El Museo de Arte Moderno (MAM) retoma su participación en la Noche de Museos con un concierto de Vicente Rojo Cama, dentro del ciclo Bosque sonoro que el artista multimedia aprovechó para hacer una microrretrospectiva de su obra.

La función se inició en la entrada del edificio sala Gamboa, donde Rojo Cama instaló la ambientación sonora en ocho canales, Paisaje natural (2011), de 20 minutos de duración, para la que grabó todos lo sonidos que me llaman la atención del país, tanto de la naturaleza como de las ciudades, apoyado por una beca del Sistema Nacional de Creadores.

Este murmullo de tormentas, mares, selvas, cascadas, truenos, relámpagos, personas, fiestas, el festival Cervantino, ruidos de la calle, manifestaciones, estadios, Chapultepec, fue editado para escoger los sonidos que más le interesaban, sin modificarlos electrónicamente, ya que es el puro paisaje sonoro del país.

No se trata de una narrativa de copiar lo que hay afuera y reproducirlo tal cual, sino que hay una idea composicional atrás de la pieza. Es decir, hay una composición como me gusta trabajar y ver la música, expresa el egresado de la Escuela Superior de Música de París, con estudios posteriores en Barcelona, Nueva York y Stanford.

Música y performance

Luego, en la planta alta del edificio, Rojo Cama tocó Erótica II (1986), de ocho minutos, para globo inflado y violín.

En la actualidad la parte del instrumento está grabada en una pista, pero originalmente se tocaba a dúo. Esta pieza gusta mucho al entrevistado porque funciona como muestra de su trabajo para recibir becas e ir al extranjero. Además, existen varias grabaciones.

La tercera y última pieza, Instalación II (2003/2010), de alrededor de 20 minutos, fue interpretada por vez primera en tiempo real, ya que es la consecuencia de Instalación I, hecha para la serie televisiva Naturaleza quieta, dirigida por Carolina Kerlow y Marcos Límenes para Tv UNAM, que luego se editó en formato dvd.

Instalación II consta de tres proyectores de video, cuyo material se refleja sobre una gran pantalla, en que se yuxtapone y se mezcla, además de acompañarse de otra pista sonora. Rojo Cama interviene físicamente al pintar con aerosol una serie de pequeños soportes que cuelgan del techo. Mientras que la composición es de 2003, los videos son de 2010.

Desde los años 80 y 90 del siglo pasado, el artista trabajó con video, dispositivas y proyecciones, luego lo dejó hace un tiempo para concentrarse más en “la música, per se, o la composición”, sin tanto elemento visual.

Ahora lo retoma mediante el trabajo multimedia, con imagen y sonido, a raíz de los paisajes sonoros.

“Siempre he tratado de hacer música de índole experimental, centrada en la música electroacústica, electrónica, académica, por decirlo de alguna manera, pero desde hace muchos años hago también performance, acciones visuales, trabajo con artistas plásticos”, explica.

En contraste con los años 80, cuando Vicente Rojo Cama empezó a presentar su trabajo, y ese tipo de manifestación era mucho más novedosa, hoy el público en general “está preparado, lo recibe bien.

“Ya quisiera tocar –señala– con los recursos que tiene cualquier grupo de rock”.