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La Jornada en Brasil 2014

Entre los temas memorables está el mordisco de Suárez y la goleada alemana a Brasil

La gesta de anotar 16 goles en mundiales de Klose eclipsa las anécdotas de la Copa

Costa Rica y Colombia protagonizaron gratas sorpresas y se impusieron a las adversidades

James Rodríguez fue una revelación y el mundo reconoce su talento y aplaude la Bota de Oro

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de julio de 2014, p. 8

Río de Janeiro, 13 de julio.

Del mordisco de Luis Suárez a la humillante derrota del anfitrión Brasil; de la rápida eliminación del ex campeón España a la trágica lesión del astro Neymar; de las gratas sorpresas que representaron Costa Rica y Colombia, que además pudo coronar a James Rodríguez como líder goleador del torneo; de otra triste Copa para Lionel Messi a la primera selección europea que se corona en América... el Mundial de Brasil 2014 tuvo varios sucesos que pasarán a la historia ya sea por inéditos, increíbles o, sencillamente memorables.

Sin embargo, la hazaña de Miroslav Klose parece eclipsar todo: el polaco naturalizado alemán se convirtió en el máximo anotador en la historia mundialista, al llegar a 16, uno más que el brasileño Ronaldo.

En otras marcas de la Copa, Messi consiguió el Balón de Oro como el mejor del Mundial, mientras que el alemán Manuel Neuer recibió el Guante de Oro al arquero más destacado. Apenas concedió cuatro goles en siete partidos.

El alemán Thomas Müller fue elegido como el segundo mejor jugador, mientras que Arjen Robben se llevó el Balón de Bronce.

A su vez, James Rodríguez terminó con la Bota de Oro, al ser el máximo goleador con seis dianas.

El premio al mejor futbolista juvenil fue para el francés Paul Pogba y Colombia recibió el galardón del juego limpio.

Luis Suárez llegó a Brasil con lo justo. Recién recuperado de una cirugía de rodilla, el artillero uruguayo no jugó el primer partido ante Costa Rica, una inesperada derrota 3-1 que dejó a la Celeste en la cuerda floja. Pero el ariete no sólo disputó el segundo partido, sino que metió los dos goles en el triunfo 2-1 sobre Inglaterra que encaminó a Uruguay.

Todo pintaba para una gesta épica del delantero, pero en el duelo ante Italia dio un mordisco al hombro izquierdo del italiano Giorgio Chiellini, en una de las imágenes más difundidas del certamen.

El marcador final entre Alemania y Brasil parecía una broma: 1-7. Ese partido en el estadio Mineirao de Belo Horizonte quedará tatuado en la memoria colectiva del Scracht. No sólo fue el fin del sueño del local, que anhelaba levantar su sexta copa el domingo en el estadio Maracaná, sino que fue una cachetada impensable para la nación que se jacta de amar el futbol más que ninguna otra, la cuna de leyendas como Pelé y Garrincha.

Neymar, la gran esperanza de Brasil, se salvó de la humillación del 1-7, aunque no por decisión propia. El rostro de la selección brasileña, omnipresente en el país en campañas publicitarias de todo tipo, quedó marginado prematuramente del torneo por una fractura de vértebra que sufrió ante Colombia.

Si (el golpe) hubiera sido dos centímetros más hacia el centro podría estar en una silla de ruedas, relató después Neymar.

España tenía uno de los grupos más complicados del Mundial con Holanda, Chile y Australia. Y su primer partido era precisamente ante los holandeses, el rival al que venció hace cuatro años en la final en Sudáfrica. De todas formas, su eliminación en primera ronda, y sobre todo la forma en que sucedió, fue una de las grandes sorpresas.

Cuando se realizó el sorteo del Mundial en diciembre, el grupo D llamó la atención de inmediato por ser el primero en la historia con tres ex campeones mundiales: Italia, Uruguay e Inglaterra. Costa Rica, la pequeña nación centroamericana que disputaba el campeonato apenas por cuarta ocasión y nunca había superado la segunda ronda, redondeaba un sector en el que parecía el convidado de piedra, pero por primera vez en su historia avanzó a cuartos.

Colombia llegó a Brasil envuelta en dudas por la baja de su goleador Radamel Falcao, quien no alcanzó a recuperarse de una lesión de rodilla. Pero el equipo de José Pekerman tenía otra estrella lista para brillar, y lo hizo más que cualquier otra: James Rodríguez, al final el máximo goleador.