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El arte nos muestra nuestros traumas y limitaciones, expresa el bailarín y coreógrafo

Música y danza sirven para la sanación humana
 
Periódico La Jornada
Sábado 21 de junio de 2014, p. a12

Pacientes que han recibido terapia de danza, músicos que tuvieron algún padecimiento mental, plantas y animales que reaccionan a diferentes tipos de música, y qué tanto influyen los padecimientos de los creadores en sus obras, fueron algunos de los temas que se trataron durante la conferencia Terapia y pathos en la música y la danza, que se realizó el jueves por la tarde en el seminario Arte y ciencia: terapia y pathos en el arte.

El bailarín y coreógrafo estadunidense Stuart Pimsler habló de su historia de vida, con la depresión por la muerte de su madre, los cambios de carrera, primero medicina y después derecho, hasta darse cuenta de que la danza era su vocación y que ahora ha convertido en elemento de sanación en Estados Unidos y México; aquí estuvo el año pasado y trabajó en los hospitales Xoco e Infantil.

No contó su historia, dijo, para que se sientan tristes por mí, sino ¡ojo!, es una forma de explicarles cómo el arte, en mi caso y en el de otros, sirve para enseñarnos nuestros traumas y limitaciones.

Presentó el proyecto que realizó en el North Memorial Medical Center, con pacientes que sufrieron algún accidente cerebrovascular, pero mirándolos de manera diferente, sin ver el expediente médico, escuchándolos, conociendo sus historias, y eso le dio confianza y ayudó en su curación.

Horacio Sentíes, neurólogo y pianista, llevó el tema no a la parte terapéutica, sino a cómo las personas con algún trastorno han podido superarlo y ser totalmente productivas. Quizá muchas han superado estas condiciones por el mecanismo de resiliencia, que es la adaptación hacia el estrés, factores genéticos, sustancias químicas, con el soporte, el amor, la familia, todo eso hace que el sujeto se vuelva resiliente y pueda, a través de otras cosas como el humor y la confianza, superar estos trastornos.

Entre los personajes de los que habló, se encuentran Beethoven, quien se dice que tenía neurosífilis, y de cierto una arritmia cardiaca; Mussorgsky, quien padeció alcoholismo y síndrome demencial.

El embajador Héctor Vasconcelos habló de cómo entre la creatividad musical y las perturbaciones emocionales y síquicas no hay una relación casual sino causal y ello se manifiesta a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, cuando cambia y del sentimiento religioso colectivo y la liturgia cristiana, además de las fiestas populares, se convierte en una expresión individual producto directo de la experiencia personal y la biografía del compositor.

Así, en el contenido de sus obras, los atributos personales, el carácter, las vicisitudes, los estados anímicos y las patologías del creador inciden de manera directa en su música. Como ejemplos mencionó a Mozart, Schumann, el pianista Arturo Benedetti y el violinista Yehudi Menuhin.