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La Jornada en Brasil 2014

Cuando la selección africana más dominaba, el equipo nipón hizo su tanto

En un par de minutos, Costa de Marfil dio la vuelta al marcador ante Japón

Bony y Gervinho anotaron con sendos remates de cabeza en jugadas similares

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Con potente remate de cabeza, el marfileño Gervinho vence al portero japonés Eiji Kawashima, quien no pudo desviar el balón que fue contra el posteFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de junio de 2014, p. 4

Recife, 14 de junio.

Con muchos esfuerzos y sufrimiento, Costa de Marfil remontó 2-1 ante Japón, en su presentación en el Mundial de Brasil 2014, dentro del grupo C, en un duelo disputado en la Arena Pernambuco de Recife.

Los elefantes sufrieron para remontar, pese al dominio que tuvieron durante mayor parte del encuentro. Pero aplastaron a los nipones, que al final sacaron el orgullo y estuvieron a punto de empatar.

Japón dio el primer golpe cuando Costa de Marfil parecía más cómodo y enchufado. La escuadra nipona había sufrido para salir de su terreno y para buscar el arco africano.

No parecía que la selección asiática sería la que inauguraría el marcador, pero lo consiguió con una jugada impresionante de su estrella Keisuke Honda, quien fue habilitado por Yuto Nagatomo, para controlar con la derecha y resolver con un zurdazo que envió con precisión balística al ángulo.

Los marfileños habían sido hasta ese momento –minuto 16– los protagonistas de las acciones, sobre todo ayudados por la figura experimentada de Yaya Touré, pero tenían dificultades para concretar. El primer aviso en puerta rival lo habían enviado los africanos con una combinación entre Gervinho y Wilfried Bony, que rebotó en la defensa asiática.

Después del tanto, Costa de Marfil se espabiló y empezó a ganar terreno, pero sin fortuna. A veces por la falta de puntería, pero también por la oportuna intervención de los zagueros japoneses y del portero Eiji Kawashima.

Touré intentó empatar en un cobro fuera del área, pero el tiro se fue muy arriba del arco, y en una llegada vertiginosa que paró la defensa japonesa.

Avanzaban los minutos y el esfuerzo marfileño no surtía efecto. Los japoneses habían dejado claro que en cualquier oportunidad podían ser un peligro efectivo.

Arthur Boka se sumó al ataque, pero tampoco corría con suerte. Al igual de Touré al cobrar un tiro de castigo, la brazuca, como se nombró al balón en este Mundial, estuvo más cerca de lastimar a algún aficionado que de poner en riesgo al arquero nipón.

Sin embargo, Boka fue el que más cerca estuvo de empatar en la primera parte, cuando desde tres cuartos de cancha mandó un misil que apenas alcanzó a tapar Kawashima.

En el segundo capítulo, Costa de Marfil regresó con menos del potencial ofensivo que había exhibido en la primera parte. A pesar de su velocidad y buen toque, la falta de contundencia ya pesaba en ese momento.

Como el tanto para los marfileños no llegaba, el capitán Touré apeló a la pésima visión que han mostrado los árbitros en lo que va del torneo, y en una llegada al área japonesa actuó una caída de penal, que el silbante no concedió.

Ante la baja de voltaje de Costa de Marfil, los japoneses se hicieron del control de la pelota, con embates que hacían sudar a los elefantes.

Por espasmos, los marfileños reaccionaban y se metían al área rival y la intentaban por todos los medios, pero Japón llegaba con su carga de samurais a arruinar los embates.

El ingreso de Drogba fue un fogonazo de esperanza para Costa de Marfil, pues confiaba en que el talento de su estrella le diera contundencia.

La escuadra africana revivió y en sólo dos minutos remontó el partido. Serge Aurier colocó desde el carril derecho un centro artesanal que Wilfred Bony ahora sí prendió con tino en un remate de cabeza para empatar el duelo.

Dos minutos más tarde, otra vez Aurier repitió la jugada, un calco de ese centro que había derivado en el empate, pero que ahora fue colocada con la cabeza por Gervinho para la remontada.

Drogba padeció en su esfuerzo por hacerse presente en el marcador. Primero en un tiro de castigo colocado con gracia y puntería, pero que el portero japonés alcanzó a echar fuera. Después con un zurdazo que pasó muy cerca, pero un defensa echó fuera. Al final sufrieron de más y con todo el ejército samurai encima, el empate estuvo cerca, pero para fortuna de los marfileños, ni el gas ni el tiempo fue suficiente para Japón.