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Espíritu de los Balcanes
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Jordi Savall
 
Periódico La Jornada
Sábado 17 de mayo de 2014, p. a16

Ritmo rotundo, raudo, roído. Rutilante.

El ritmo es el componente básico de la música romaní.

Con el compás abierto bailan a contrarreloj los albaneses, alemanes, bosnios, búlgaros, bunjevcis, croatas, eslovacos, eslovenos, goranis, griegos, húngaros, macedonios, montenegrinos, romaníes, rumanos, rusos, rutenos, serbios, ucranianos y valacos, entre otros.

Bailar a contrarreloj: los ejecutantes se agarran las manos, a veces los hombros o los cinturones, el talle o la cintura y se mueven en sentido antihorario.

El kolo: danza circular o curva, se ha bailado milenios en los balcanes, enmedio de la miel y de la sangre.

El vocablo balkan procede de dos palabras turcas: bal y kan, que significan miel y sangre.

Los balkanes, ese territorio áspero y gentil que se extiende por toda la cordillera abrupta de este a oeste desde la costa mediterránea hasta el Mar Negro y de norte a sur desde la cuenca del Danubio hasta el Peloponeso y el reguero de islas griegas del mar Egeo, encierra en su superficie de 550 mil kilómetros cuadrados la cuna de la civilización.

Ahí las abejas, la fruta, las avispas, producen la más dulce de las mieles. Ahí también se ha derramado la más ácida de las sangres.

De hecho, el término balcanización es un peyorativo.

Para rescatar esa cultura madre de la desmemoria, la estigmatización, el juicio a priori, pero sobre todo para compartir los tesoros, la miel, el humanista Jordi Savall (Igualada, Barcelona, 1941) realizó con su esposa, la soprano Montserrat Figueras (Barcelona, 1942-2011) un proyecto vasto, descomunal y generoso: Bal-Kan. Miel et Sang-Honey and Blood. Les Cycles de la Vie (AltaVox), que consiste en un par de álbumes que recomienda el Disquero ampliamente.

Bal-Kan es un hermoso libro que encierra tres discos compactos (3 horas 51 minutos de música) y 614 páginas con bellísimas ilustraciones bizantinas, otomanas, romaníes, fotografías de los ensayos y conciertos y una serie de textos, ensayos, reflexiones, documentaciones a cargo de Jordi Savall y otros sabios.

El proyecto lo concibió Montserrat Figueras y lo realizó junto a su esposo, Jordi Savall y medio centenar de músicos extraordinarios, provenientes de los distintos rincones, santuarios y recovecos de los Balcanes.

Montserrat estableció el periplo en seis estaciones: Los Ciclos de la Vida. En el primero de los tres discos compactos escuchamos los sonidos de la Creación: el universo, rencuentros y deseos.

Enseguida: Primavera: nacimiento, sueño y celebraciones.

En el segundo disco suena el Verano: Rencuentros, amor y matrimonio.

Más adelante el Otoño: memoria, madurez y viaje.

El tercer disco alberga el Invierno: espiritualidad, sacrificio, exilio y muerte. El viaje entero culmina en (Re)Conciliación.

Fascinación, magia, memoria, ternura, baile. Este álbum inflama la vida con su aleteo rapidísimo en instrumentos de ensueño: kaval, gûdulka (lira búlgara), tambura, lira griega, kamanchá, qanún, ud, tambur, ney, santur, saz, violín y contrabajo, frula, címbalo húngaro, acordeón, órgano y guitarra.

Esos instrumentos mágicos proceden de Armenia, Bélgica/manuche, Bulgaria, Bosnia, Chipre, España, Francia, Grecia, Creta, Hungría, Israel, Marruecos, Serbia, Siria, Turquía, desde donde viajaron también los músicos para grabar en Barcelona las novedades discográficas que nos ocupan.

Un referente: de un tiempo a la fecha la música balcánica y romaní ha causado furor en México merced a los conciertos multitudinarios, volcánicos, de Goran Bregovic y su Banda de Boda y Funeral, además de los Tarak de Haidouks.

El álbum de Jordi Savall y Montserrat Figueras contiene la semilla, el summun, la quintaesencia, la alquimia de esa música y de otras que se han anidado en el corazón y el músculo de las masas de jóvenes hoy día, como Las Voces Búlgaras, esas bellas señoras cuyas voces suenan como nubes.

Con su viola da gamba y sus proyectos de investigación y rescate, Savall ha superado el término música antigua, que remite por lo general a algo muy serio y académico, a una dimensión social admirable. Todo cobra sentido y enriquece la experiencia estética del escucha.

El libro-disco Bal-Kan tiene un hermano: el libro-disco, hermoso también, titulado Esprit des Balkans, donde podemos escuchar, en distintos momentos, las células motívicas que dieron origen a las melodías de, por ejemplo, Misirlou (ese hit de Dick Dale, jerarca del género surf) y algunas de las piezas con las que Goran Bregovic suele enloquecer a multitudes.

Miel y sangre. He aquí un par de libros-disco que funcionan como la lámpara de Aladino: el genio cumple todos los deseos y todos bailamos en círculo y curvilíneos a contrarreloj, en favor del gozo y de la vida.

Gracias, hermosa Montserrat Figueras, doquiera estés, por este proyecto tan vital. Gracias, querido Jordi Savall, por hacer verdad el sueño.

Bailemos. Cantemos. Vivamos.

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