora sabían que Mamá Rosa manejaba la policía a su antojo: ONG

Hay temor fundado sobre tráfico de menores, señala una denuncia interpuesta en 2011

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Niños en las instalaciones de La Gran FamiliaFoto Ignacio Juárez
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Regado de cal en el piso del orfanato, durante la visita del gobernador michoacano, Salvador Jara Guerrero, y la directora del DIF nacional, Laura Vargas CarrilloFoto Iván Sánchez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 20 de julio de 2014, p. 12

María del Refugio Hernández tenía la esperanza de recuperar a su hijo en enero pasado, después de 10 años. La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco emitió una recomendación para que Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, Mamá Rosa, se lo entregara, pero la fundadora y directora del albergue La Gran Familia se negó a acatar la disposición 01/2014V.

“Así había muchos casos. Mamá Rosa no quería regresarnos a nuestros hijos”, dice la madre angustiada, quien a partir de que la Procuraduría General de la República llevó a cabo un operativo para rescatar a cientos de menores, ha buscado a su hijo Salvador Alejandro, actualmente de 17 años.

El caso de María del Refugio es ejemplo claro de la inoperancia de las instituciones del Estado, que se supone tienen como objetivo proteger a la infancia, y de la falta de control, registro y vigilancia de los cientos de albergues que funcionan en el país sin la menor supervisión de las autoridades.

Hace 10 años, el Estado le quitó la tutela de sus hijos porque eran maltratados por su marido, quien trabajaba de machetero, recogiendo escombros en el municipio de Tonalá. La pobreza extrema hizo el resto. Salvador Alejandro y Mayra Marisol fueron enviados primero al Consejo Estatal de la Familia (CEF) y luego separados para ser reubicados, en una especie de viacrucis por varios albergues de dudoso funcionamiento.

Pagos para hacer visitas

María del Refugio sufrió la violencia de su esposo y además la ausencia de sus hijos. Durante meses no le permitieron verlos, ni siquiera saber dónde estaban. Luego se enteró de que el CEF los envió primero al albergue Hijos de los Presos, cuestionado por sus métodos de tutela y cuidado de los niños.

De allí pasaron al albergue Agua Azul, donde estuvieron varios años, y posteriormente a la casa hogar Villas Miravalle, en Guadalajara, que a su vez envió hace cuatro años a Salvador Alejandro a La Gran Familia.

A partir de entonces, María del Refugio sólo ha podido visitar a su hijo –mediante un pago previo de 4 mil pesos– cada seis meses, por orden de Mamá Rosa, quien desde enero, en represalia por la recomendación de Derechos Humanos, no le había permitido verlo.

“Me enteré por la tele del operativo en el albergue. Desde entonces estoy buscando a mi hijo, pero me dijeron que no me moviera, que ya lo traen para Guadalajara”, dice en entrevista con este diario.

Las imágenes del interior del lugar no la han sorprendido, pues siempre observó la suciedad e insalubridad en que vivían los niños; también supo de los castigos corporales, abusos sexuales, físicos y sicológicos que supuestamente sufrían algunos internos. “Mamá Rosa es muy déspota. Les gritaba, los traía en la joda con radio en mano. Ella controlaba todo y claro que sabía lo que pasaba”, dice.

Durante las visitas no podía hablar a solas con su hijo porque siempre había un cuidador escuchando: No platicaba a gusto con él, por eso no podía contarme todo lo que pasaba, pero yo como quiera me enteraba por fuera. Todo mundo sabía. Era un secreto a voces.

María del Refugio espera con ansia el momento de poder abrazar a su hijo, pero otras madres no han corrido esa suerte, según denuncias presentadas desde 2011 por la Fundación Find, por retención ilegal, desaparición, trata de menores y explotación sexual, documentos a los que ha tenido acceso La Jornada.

