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El roquero traerá al Lunario “una fusión de Tijuana alrededor de Libre como el aire”

Soy neto, normal, agradecido... y con talento, dice Javier Bátiz

Lo que he buscado siempre no es la revolución, sino la evolución; en vez de protesta, ahora mis rolas son de unión y amor, afirma el guitarrista, que se presentará el 10 de julio

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Muchos componen bonito y tocan suave, pero ya no tocan rocanrol. En Tijuana tenemos la capacidad de que todavía tenemos el rocanrol en la sangre, dice Javier Bátiz. En la imagen, en una edición del Festival de jazz, rock y pop, en el Centro Cultural de esa localidad de Baja CaliforniaFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Martes 1º de julio de 2014, p. a17

Javier Bátiz es un sensei de la guitarra. En cada nota periodística se lee que ha sido el maestro de Carlos Santana. El dice que sólo es un músico neto, normal, agradecido... y con talento.

Pero lo mejor, “su honestidad, que es lo más importante. Si lo único que tienes en la vida es tu palabra y no la cumples, no tienes nada.

Lo que canto es lo que soy. Tengo la bendición de Dios para tocar, ser el personaje que hace brincar y cantar a tanta gente, dice a La Jornada con motivo de su próxima presentación, el próximo 10 de julio, en el Lunario del Auditorio Nacional.

El Brujo Bátiz es leyenda viviente de la música en México: en 1957 fundó en Tijuana el grupo Los T’JS, marcado por los sonidos del blues. Con él se gestó el primer movimiento de rock hecho en México. Su figura inspiró el nacimiento de bandas contestatarias, como Three Souls in my Mind, de Álex Lora. Desarrolló su carrera en la ciudad de México en los años 60: estuvo en Los Rebeldes del Rock, tocó en los primeros cafés cantantes surgidos en esa década; se presentó en el legendario Harlem, y fue el representante de aquella generación existencialista.

Ícono del rock con una treintena de discos

Bátiz era ya figura. Se presentó en el primer concierto masivo al aire libre en México, celebrado en la Alameda Central, en 1969. Desde entonces se le reconoce como el gran ícono del rock mexicano que cuenta con una treintena de álbumes, entre los que se pueden mencionar Javier Bátiz and the Famous Finks (1963), Radio complacencias (1985), El rock de los años 60’s (2001) y El Brujo en USA (2008).

Siente que sí ha sido reconocido en el medio rocanrolero, pero como no estoy con televisoras ni compañías de discos es difícil estar en el ojo del público, acusa.

Son los periódicos los que me han hecho sobrevivir, para que la gente pueda saber lo que hago y cómo lo hago, insiste.

El músico traerá al recinto de Reforma “un show que hicimos en Tijuana; una fusión de Tijuana alrededor de mi canción Libre como el aire”.

Explica: “Se trata de puros músicos y bailarines de mi ciudad. Todo mi show es sensacional. Si bien trabajo muy bien con lo músicos del Distrito Federal, los de Tijuana tienen un sonido diferente que encantará a todos. Todos tocan como yo”.

El viejo Bátiz de 70 años trae a un combo de niños en el que el más joven tiene 13 años y el más grande 18. “Yo comencé a tocar a los 12 años y desde ese tiempo toco como ahora, nomás que hoy estoy más maduro. Los chamaquitos son puro tijuanero. La gente que vaya a vernos no se la va a acabar porque es algo muy fregón lo que hacemos. Los músicos de Guadalajara, Mérida o Veracruz tienen su sonido y estilos propios; a eso me refiero: somos puros vatos de Tijuana, como yo, por lo se escuchará cañón. El vato del bajo tiene 18 años y toca perro y con el más chamaquito, de 13 en la batería, no te la acabas”.

Recientemente se ha dicho que muchas bandas actuales se han olvidado del sonido contestatario. Muchos componen bonito y tocan suave, pero ya no tocan rocanrol. En Tijuana tenemos la capacidad de que todavía tenemos el rocanrol en la sangre, asegura.

Bátiz recuerda que en los años setenta, estaba muy señalado por hacer rolas de protesta. Decía: éste quiere guerra, pero lo que he buscado siempre no es la revolución, sino la evolución. Mi manera de tocar ha evolucionado y mis canciones también. Ahora en vez de protesta, mis rolas son de unión, de ganas de amar, de paz entre todos, y alegría... tocamos muy bien ahora, por eso quiero motivar a la gente para que vaya a escucharnos.

Es una buena oportunidad de verlo y escucharlo porque no es que esté en retirada, pero mis giras ya no son como las de antes, cuando venía el Distrito Federal cada dos meses; ahora es más difícil. Antes era más ligero.

La banda del roquero trae a un tenor (Marco Antonio Labastida), cuatro metales, dos percusionistas (con tumbas y tarolas) y su eterna acompañante, Baby Bátiz. “Es un show precioso”, afirma quien una vez tocó con James Brown y para que la gente hablara de él se rapó las cejas y el pelo: Dijeron ese día: James Brown tocó muy bien pero este güey está loco. Andaba por la calle sin cejas y pelón, y asustaba a la gente, pero ahora con pelote (sus chinos característicos) se asustan más.

Por lo pronto, como dijo a la agencia Notimex, espera que un día a algún concierto llegue su amigo Carlos Santana para acompañarlo: Hace tiempo, cuando yo tocaba en algunos centros nocturnos de México, como en cinco bares, vino a visitarme (Santana); vino a muchas cosas, luego del 2000 para acá no nos hemos visto... Pero va a llegar el día, de repente va a estar ahí en algún concierto; ojalá sea ese día (en el Lunario), declara.

Después de esta presentación, que su equipo grabará para tener la posibilidad de inmortalizarlo en cedé y devedé, Bátiz cantará en Nueva York el 20 de julio y en Tijuana el 25 y 26, para que en septiembre ofrezca espectáculos en Texas y Dallas (Estados Unidos) y luego en Puerto Peñasco, Sonora.

Javier Bátiz, Libre como el aire se presentará en el Lunario. localizado en Reforma 50, Bosque de Chapultepec, costado poniente del Auditorio Nacional, el jueves 10 de julio a las 21 horas. Boletos disponibles en taquillas del Lunario, el Auditorio Nacional y Ticketmaster.