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A la mitad del foro

El reloj descompuesto

G

ol de Oribe Peralta y se levantó la sesión de Los Pinos con el envío del insustituible Twitter. Nunca más justificado. A Enrique Peña Nieto le hace falta que los mexicanos crean su discurso del cambio y que el milagro futbolero los deje saberse triunfadores. Por una vez. Por esta vez. En Natal cantaron bajo la lluvia miles de paisanos. Y los seleccionados supieron ganar, confirmaron que esta generación no se conforma con las derrotas gloriosas. Si siguen así, pronto habrá fotos del general Álvaro Obregón en todas las oficinas públicas. Ocho mil kilómetros en campaña y nunca sufrió una derrota el sonorense.

En cuanto terminó el partido del campeonato de mundo, el Presidente de México reunió al gabinete legal y ampliado. En Madrid diría que ha descendido la incidencia del crimen violento en el país. Nadie sabe si el rey que deja el trono lo escuchó. O si le importa un comino. A fin de cuentas es un Borbón, de los que dijera el clásico: Nada olvidaron; nada aprendieron. En el Vaticano, Enrique Peña Nieto intercambió una camiseta de las selección mexicana de futbol por la bendición papal a toda la familia y el nutrido séquito de acompañantes. Y en México corría sangre y Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la ciudad de México, era arrojado del púlpito desde el cual predicaba en casa de los derechos humanos. Sí, hay cárteles y capos en el DF. Y la línea dorada del Metro enseña el cobre.

Las transmisiones del futbol no distraen ni a los del poder económico, ni a los del caos anarquizante. Reunión de gabinete en busca del tiempo perdido. Y la izquierda, moderna, dice Jesús Zambrano, abandonaba el salón del Senado, la mítica mesa del debate sobre las leyes reglamentarias de la reforma energética que ya es norma constitucional. Cosas del reloj descompuesto, el coordinador (ya no hay líderes) del PRD citaba a un clásico, también muy respetado añadiría el senador Miguel Barbosa, al oráculo del PRI, al huasteco Jesús Reyes Heroles: La forma es fondo. Y Manuel Bartlett intentaría ajustar la máxima jurídica a la política mínima, contar el tiempo y dejarlo correr a tiempo: Aprobar la expropiación de tierras comunales y ejidales quebrantaría el sistema de propiedad social, dijo. David Penchyna, del PRI, tiene los votos. Y el reloj detenido en la hora 11 del neoconservadurismo. O del relojero loco de Alicia.

Sepan cuántos... El senador panista, Jesús Gracia, de la comisión de Estudios Legislativos, se convirtió en Juliano el apóstata al responder a las estrafalarias denuncias del perredista Isidro Pedraza, con una frase que condena a la derecha panista de Pedro el Ermitaño, tanto como a la derecha oligárquica del priato tardío que reverdece: los argumentos de Isidro Pedraza son los de una izquierda incongruente e intransigente (que) prohíbe circos para proteger animalitos, pero permita el aborto. ¡Autogol! Pero exhibió la epidemia de mochería que afecta al PRI en movimiento retrógrada desde la hora en que Carlos Salinas propuso y logró la reforma del 130 constitucional, cuando la razón política y la memoria histórica reclamaban limitar su apertura al establecimiento de relaciones con el Estado Vaticano.

Por eso pareció en fuera de lugar la entrevista del presidente Peña Nieto con el Papa Francisco: inmediatamente después de que los obispos mexicanos informaran al pontífice argentino sobre la situación social en México, la violencia criminal, los abusos a los migrantes y otras cosas no pregonadas en los medios en crisis. Aunque Enrique Peña Nieto pusiera el acento en que México es un Estado laico. Y ahora la tierra. Reviven voces agraristas que habían perdido filo cuando engordó el Quijote; voces que en el sexenios alemanista hicieron coro al contrasentido precursor de la desigualdad y la oligarquía patrimonialista del capital hereditario: primero crear riqueza y luego distribuirla, sentenciaron. Álvaro López Ríos, de la UNTA, hoy llama despojo a la expropiación de tierras comunales y particulares que podrían entregarse a empresas privadas; ... hemos advertido que ante una reforma que atropella y despoja a los ejidatarios, comuneros y pequeños propietarios, vamos a organizar comités en defensa de la tierra.