Con fecha 13 de junio de 2011, una de las denuncias señala: Que existen muchísimos niños de Jalisco los cuales son derivados a casas asistenciales fuera del estado que no se tiene control sobre ellos y que además muchos de ellos son explotados laboralmente como es el caso de los menores que se encuentran en el albergue de Zamora Michoacán Mamá Rosa, así mismo se tiene temor fundado de que estén siendo víctimas de abuso sexual y tráfico de menores, toda vez que muchos de los niños institucionalizados de Jalisco han escapado de ese albergue y 90 por ciento de todos los internados son del estado de Jalisco a los cuales no se les ha resuelto su situación jurídica.

Juan Manuel Estrada, director presidente de la Fundación Find, organización no gubernamental dedicada a localizar y rescatar niños robados o desaparecidos, no tiene duda: contra Mamá Rosa, fundadora y directora del albergue La Gran Familia, se constituye, entre otros, el delito de trata de menores: “Hay decenas de niños desaparecidos. Mamá Rosa tenía 200 de Jalisco y sólo han regresado 48. ¿Dónde están los demás? Allí había desde hace décadas abusos sexuales, trata, trabajos forzados; permitía todo tipo de vejaciones, menores secuestrados... ¿Qué espera la PGR para girar las órdenes de aprehensión y detener a Mamá Rosa y sus cómplices?”

Secreto a voces

Asegura que las denuncias surgieron desde hace más de 30 años y que nadie hizo nada por el poder que Mamá Rosa fue acumulando: “Era un secreto a voces. Estos hechos no son recientes, fueron denunciados desde hace muchos años. Todo mundo en Zamora sabía lo que estaba pasando, lo que hacía Mamá Rosa, quien manejaba la policía a su antojo, y todo permitido por las autoridades de diferentes partidos durante muchos años y con el manto protector de las autoridades federales. Ella se convirtió en un ente de poder en Zamora. Exigía pagos a particulares. Los muchachos trabajaban y el dinero que ganaban lo tenían que entregar. Hay niños que eran obligados a prostituirse y a entregar sus ganancias a Mamá Rosa, como si fuera una madrota. Estamos recabando todos los testimonios para interponer las denuncias”.

Fernando tiene 17 años, viste camisa a rayas, pantalón negro y tenis. Usa lentes de sol. Dice que vivió sólo 20 días en el albergue de Mamá Rosa, pero fue suficiente para darse cuenta del infierno que era: “Desde el primer día El Chino, hermano de Mamá Rosa, me obligó a chupársela. Dijo que tenía que salir a prostituirme por la zona del acueducto. La mitad era para el albergue y la mitad para nosotros. Cada día le tenía que dar 400 pesos. Y nos tenía amenazados, si intentábamos escapar nos echaba a la policía. Si no hacía lo que decían nos encerraban en el cuarto de castigo que le decían La chirona, donde nos golpeaban”.

Cuenta que finalmente logró escapar. Ahora vive en Guadalajara, donde la Fundación Find prepara las denuncias contra Mamá Rosa: “Ella sabía todo, les daba las órdenes. Cuando me ponían a lavar los platos en la noche El Chino empezaba a agarrármela, me obligaba a hacerle sexo oral y eso no me parecía bien, me decía que si aceptaba me daría pan y dulces. Ya no aguanté los golpes ni la comida echada a perder que nos daban, hasta que me escapé”.

De la lista de niños y adolescentes desaparecidos, la Fundación Find señala el caso de Jorge Armando Segura, cuya averiguación previa 2615/2011 sostiene que fue rescatado del albergue Hijos de los Presos y entregado al ex gobernador Emilio González Márquez, pero el Consejo Estatal de la Familia posteriormente lo trasladó al albergue de Mamá Rosa cuando tenía siete años.

María del Refugio, por lo pronto, logró abrazar a su hijo después de tanto tiempo. La acompañó el hermanito de nueve años de Salvador Alejandro, quien no hablaba, sólo repetía que ya quería irse a su casa.

Les tomaron pruebas de sangre para los exámenes de ADN, aunque aún no le entregan al chico: “Me dijo que no lo abusaron sexualmente, pero que todo lo que pasaba en el albergue ya estaba saliendo en las noticias. Así como lastimó a tantos niños, a Mamá Rosa la deberían dejar tras las rejas. Es lo que se merece, pero dicen que no le van a hacer nada”.