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La artista donostiarra imparte en la ciudad de México un taller de ballet contemporáneo

Iratxe Ansa exige del bailarín pensar y encontrarse a sí mismo

Buscamos una vivencia que se traslade en fisicalidad que se llama baile y para eso se necesita crear historias, sentir de verdad lo que se hace y no forzarlo, explica a La Jornada

 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de mayo de 2014, p. 3

La bailarina donostiarra Iratxe Ansa (San Sebastián, 1976), quien ha trabajado con los coreógrafos William Forsythe, Jirí Kylián, Nacho Duato y Rafael Bonachela, asegura que como coreógrafa exige del bailarín que piense y visualice la danza de una manera diferente.

“Para mí el baile es fisicalidad, expresión, el emocionar a una persona, el tocar, el hacer pensar, el que una persona se cuestione cosas a través de lo que le intento decir”, dice a La Jornada la bailarina que se ha presentado en importantes escenarios del mundo, como la Royal Opera, de Londres; El Gran Teatre del Liceu, de Barcelona; The Lincoln Center, de Nueva York, y La Ópera Nacional de París, entre otros.

Iratxe Ansa se encuentra en la ciudad de México para impartir un taller de ballet contemporáneo (comenzó el lunes 12 y terminará el 23 de mayo), con el cual inicia sus actividades el centro de formación Convexus, que dirige el coreógrafo Francisco Rojas.

La forma de trabajo que utiliza la coreógrafa donostiarra para que un bailarín entienda su cuerpo y la danza consiste en imaginar historias, visualizar colores y explorar diversas formas de sentir para que la vivencia en el escenario sea real.

“Trabajamos con colores, con imaginación, con calidades. Los colores te dan calidades, por ejemplo para bailar tengo que visualizar mucho blanco porque mi espíritu es otro. Tenemos dinámicas porque para expresar algo tienes que sentirlo de verdad y para sentirlo de verdad tienes que provocarte ese sentimiento.

“Buscamos una vivencia que se traslade en fisicalidad que se llama baile y para eso tienes que crearte historias, debes sentir de verdad lo que haces y no forzarlo”.

Crear como descubrimiento

En el taller de ballet contemporáneo, Iratxe Ansa enriquece la técnica de los bailarines al explorar con sus emociones; su trabajo consiste en hacer al intérprete un ser pensante con vivencias reales y que las diversas sensaciones sean trasladadas físicamente al cuerpo para que el público vea que es algo honesto.

En el estudio o en el escenario reivindico al bailarín, al artista a que piense. Quiero ver a una persona que piensa; me encanta ver cuando cambia mentalmente la velocidad de sus movimientos porque está pensando, eso lo veo claro y con el tiempo captas otras cosas, cómo la mirada también es diferente.

Al enfatizar sobre el lenguaje coreográfico que le gusta en el escenario, la bailarina afirma que hasta en la mirada entiende lo que le sucede al intérprete. Me interesa que piense, que tenga su voz y se encuentre a sí mismo porque si veo que no lo entiende, no me sirve.

Con estudios en el Conservatorio Superior de Danza de San Sebastián y en la John Cranko Schule de Stuttgart en Alemania, la bailarina y coreógrafa vasca considera a la danza una cuestión espiritual que le permite crear y transformar las ideas en movimientos.

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La bailarina donostiarra Iratxe Ansa (al centro) en Esculpiendo el vacío, 2013, propuesta integrada por tres solos de coreógrafos referentes de la danza como Crystal Pite, Rafael Bonachela y William ForsytheFoto Rahi Rezvani
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Iratxe Ansa, bailarina y coreógrafa, durante la entrevista con La Jornada, ayer, en la ciudad de MéxicoFoto María Meléndrez Parada

Físicamente podemos hacer muchas cosas, pero luego interiormente cada uno tenemos una esencia y la mía no fue trabajar con determinados coreógrafos por ser reconocidos, sino mi esencia fue realizar nuevas creaciones. Soy una persona creativa y mis posibilidades físicas me permitían hacer ciertas piezas que todo el mundo hace, pero mi espíritu adentro me pedía hacer creaciones y qué mejor si puedo hacerlas con los coreógrafos más importantes de este siglo, explica Iratxe Ansa.

Respecto de su trabajo con grandes coreógrafos, la bailarina asegura que la invitaron para crear algo para ellos, pero en realidad su propósito fue descubrir junto con la gente que tengo adelante en el estudio; descubrir quiénes son, descubrir nuevas maneras de bailar, de expresarme. Crear, para mí, es más un descubrimiento porque me interesa más la persona, el intérprete que tengo adelante en movimiento, además me gusta explorar mucho.

Iratxe Ansa, quien en 2007 recibió un reconocimiento por su trayectoria de la Asociación de Profesionales de la Danza de Guipúzcoa, reitera que quizás al trabajar con Duato, Kylián o Forsy-the le permitió desarrollar una forma de danza que hoy se considera contemporánea, pero que en realidad la base es totalmente clásica. Para mí son los grandes clásicos del siglo XXI.

A partir de 1992 Kylián, Duato y Forsythe crearon piezas muy potentes que para nosotros como intérpretes ya son obras clásicas, y lo que algunos llaman contemporáneo, en realidad son nuestros clásicos, porque los bailamos con respeto, es como una herencia.

El año pasado, Iratxe Ansa –junto con Jone San Martín y Olga Cobos– participó en la propuesta Esculpiendo el vacío, compuesta por tres solos de coreógrafos referentes de la danza como Crystal Pite, Rafael Bonachela y William Forsythe, y un trío que las bailarinas desarrollaron en un laboratorio con el coreógrafo Jacopo Godani. El artista que colaboró en el proyecto fue Rahi Rezvani.

En la charla, Iratxe recuerda que desde pequeña le ha interesado la coreografía y la considera algo muy natural.

La coreografía es una necesidad física y cuando no siento esa necesidad mejor no intento hacer algo porque no es por ambición, sino porque sientes algo interiormente que necesitas crear y sacar cosas. La manera de expresarme más natural es mediante el cuerpo. La danza ha sido desde pequeñita mi vía de expresión.