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En al­gunos casos, aumentó el nivel de pobreza de personas involucradas, señala

Reconoce la CDI fracaso de proyectos productivos aplicados en grupos indígenas
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de julio de 2014, p. 13

Admitió que esquemas que operaban por separado hasta 2013 tuvieron como resultado organizaciones sin acceso al financiamiento de los agentes productivos y muy propensas al fracaso, finanzas débiles de la empresa, alta presencia de intermediarismo comercial y escasa innovación.

Conforme al diagnóstico que envió al Congreso de la Unión para justificar la creación del Programa para el Mejoramiento de la Producción y Productividad Indígena, que consolida los esfuerzos de seis esquemas federales –entre ellos coordinación para el apoyo a la producción indígena, turismo alternativo en zonas indígenas y organización productiva para mujeres indígenas– hay, además, insuficiente promoción comercial de productos, ausencia de capacitación técnica, empresarial y estratégica para cada proyecto.

Condiciones laborales

En un amplio documento, la CDI reconoció, con base en resultados del Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas 2010, que más de 45 por ciento de los hombres y 18 por ciento de las mujeres de estas comunidades se dedican a las actividades agropecuarias, ante la falta de acciones que les permitirían tener mejores condiciones laborales. Y a partir del informe que presentó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) sobre los programas que solían atender a la población indígena con proyectos productivos en el tema de capacitación, dio cuenta de los resultados obtenidos:

Para el programa de organización productiva para mujeres indígenas, hasta 2012 sólo capacitaban a tres de 10 usuarias, mientras en el de turismo alternativo, la capacitación rebasó 40 por ciento de lo planeado para ese año, pero sólo se tomaron en cuenta las solicitudes presentadas para ello. Únicamente 4.2 por ciento del gasto, en ese caso, se utilizó para acciones de formación y fortalecimiento.

En tanto, en el proyecto de fortalecimiento de capacidades indígenas hace dos años hubo una disminución entre el presupuesto planteado y el ejercido, pues de 64.4 millones de pesos se aplicaron 59.8 millones, y no hay datos disgregados sobre el recurso invertido en capacitación empresarial.

Según el Programa Especial de los Pueblos Indígenas 2014-2018 un reto adicional en la comercialización es la baja productividad de los proyectos indígenas, ante una falta de preparación.

Además de que los programas enfocados al ámbito productivo presentan problemas en la gestión y producción, pues hay poblaciones que no pueden ajustar sus proyectos a las especificidades de los programas, teniendo que recurrir a técnicos que pueden tener intereses propios.

Sumado a lo anterior, las propuestas de proyectos productivos presentadas para acceder a recursos federales suelen no estar correctamente ligadas a los apoyos ofrecidos o carecer en materia de formación de expediente de solicitud, por lo que no son aprobados. Y cuando lo consiguen no son ejecutados por los beneficiarios. En el caso de apoyos productivos que ha otorgado la CDI se ha identificado una fuerte presencia de gestores sociales, quienes pueden presentar proyectos, pero cuya planeación no está completa hasta que se aprueban los recursos. Esto les ga­rantiza que no invierten sin la seguridad de que podrán ganar una comisión.

La comisión para el desarrollo de los pueblos indígenas coincidió con distintos estudios de que pequeñas empresas tienden al fracaso, entre otras razones, porque no hacen análisis de factibilidad social, organizativa, técnica, económica, financiera y ambiental.

Puso de ejemplo que en el estado de Hidalgo se reportó que fracasó más de 10 por ciento de los 2 mil 560 proyectos apoyados entre 2005-2012 a través del programa Opciones Productivas. Consideró común afirmar que una de las causas de dicha situación es la falta de seguimiento puntual a los beneficiarios para asegurar su consolidación.