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Más de 150 mil ciudadanos en 123 km

Cadena humana en el País Vasco por la autodeterminación
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Por el derecho a decidir y que se permita una consulta popular para tener un Estado independiente de España, miles de ciudadanos vascos cubrieron la distancia entre Pamplona y Durango unidos de la manoFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 9 de junio de 2014, p. 25

Madrid, 8 de junio.

Una cadena humana que unió este domingo Durango con Pamplona se extendió a lo largo de 123 kilómetros para exigir que se respete el derecho a decidir y se permita la consulta popular sobre la autodeterminación del País Vasco. Más de 150 mil personas se unieron a una convocatoria festiva, entonaron canciones vascas e invocaron las raíces y peculiaridades de esta tierra para defender su voluntad de tener un Estado propio, independiente de España.

La monarquía parlamentaria española tiene tres graves y complejos frentes abiertos, y en los tres se reclama lo mismo: que se consulte a la ciudadanía. Tanto en Cataluña como en el País Vasco se exige la convocatoria a referendos para determinar la eventual independencia de esas regiones, y a lo largo de la última semana cientos de miles de ciudadanos españoles en diversas ciudades del país han pedido una consulta para elegir entre monarquía o república, tras la abdicación del rey Juan Carlos en favor de su hijo, el príncipe Felipe, quien el próximo 19 de junio se convertirá en el rey Felipe VI.

La cadena humana de este domingo en Euskadi, organizada por la plataforma ciudadana Gure esku dago (En nuestras manos, en euskera), recibió el apoyo de los partidos independentistas. Esta jornada pretende marcar un punto de inflexión hacia el derecho de autodeterminación del País Vasco y mostrar que los vascos son capaces de trabajar juntos, dijo el portavoz de la plataforma, Ángel Oiarbide.

Más de 150 mil ciudadanos vascos se agarraron de la mano y cubrieron metro a metro los 123 kilómetros que separan Pamplona de Durango. Es decir, unieron la actual capital navarra con el punto más el lejano de la provincia de Vizcaya.

Somos una nación, tenemos derecho a decidir, es la hora de los ciudadanos y las ciudadanas, fue el lema que congregó a los 150 mil vascos en un modelo de manifestación que ya reunió a centenares de miles de personas en Cataluña en septiembre de 2013.

A la iniciativa ciudadana se unieron numerosos dirigentes políticos del independentismo, conservador y progresista, del País Vasco, entre ellos los parlamentarios Hasier Arraiz, Pello Urizar, Sabino Cuadra, Xabier Mikel Errekondo, Andoni Ortuzar, Joseba Egibar, Iñaki Anasagasti y Marker Olano, entre otros.

Para movilizar a una parte de la población que participó en el acto simbólico se utilizaron 900 autobuses, con los que se fueron cubriendo todos los puntos para extender la cadena humana, en la que había numerosas ikurriñas (bandera vasca), pañuelos rojos y hasta se entonaron canciones tradicionales vascas.

Según destacó un portavoz de la organización de la cadena, los vascos respondieron a la convocatoria porque llevaban décadas esperando salir a la calle para reclamar el derecho a decidir.

La comunidad vasca en el exterior también formará cadenas humanas similares en ciudades como México, Sidney, La Plata, Boise, San Francisco y Nueva York.

Las encuestas confirman en el País Vasco algo similar a lo que ya ocurre en Cataluña: más de 60 por ciento estaría a favor de independizarse de España, un sentimiento que ha aumentado a raíz de la crisis económica y numerosos casos de corrupción política que han puesto en evidencia el abuso de poder y el nepotismo que está incrustado a las instituciones españolas.

Al igual que se ha hecho con las reivindicaciones para someter a consulta la coronación del príncipe Felipe o de respetar la voluntad de la sociedad catalana para celebrar una consulta, el gobierno español, del conservador Mariano Rajoy, negó rotundamente que se vaya a celebrar cualquier referendo o consulta democrática porque es ilegal. El delegado del gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo, advirtió además que la Constitución de 1978 establece la indisoluble unidad de la nación española, por lo que esta cadena humana es estéril y sólo llevará frustración a los participantes.