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A sus 70 años, el músico dijo que las mujeres ya no tienen vicio conmigo

El huracán Óscar D’León cierra con vientos de alta calidad el Oasis Jazz U

El venezolano hizo derroche de vitalidad en el encuentro de Cancún dedicado a Paco de Lucía

La cita congregó a Alonso Arreola y a los quintetos de José María Bandera y Jorge Pardo

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Óscar D’León interpretó Señorita, tema en el que trabajó con Paco de Lucía. Estuve poco tiempo con él. En su casa de Palma de Mallorca; siempre cocinaba para mí los productos que pescaba, dijo el venezolanoFoto cortesía de Oasis Jazz U Festival
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Periódico La Jornada
Lunes 26 de mayo de 2014, p. a11

Cancún, 25 de mayo.

Un huracán pasó anoche por Cancún. Venía de Veracruz y el lunes sus andanadas estarán haciendo estragos en Miami.

Es un meteoro que se gestó en Caracas, Venezuela, donde obtuvo dimensión de características latinas. No lleva consigo corrientes de aire, más bien, vientos que se miden en decibeles por segundo.

Se trata de Óscar Emilio León Somoza (Caracas, 1943), Óscar D’León, Oggcarito pues, como le dicen sus amigos, quien dio cerrojazo de alta calidad al Oasis Jazz U Festival, que se efectuó en dos noches en Cancún y que reunió a tremendos músicos del flamenco, pues su dedicatoria fue para uno de los más grandes guitarristas de esa cultura: Paco de Lucía, a quien el salsero dedicó una pieza en la que trabajaron juntos antes de que el llamado Pescador de Algeciras se adelantara. Señorita es la canción en cuestión y que hizo que la lágrima brotara del cantante caraqueño al momento de interpretarla.

Óscar D’León es un monstruo de vitalidad: Ha tenido infartos al corazón y hace pocos meses tuvo un accidente en el que perdió un ojo.

Leyenda latina

Sin embargo, él, leyenda de la música latina contemporánea, es un humano de convicciones profesional y personal inquebrantables.

Soy una persona que tomo las cosas así. Eso sólo fue un accidente. Uno tiene que seguir adelante. Por eso quiero invitar a toda aquella persona que le pase algo así a que no se amilane, que no se achicopale, que siga con su vida y optimismo. Que tenga una actitud positiva. Yo hago pesas (gimnasio), hago ejercicios, me acuesto temprano, como bien y eso me da la energía para entregarme al público cada vez que me necesite, dijo en una entrevista a La Jornada y al Canal 22 que tuvieron la breve oportunidad de hablar con él luego de su presentación, de la que salío visiblemente cansado: estaban bajando sus revoluciones.

Sin embargo, anoche, el dínamo de Caracas volvió a imponerse cual sagrado tótem encima del proscenio de la Arena Oasis, donde se celebró este encuentro enfocado al flamenco y sus coqueteos con el jazz. Se reunieron músicos que trabajaron de cerca o de lejos con Paco de Lucía y que regalaron una sesión increíble.

Luego de interpretar Señorita (del disco póstumo de De Lucía Canción andaluza) dejó sus gafas que le protegen el ojo. La estética no le importó. Así quiso mostrarse. Después, unas gotas irrumpieron no de sus ojos, sino de su alma, esa que derrama encima de las tablas cuando se muta en guía a través de la música, su “vicio, al igual que las mujeres.

“Claro que tengo los dos: la música y las mujeres, aunque hoy día las mujeres ya no tienen vicio conmigo porque me ven viejito, y hacen bien: ya no tengo fuerza para… eso. Ahora sobra pellejo. Antes faltaba, ahora sobra (se carcajea). Ahora me dicen: en esa casa no hay habitantes”.

A Óscar, lo que sucede en su país le duele. Ha dicho que no está con el régimen de Nicolás Maduro ni con los opositores. El propio presidente lo criticó por desistir de actuar en un carnaval importante en Venezuela. No estamos para celebrar, dijo a la prensa caraqueña hace unas semanas.

¿Cómo sana ese dolor?, se le pregunta.

Dice: Lo exhalo callando. Llevo mi procesión por dentro. Siendo venezolano eso me hizo trabajar afuera. Tengo 25 familias a mi cargo y en Venezuela no tengo trabajo ahora, entonces hubo que salir, emigrar. Ojalá que cambien las cosas para retomar el trabajo en Venezuela, algo que me encanta: recorrerla en autobús.

Sigue siendo el salsero del mundo. Un trabajador.

Adelanta: “El lunes vamos a Caracas a la presentación de mi libro. Es una biografía, que escribió William Briceño. Son 600 páginas no sólo de la vida de Óscar D’León, sino sobre “el nacimiento de emisoras de radio, de todo el proceso político que hemos vivido… es un gran libro de consulta para la gente”.

Sobre Paco de Lucía, dice que no tuvo mucho tiempo para tratarlo más. Estuve poco tiempo con él. En su casa de Palma de Mallorca y siempre cocinaba para mí los productos que pescaba.

La muerte de Paco de Lucía provocó un enorme pesar en varias partes, pero este festival fue la redención de sus amigos que anoche se lo demostraron al dejar cada nota en el concierto.

Jornada musical

El concierto de anoche lo inició el mexicano Alonso Arreola, quien obsequió unos minutos de jazz contemporáneo nacional. Sólo con su bajo y apoyado por unas imágenes y audio de Paco de Lucía, demostró que es un músico en íntegro crecimiento. No es fácil hacer un solo de bajo pero Alonso presentó un set sabroso, que denominó Cortito y rabioso. Fue ambos.

Le siguió el Quinteto Flamenco Contemporáneo de José María Bandera, guitarrista cercano a Paco. Trajo consigo a Antonio Alcedo Gil en la guitarra, Guillermo Mcgill en las percusiones, Esaú Quirós Ferreras en el cajón y a la bailaora María Auxiliadora Fernández Horrillo. Hicieron el tablao con olor a Algeciras.

Otro colaborador del flamenquista, el flautista Jorge Pardo presentó su quinteto homenaje. Pardo conjuntó a Antonio Sánchez y Juan D’Anyélica en las guitarras, a Alain Pérez en el bajo y a Héctor Aguilar en las percusiones.

Comenzaron cinco y terminaron más de 20, entre ellos el bajista Carles Benavent. Pardo invitó a los músicos presentes a crear un palomazo interactivo y el combo creció y creció y creció hasta construir, por minutos, un Caribe Andaluz, sello que quedó tatuado en los presentes en el foro cancunense.