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Desde el PAN han criticado a los perredistas del DF por crear leyes que prohíben circos para proteger animalitos, pero permita el aborto. En la imagen, marcha de artistas en contra de esa legislaciónFoto Alfredo Domínguez

Éramos 12 y parió la abuela. El centralismo mueve fuerzas centrífugas. El patético PAN que preside Gustavo Madero juega con barajas marcadas y deja correr el tiempo de la pasividad que favorece al statu quo, al statu quo ante, parafraseando al clásico de la inteligencia priísta que, a tiempo, advirtió la fragilidad de la poliarquía: Quien pretende gobernar para todos, acaba por gobernar a nadie. Los del PAN que no se come se aferran en no debatir, no aprobar las leyes secundarias de la reforma de telecomunicaciones mientras no avalen las leyes reglamentarias de la reforma electoral los 17 estados que todavía no lo han hecho. Retrasan el reloj de las elecciones de 2015 y ya lograron que se posponga para las calendas griegas la licitación de las dos cadenas de televisión abierta. Pero en lo electoral, el cambio de IFE a INE simple y llanamente el gobierno central hace suyas las facultades soberanas de designar sus propias autoridades electorales.

Desafina el coro. Desde Cancún, Quintana Roo, Lorenzo Córdova, presidente del Instituto Nacional Electoral, llamó al orden a los gobernadores. Legítima y lógica llamada a homologar las leyes electorales a tiempo. Pero al haberse sumado a los consejeros que denunciaron intentos de algunos gobernadores por favorecer a determinados ciudadanos para integrar los organismos electorales, se levantó una polvareda. Hay quienes conocen el significado de mandatario, el de estado libre y soberano. En Hidalgo alzó la voz el gobernador Francisco Olvera Ruiz y como en las antiguas asambleas exigió: ¡Nombres, nombres!

Otros han optado por volar rumbo a la América del Sur para ver el partido México vs. Brasil. No sorprende que lo haga Gabino Cué, el ausente, agobiado por el control de Oaxaca arrebatado por los del CNTE y asociados. Pero lo hace en compañía de Gerardo Gutiérrez Candiani, situado en la cúpula de cúpulas, capo del Consejo Coordinador Empresarial, que aprendió a tiempo a conjugar el verbo madrugar y se levanta temprano para aprovechar la hora de los cambios de piel y aspirar a ser candidato a gobernador. Si tantos de estos se dedican a los negocios privados, porque no habría de querer un señorón empresarial ocuparse de la cosa pública. Do ut des, decían los romanos de la antigüedad.

Voces antiguas se elevan en la confusión. Los dueños del dinero atribuyen la desigualdad a pecados contra el dogma neoconservador. Dicen que el crecimiento económico basta para abatir la pobreza, que la riqueza se crea en las alturas y derrama sus dones sobre los de abajo. Es imperativo crear empleos, pero empleos formales con salarios dignos. Y salud. Y una educación de primera, además de pública, gratuita y laica. Una política social de Estado. Y la política industrial desdeñada y desechada por los tecnócratas, con el falaz argumento de que señala de antemano ganadores y perdedores. Hay que sincronizar los relojes del México en movimiento.

Que el diputado Ricardo Mejía Berdeja, de Movimiento Ciudadano, diga que Pemex ha detentado hasta hoy el monopolio de la actividad petrolera, obliga a invitarlo a consultar al diccionario. El director de Pemex, Emilio Lozoya, le pediría, respetuosamente, porque ya se nos ha hecho costumbre que usted tenga ciertas inquietudes sobre presuntas actuaciones de funcionarios públicos, que denuncie... ¡Caballo! Y el cubilete en la mano.