Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Mensual  Director: Iván Restrepo
Edición: Laura Angulo   2 de junio de 2014
Número Especial

Portada

Presentación

Qué es el gas natural
de pizarra, gas de
esquistos o gas shale

Raúl Manisse

La invitación de
México al mundo

Lo que le espera a un país con el fracking: el caso de España

¿Es rentable la técnica
del fracking?

Los peligros del fracking
para la salud

María Valerio

La Alianza Mexicana
contra el Fracking

La opinión de Greenpeace

Mientras entregan a las trasnacionales otro tesoro enterrado, en Los Ángeles…

En México, expertos,
académicos, legisladores y
activistas contra el fracking

No quieren el fracking en
España ni en Europa

De última hora: luz verde al fracking en Inglaterra


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La opinión de Greenpeace

Luego de señalar que la técnica del fracking conlleva diversos efectos ambientales, algunos de los cuales aún no están plenamente caracterizados o comprendidos (contaminación atmosférica y de las aguas subterráneas, emisión de gases de efecto invernadero, terremotos, contaminación acústica e impactos paisajísticos), también se deben considerar los derivados del tráfico de camiones para transportar el gas extraído, el consumo de agua y la ocupación del territorio.

Observa los impactos sobre un recurso básico: el agua, por las cantidades que utiliza tal técnica y que “podría causar problemas con la sostenibilidad de los recursos hídricos incluso en países de clima templado, y aumentar la presión del consumo de suministros en las zonas más áridas”.

Refiere que hay poco conocimiento sobre los peligros ambientales asociados con los productos químicos que se añaden a los fluidos usados para fracturar la roca. Equivalen al 2 por ciento del volumen de esos fluidos. Y cita que en el país con más experiencia en esa técnica, Estados Unidos, esos productos “están exentos de la regulación federal y/o la información sobre ellos está protegida debido a intereses comerciales”. Hay al menos 260 sustancias químicas presentes en alrededor de 197 productos. Algunos son tóxicos, cancerígenos o mutagénicos. Estos productos pueden contaminar el agua debido a fallos en la integridad del pozo y a la migración de contaminantes a través del subsuelo.

Greenpeace advierte que “entre un 15 y un 80 por ciento del fluido que se inyecta para la fractura vuelve a la superficie como agua de retorno, y el resto se queda bajo tierra, conteniendo aditivos de la fractura y sus productos de transformación. Entre las sustancias disueltas a partir de la formación rocosa, donde está el gas durante el proceso de fractura, se encuentran metales pesados, hidrocarburos y elementos naturales radiactivos”.

La contaminación del agua, de esta forma, no se descarta en ningún caso. Y afectaría a los seres humanos y al medio ambiente en general. Recuerda la organización ecologista que se encontró benceno, un potente agente cancerígeno, en el vapor que sale de la “pozos de evaporación”, donde a menudo se almacenan las aguas residuales del fracking. Y agrega que “las fugas en los pozos de gas y en las tuberías también pueden contribuir a la contaminación del aire y a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero”.

En cuanto a los vehículos que se necesitan en la explotación del fracking, calcula que cada plataforma de pozos requiere entre 4 mil 300 y 6 mil 600 viajes en camión para el transporte de maquinaria, limpieza, etc. A lo que se agregan las operaciones de la propia planta: pueden causar contaminación atmosférica significativa por los gases ácidos, hidrocarburos y partículas finas.

Finalmente, hace notar los efectos negativos que el fracking causa en el paisaje, así como la contaminación acústica, que afecta a las poblaciones cercanas y a la fauna del lugar. Cabe señalar al respecto que México es uno de los países donde menos se protege el paisaje (pese a su enorme belleza y diversidad) y menos se combate la contaminación acústica.