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Simone Dinnerstein Invenciones y sinfonías
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Simone al piano, Brooklyn, Nueva York, otoño de 1980
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Foto Lisa-Marie Mazzucco
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Periódico La Jornada
Sábado 5 de julio de 2014, p. a20

El abrir, lento y suave, de los pétalos rojos de una rosa. El gozo de su esplendor. Su acercamiento cálido, lento y suave. Su aroma que nos eleva. El vértice de la mundanidad cuando los pétalos se alargan hacia los lados: una sonrisa. Su acercamiento mayor, lento y suave, hacia nosotros: un beso, rojo, lento y suave.

Así se escucha la música de Bach.

Al teclado, Simone Dinnerstein despliega 15 sinfonías y 15 invenciones. El resultado: nuestro arrobamiento.

Frente a las teclas, esta hermosa pianista tiende mantos, lanza flores, cierra los ojos y llueven sobre ella pétalos rojos, que nos escancian.

El enamoramiento de Simone Dinnerstein, arrobada por la belleza insondable de la música de Bach, tiene un nuevo episodio: el disco Bach. Inventions & Sinfonias, que esplende en los anaqueles de novedades discográficas.

Estados mentales de sencillez y contento. Se logran en el fluir. Por cierto, Bach en alemán significa arroyo.

El fluir: ese estado de arrobamiento donde se pierde la noción del tiempo y del espacio, para quedar en un estado permanente de serenidad. En el aquí y ahora.

A eso suena la música de Bach y Simone lo despliega con sencillez y contento.

Las Invenciones y Sinfonías de Bach son en realidad ejercicios para estudiantes de piano. Así las concibió humildemente Bach, con el nombre de Clavier-Büchlein für Wilhelm Friedemann Bach. Humildad, he ahí el secreto: con actitud humilde, Simone Dinnerstein convierte esas lecciones en poemas, gemas talladas a mano, brazaletes bruñidos, juegos de abalorios que cobran certeza y verdad.

Las primeras 15 piezas de ese cuaderno figuran en el manuscrito original co-mo preámbulos. Hoy se conocen como invenciones.

En esos ejercicios se aprenden varias cosas, entre ellas a entrecruzar las voces, realizar inversiones temáticas (espejos, uno escucha claramente espejos, cuando la mano izquierda comienza a hacer lo que antes hacía la derecha y viceversa y otra vez se invierte y estamos del otro lado del espejo).

Las segundas 15 piezas del cuaderno bachiano tienen propósitos didácticos más elevados. Ahora las páginas están escritas a tres voces, la invención es libre y el vocablo sinfonía tiene un sentido muy genérico de organización musical, alusivo a la escritura en contrapunto, como apunta el experto Enrique Martínez Miura, quien reconoce que, en su versión, Glenn Gould aclara mucho la polifonía pero se muestra reacio frente a lo que considera una interpretación muy subjetiva.

Para el Disquero la me-jor versión grabada es la de Gould, un filósofo en el teclado, mientras que las versiones de su seguidora, Simone Dinnerstein, aparecen también entre las favoritas: http://goo.gl/DYD2SO

La muy poderosa música de Bach, ese autor cuyos coetáneos identificaban como un ser bueno, sencillo y noble, ha recibido todos los tratamientos imaginables desde su descubrimiento, que debemos a Mozart, pues durante su vida Bach no recibió el reconocimiento que hoy sí tiene.

El mayor retobo de la crítica musical frente a las interpretaciones de Bach en pianos contemporáneos (él escribió originalmente para clavecín) es el toque de romanticismo que muchos suelen imprimir; o bien toques de subjetividad, anacronismos, inexorabilidad rítmica, abuso de rubato, entre otras monerías.

La interpretación de Simone Dinnerstein ha quedado demostrada en su cabalidad, belleza y verosimilitud en sus grabaciones anteriores dedicadas a Bach, entre ellas Strange beauty: http://goo.gl/rYtn8K

Lo suyo es el arrobamiento, el furor, la poesía. El fluir.

Disfruten unos momentos de este disco con ella en vivo, en este link de YouTube (cuando el cronómetro del video marque 1:11, podrán escuchar el inicio de una de las inversiones, o espejos que suenan y al 1:33 podrán ver en los dedos de Simone cómo el espejo se mueve y pone el sonido a la inversa: los dedos de la mano derecha pasan a los de la izquierda el motivo melódico): http://youtu.be/en0qTJctDsY

Los dedos de Simone recorren el teclado.

Suena Bach en las bocinas y entonces la flor se abre más. Lenta y suave, mueve sus pétalos hacia arriba, hacia los lados. Sonríe. Se acerca. Hay un universo de paz interior, fluido de luz, magia y encanto en su mirada. Se acerca más, lenta y suave. El sonido de sus pétalos es rojo, es lento y es suave: un beso.

Así se escucha la música de Bach.

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