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Instalan vecinos campamento para evitar más invasiones en el Molino

El predio en Iztapalapa era para servicios de la comunidad pero ha sido ocupado de forma ilegal

Todo mundo se mete y reparte los terrenos sin que las autoridades lo eviten, denuncian

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El llamado cinturón verde del Molino de San Lorenzo ha sido invadido paulatinamente por construcciones irregulares. Los habitantes exigen que ahí se levanten escuelas y hospitalesFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de julio de 2014, p. 31

Un predio de más de 15 hectáreas, conocido como el cinturón verde del Molino de San Lorenzo Tezonco (una de las colonias más pobres de la delegación Iztapalapa) ha sido invadido paulatinamente de manera irregular durante los años recientes, a pesar de estar destinado para la dotación de servicios y equipamiento de la comunidad.

Así lo denunciaron los colonos del lugar, que ante la intención de una nueva ocupación crearon un frente e instalaron un campamento para resguardar el lugar y exigir a las autoridades de la delegación Iztapalapa y del Gobierno del Distrito Federal que desarrollen varios proyectos, como una escuela de artes y oficios, una casa del adulto mayor y un hospital geriátrico, entre otros.

La colonia, integrada en su mayoría por unidades habitacionales, se formó en los terrenos de la ex hacienda El Molino, ubicada en los límites con las delegaciones Tláhuac y Xochimilco, a raíz de la necesidad de vivienda y la lucha social que dieron sus moradores después de los sismos de 1985.

Rafaela Romo, de la unidad Nueva Generación, explicó que desde 1993 se emitió un acuerdo en el Diario Oficial de la Federación, en el que se especifica que el predio llamado cinturón verde –que va de la calle de Piraña a Canal de Chalco– se destina a equipamiento urbano y servicios.

El acuerdo fue ratificado en 2008 por el gobierno capitalino y por la delegación Iztapalapa, a fin de que en este espacio se desarrollaran áreas deportivas, juegos infantiles, instalaciones de salud, centros culturales y pedagógicos, escuelas, mercados y hasta una iglesia.

Sin embargo, en su lugar se han levantado construcciones irregulares de distinta índole, entre ellas, locales comerciales con viviendas incluidas en los segundos niveles, un kínder privado y un estacionamiento. Aquí todo mundo se mete, se reparten los terrenos y empiezan a construir sin que ninguna autoridad ponga un alto, denunció la representante vecinal.

Durante una visita al campamento, los colonos hablaron sobre la necesidad de que se frenen las invasiones y se cumpla con el acuerdo de 1993. Aquí para llevar a los niños al médico tenemos que ir al hospital de Ermita y Tláhuac. Hacemos una hora si no hay tráfico, y el centro de salud más cercano está saturado, hay que llegar a las cinco de la mañana para que te atiendan a las 11, contó Guadalupe Romero, de la unidad Allepetlali.

Mario Hernández, de Nueva Generación, resumió la solicitud de la comunidad: Lo único que pedimos es que se nos dote de infraestructura, que se ocupe este espacio, aquí somos más de 35 mil habitantes, de ellos muchos son jóvenes que no tienen alternativas, y adultos mayores que están olvidados, apuntó.

Con el presupuesto participativo y con el programa de mejoramiento barrial, los vecinos han hecho adecuaciones en este espacio, como la colocación de juegos infantiles y canchas de futbol, pero las obras que necesitan requieren de recursos mayores. Nosotros también somos ciudadanos de primera, por qué rescatar sólo Presidente Masaryk y no voltear para acá, cuestionaron.