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Está encasillado, pero fue polifacético, dice Israel Ramírez

La celebración permite revisar a Huerta en todas sus expresiones

Este miércoles, la UNAM rendirá homenaje al autor en su centenario

 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de junio de 2014, p. a12

Efraín Huerta es un autor polifacético al que hemos encasillado; festejar por el centenario de su nacimiento es un buen momento para ver todas esas facetas, señala el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Israel Ramírez, con motivo del homenaje que este miércoles rinde la institución al autor de Los hombres del alba en el Anfiteatro Simón Bolívar del Colegio de San Ildefonso.

Efraín Huerta nació en Guanajuato el 18 de junio de 1914; una de sus vetas más conocidas es la de poeta, tanto por Los hombres del alba como sus Poemínimos; sin embargo, también fue crítico de cine y periodista, oficio que logra unir a su trabajo poético, agrega Ramírez, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Es un autor con una poesía muy cercana a los jóvenes; esto se debe, al menos, a tres cosas, “la primera es la cuestión temática: sus temas no son evidentemente los de la generalidad de la poesía mexicana o de la idea de la poesía mexicana mucho más canónica, sino temas que hablan de la ciudad de México, del día a día; no es para nada una reflexión metafísica.

Imagen opuesta a la del intelectual común

“La segunda es el humor, elemento no tan visible en la poesía mexicana, que siempre es mucho más solemne, más intimista, a lo mejor metafísica. No es que la poesía de Efraín Huerta no lo tenga, pero creo que lo tiene de otra manera.

“El tercer elemento es su actitud como poeta: la construcción de la imagen de Efraín Huerta como hombre de literatura es radicalmente opuesta a lo que habíamos entendido como el intelectual; por ejemplo, es tradicional que gran parte de los escritores de la primera mitad del siglo XX –y desde antes– se vincularan con instituciones culturales o el servicio exterior, y Huerta siempre optó por asumirse de forma inmediata como periodista, no como intelectual de la vieja guardia. Esta actitud de no creerse el gran poeta o el gran escritor lo hace ser más fresco, o por lo menos los lectores lo sienten más honesto”.

Foto
Efraín Huerta escribió la columna Close Up, dedicada a reseñas y a entrevistas sobre cine. Arriba, fotografía de Facha, julio de 1941Foto tomada del libro Efraín Huerta:
Iconografía
del FCE

Falta todavía conocer más esa parte relacionada con su trabajo como crítico de cine. “En las conferencias que se organizaron a finales de mayo, tanto Alejandro García como Carlos Ulises Mata, de la Universidad de Guanajuato, hablaban de toda la obra que queda por reunir de Efraín Huerta relacionada con la crítica cinematográfica. Decían que hay dos volúmenes, pero representan apenas unos cuantos años de su trabajo, y hacían una perspectiva más o menos general en la que si Huerta siguió publicando el mismo número de artículos, entonces faltaban por recogerse más de mil.

“Siempre lo pensamos desde el punto de vista de poeta, pero nunca en su relación con el cine. Mantuvo la columna Close Up, sobre cine, durante años: era toda una página dedicada exclusivamente a reseñar, a hacer entrevistas, a comentar. También es un historiador de la literatura mexicana, porque hace una revisión en un libro que se llama Aquellas charlas, aquellas conferencias, que se publicó en la UNAM, donde habla desde una perspectiva revisionista de la novela, el cuento, el teatro y la poesía en nuestro país. Es historiador de la literatura, es un crítico, un cronista y un autor que reflexiona desde su campo sobre lo que considera ha sido la literatura mexicana del siglo XX”.

El homenaje a Efraín Huerta será a las 12 horas; en él se leerán algunos de sus poemas en voz de Margarita Castillo y Emiliano Martínez Escoto; dos piezas de música a cargo de la pianista Gabriela Pérez Acosta y la mezzosoprano Rebeca Samaniego, además de las palabras de su hijo, el poeta David Huerta.

El Antiguo Colegio de San Ildefonso se localiza en la calle Justo Sierra, número 16, en el Centro Histórico.