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La Jornada en Brasil 2014
Cosas del futbol

Adiós a Neymar

P

ésima noticia: a Neymar le quebraron la tercera vértebra a falta de tres minutos para la finalización del horrible partido contra Colombia. Un tanque humano apellidado Zúñiga lo embistió por la espalda con premeditación y alevosía. Fuera del Mundial y está por ver cómo queda su movilidad.

Preferible el mordisco del charrúa Luis Suárez que sufrir la fractura de una vértebra. Si a Suárez le cayeron nueve partidos de sanción más cuatro meses sin entrenar, qué le espera a Zúñiga: ¿cadena perpetua?

A Neymar le estuvieron dando candela todo el partido. Recordaba las cacerías que montaban los equipos para frenar a Pelé. La historia se repite: el arte futbolero no gusta a la FIFA, hay que castigarlo mientras se premia la rudeza.

Llegaron los cuartos de final y desapareció el futbol. Tensión e intensidad en cantidades industriales, pero se echó de menos al futbol. Alemanes, franceses, brasileños y colombianos deprimieron a partes iguales. Malas noticias desde Brasil 2014.

Desterrado el jogo bonito por órdenes de los últimos entrenadores que ha tenido Brasil, la canarinha es un conjunto vulgar que ni juega a la brasileña ni juega a la europea. Es un equipo con una tremenda crisis de identidad. Urge el diván.

Más sargentos de hierro que entrenadores, los Felipao Scolari, Mano Menezes, Dunga y compañía han hecho lo imposible por desnaturalizar el futbol brasileño. Ha sido una tarea de demolición realizada sin titubeos. ¡El jogo bonito ha muerto! ¡Viva el jogo bonito!

Que los dos mejores delanteros de Brasil hayan sido los dos defensas centrales, Thiago Silva y David Luiz, habla elocuentemente de la decadencia canarinha. Ellos metieron los goles, distribuyeron el juego y además se dedicaron a lo suyo, que es defender.

Fue el mundo al revés. Pero eso a Scolari le hace lo que el viento a Juárez. Este jueves declaró que los que no están de acuerdo con sus tácticas pueden irse al infierno.

Los cafeteros decepcionaron y apenas se vieron algunos destellos del zurdo James Rodríguez, sujetado sin contemplaciones por la zaga brasileña. El arquero Ospina se comió el segundo gol, pero también evitó tres o cuatro.

En el Maracaná los alemanes demostraron una vez más que son de los pocos equipos que ganan jugando bien y jugando mal. Ayer jugaron mal pero, a diferencia de los franceses, ganaron. Fue un partido digno del olvido.

Teutones y brasileños chocarán en semifinales y en esa instancia ya no hay favoritos con todo y que Alemania se ve mejor que Brasil, que además no contará con Neymar ni con su defensa y goleador, Thiago Silva. ¡Pésimas noticias!

Pesará también sobre los brasileños el viejo dicho que acompaña a los alemanes cada vez que saltan a la cancha: El futbol es un juego de once contra once en el que siempre gana Alemania.

Twitter: @josetxoZ