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¿Tuitear o no tuitear?, no es un dilema, sino parte de los hábitos sociales en línea

Shakespeare renace en Twitter; decía que la brevedad es el alma del ingenio

Las expresiones del dramaturgo inglés se vuelven compartibles, remezclables, accesibles, señala Leonardo Flores, profesor asociado de inglés en la Universidad de Puerto Rico

The Independent
Periódico La Jornada
Sábado 3 de mayo de 2014, p. 6

Londres.

¿Tuitear o no tuitear? Para la mayoría, no es un dilema: es parte integrante de sus hábitos sociales en línea. Yo me uní a Twitter en la edad de piedra de los medios sociales, en 2007, cuando el servicio era muy nuevo. Al principio era como una sala de estar grande, pero íntima, llena de charla amigable entre amigos de la vida real. ¿Qué de interesante puede decirse en 140 caracteres? A medida que estallaba la popularidad de Twitter, parecía que la respuesta era muy poco. Pronto perdió brillantez, a medida que mi cuenta se llenaba de gente que comía, corría y, por desgracia, hasta defecaba en ese espacio. Ya en 2009 Twitter era una batalla campal entre pusilánimes ansiosos de atención, hipsters y expertos de las redes sociales.

Respuesta a la trivialidad

Willy Shakes (@iam_shakespeare) fue mi respuesta a la trivialidad del tuit cotidiano. Decidí tuitear una línea de Shakespeare, en orden, cada 10 minutos. Fue resultado de un poco de humor sarcástico y de mi aprecio por Shakespeare. Sentí que él lo habría aprobado: después de todo, sostenía que la brevedad es el alma del ingenio.

El software fue muy sencillo, adaptado de algo que creé para un sitio de aficionados al basquetbol que compilaba tuits emitidos durante un juego. El bot usa la versión de Shakespeare del Proyecto Gutenberg; en agosto de 2009, el primer tuit de Shakespeare cobró vida: “From fairest creatures we desire increase, That thereby beauty’s rose might never die” (De los hermosos el retorno ansiamos, para que su rosal no muera nunca, del Soneto 1) y, unos 229 mil tuits después, el bot se embarcó en el tercer ciclo de sus obras completas, empezando por los sonetos, y de allí a Macbeth, Hamlet, La fierecilla domada, el bot tuitea metódicamente todo, línea por línea. Cada ciclo requiere poco más de dos años para completarse.

Resultados sorprendentes

Si bien en un principio tuitear a Willy fue una respuesta humorística a la capacidad de dar un escenario a todo el mundo, el doctor Leonardo Flores, profesor asociado de inglés en la Universidad de Puerto Rico, describe @iam_shakespeare como un arte escénico digital:

Foto
William Shakespeare, retrato de Cobbe, ca. 1610, imagen incluida en el volumen Macbeth, publicado por Libros del Zorro Rojo

Parte de la gran brillantez del proyecto es que va desenredando un poco de las líneas del bardo hacia la corriente de Twitter de sus seguidores, poniéndolas en circulación junto con todo lo demás que se publica, lo cual las vuelve compartibles, remezclables, accesibles, comenta.

“Estas líneas de Shakespeare son más que una representación programada en las redes sociales: se vuelven objetos computacionales desde el momento en que son tuiteadas. Cada tuit tiene una identidad única en la red, estampada en el tiempo y compartible vía retuit, cita o vínculo. Uno puede incluso seguir el vínculo dentro de Twitter y ver las respuestas, que pueden tener cadenas enteras de comentarios.”

Seguir @iam_shakespeare y ver mezclarse los versos del bardo con el resto de la corriente del suscriptor puede producir resultados sorprendentes.

Como el seguidor que retuiteó la línea “I’ll set thee in a shower of gold, and hail” (Haré caer una lluvia de oro sobre ti) con una referencia hilarante al cantautor estadunidense R Kelly. Me he divertido en años pasados viendo crecer a los seguidores de Will y he tenido la idea de llevarlo más allá: crear cuentas para cada personaje de Romeo y Julieta, y tuitear diálogos del reparto en orden. He descubierto que en 2010 la Real Compañía de Shakespeare hizo precisamente eso, en un proyecto llamado Such Tweet Sorrow (juego de palabras con la frase such sweet sorrow, ese dolor tan dulce).

Las 46 mil personas que siguen a Willy parecen apreciar en verdad su nueva vida digital, y creo que tenerlo como parte de la experiencia en Internet es bueno en una época en que los tuits son la materia de la que están hechos los sueños.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya