Una pequeña escultura en bronce, de unos 25 centímetros de altura, que durante siglos ha estado en manos de coleccionistas privados, fue autentificada hace unos días como el modelo original que Manuel Tolsá (1757-1816) realizó en el siglo XVIII para trabajar, a partir de él, su monumental estatua ecuestre de Carlos IV, conocida como El Caballito.

El hallazgo fue hecho por Tely Duarte, investigadora del Museo Nacional de Arte (Munal), quien al conocer la pieza llamó a la restauradora Lucía Ruanova, coordinadora del grupo ciudadano El Caballito Restauración, para que opinara acerca de su autenticidad.

Luego de una acuciosa observación y varios estudios, la especialista determinó que sin duda, se trata del modelo original, todos los datos lo corroboran: antigüedad, pátina, proporción y dinamismo, así como una M y una T grabadas en la base, iniciales que corresponden al autor Manuel Tolsá.

Entrega en comodato al Munal

Ayer por la mañana, al dar a conocer la información a la prensa, Ruanova señaló que se trata de un hallazgo muy importante para el proceso de restauración al que será sometido El Caballito los próximos meses, luego de que el año pasado fue dañado por una intervención errónea ordenada por el Gobierno del Distrito Federal, sin autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Durante muchos años fue un mito la existencia de ese modelo, explicó, se hablaba de una o de tres piezas, en cera o en bronce, realizadas un par de años antes de la fundición de la escultura monumental.

El coleccionista, que pidió permanecer en el anonimato, otorgará en comodato el modelo de El Caballito al Munal.

El dato más relevante que podría arrojar este descubrimiento, continuó Ruanova, es “conocer cuál fue el color de la pátina original de la escultura, pues durante toda su historia, a El Caballito se le han dado varios acabados y coberturas, encima de su pátina original. Eso lo tienen que resolver los especialistas que trabajan en el análisis de la obra para determinar, sobre todo, qué pátina se le va a colocar en el área donde se peló ésta luego de la intervención con ácido y cardo de la empresa Marina Restauración. Ahí habrá que reponer el material de manera artificial para que cromáticamente sea armonioso a la vista. Donde queda pátina original, habrá que descubrirla, donde tiene pintura, habrá que quitársela”.

El pequeño caballito tiene una base de cantera blanca, hoy patinada por el tiempo, que ostenta un sello de lacre, que corresponde a la autorización del virrey de Branciforte (Miguel de la Grúa Talamanca de Carini y Branciforte) al artista para comenzar a realizar la escultura, detalló la restauradora.

El sello se encuentra muy erosionado y no fue posible reconstruirlo con gráficos. Sin embargo, comulga con la antigüedad y originalidad de la obra.

Varias de las personas que participan en el grupo El Caballito Conservación han solicitado ver otra maqueta de El Caballito que presuntamente se encuentra en el museo dedicado a Tolsá, ubicado en el Palacio de Minería, pero hasta el momento no se les ha permitido ingresar con el argumento de que todo el material está embodegado.

Tolsá no llevaba diarios como otros artistas de su época, por ello con este modelo conoceremos la verdadera historia de la obra. Por ejemplo, sabremos exactamente qué amalgama de metales utilizó.

La maqueta-modelo llegó a manos de su actual propietario luego de adquirirla, hace unos años, probablemente de descendientes del marqués de Jaral de Berrio, a cuya hacienda pertenecía el caballo Tambor, animal que sirvió de modelo a Tolsá para la escultura.

La obra será exhibida en un par de meses en el Munal. Como una primicia a la prensa que ha apoyado los objetivos del grupo El Caballito Restauración la presentamos hoy gracias a la visión de Tely Duarte. Este descubrimiento honra los afanes de Guillermo Tovar de Teresa y su esfuerzo por defender la obra de Tolsá, dijo Ruanova.