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Diego Luna presentó el filme César Chávez, que se estrenará el próximo jueves

Hemos permitido la esclavitud de 8 millones de seres que alimentan EU

Desde que se inventaron, las películas tienen gran poder; desafortunadamente puede ser utilizado para cosas alarmantes, afirma John Malkovich

Encontramos muchos obstáculos para hacer una cinta de este tamaño, señala el actor y realizador mexicano

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Los recolectores de uva estuvieron a un lado de nosotros mientras filmábamos, nos recordaban la importancia de contar su historia, comenta Diego LunaFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Martes 29 de abril de 2014, p. 9

En conferencia de prensa realizada ayer, el actor estadunidense John Malkovich habló de la película César Chávez, dirigida por Diego Luna, que será estrenada en México el próximo jueves: Es la tercera vez que trabajo con Diego. Una como su director, otra en una obra dirigida por él y ahora este filme. Este año estaba muy ocupado; hacía muchas cosas y no fue fácil hallar un espacio para mi agenda loca de trabajo, pero estoy encantado de haberlo podido hacer. En nuestra compañía siempre hemos pensado que Diego es fantástico dirigiendo a los actores. Está consciente de todo lo que ocurre a su alrededor, de la producción y otros aspectos.

Agregó: “Nuestra participción en Abel fue un deleite. Nos divertimos mucho. Cuando un actor puede dirigir es lo mejor. No hay muchos actores que puedan ver con ojos de cámara. Se dice que ésta no miente, y hay muy pocos actores que se vuelven directores, capaces de ver con ojos de cámara”.

Sobre el filme de Luna, refirió: Es difícil decir toda la verdad. No estamos tan familiarizados con la vida de los trabajadores en Estados Unidos y esto pasa con la mayoría de los estadunidenses. No están interesados en la vida de los mexicano-estadunidenses. Una cosa que puede hacer esta película es volver a despertar el interés en Chávez, en quién fue y por qué hizo su movimiento. Espero que sí tenga impacto. El de la migración es un tema muy complejo.

¿Cómo puede ayudar una película a contrarrestar la Doctrina Monroe y la Doctrina del Destino Manifiesto?, preguntó La Jornada.

Gran poder

Malkovich dijo: “Desde que se inventaron, las películas tienen gran poder. Desafortunadamente, el poder puede ser utilizado para cosas muy alarmantes, como idealizar al partido nacional socialista, Nazi. Creo que es muy importante tener cuidado con esto en el cine; sin embargo, considero que lo mejor que puede hacer una película es lo mismo que hizo Martin Luther King, Ghandi y César Chávez: mostrar, ser espejo de cada uno de nosotros para que nos veamos y preguntarnos si somos la mejor persona que podemos ser. Eso sí puede hacer una película.

Creo que una cinta no puede decirte qué hacer, y no me refiero al éxito comercial, sino a motivar un comportamiento y dónde encajas de lo que muestra. Eso es lo que puede hacer una película y esa es la pregunta más profunda. Tengo la esperanza de que un filme como este ayude a la gente a verse y a reflexionar con profundidad sobre el ser.

El mayor movimiento pacífico de masas en Estados Unidos lo encabezó en los años 60 César Chávez, pizcador, campesino, que enfrentó al sistema, al gobierno de ese país, que por un siglo negó los derechos civiles y humanos a miles de trabajadores, la mayoría mexicanos. Fue necesaria una gesta contra la discriminación y la explotación, tema central de la película (basada en una historia verdadera), en la que Luna y Malkovich estuvieron acompañados por Rosario Dawson, Michael Peña y América Ferrera.

Luna expresó que hacer la película ha sido como despertar de un sueño de cuatro años. He platicado de la importancia que tiene para la comunidad, para el voto latino, para las elecciones, para el problema migratorio.

Agregó: “Esta cinta habla sobre nosotros. Los protagonistas estaban con nosotros y pudimos filmar una película grande, una experiencia enorme. No es un filme que se pueda hacer en una tarde. Fue un sueño de principio a fin; algo muy demandante, de mucha responsabilidad. Hacerla fue muy pesado, porque se está hablando de personajes que viven, que tienen amigos y hay una expectativa... Encontramos gran cantidad de obstáculos, para hacer una película de este tamaño.

Quiero pensar que hicimos una cinta sobre cómo reaccionó un gobierno ante un movimiento. Hoy vivimos la indiferencia, ese es el gran monstruo en la actualidad. Estoy sorprendido de cómo la película se salió del foro. Dolores Huerta habló sobre la reforma migratoria, de las escuelas. Con esta película no tratamos de hacernos las víctimas, sino de sabernos parte de un problema.

Aceptó que este es el tipo de cine que quiere hacer. “Al filmar César Chávez me fui dando cuenta de la cantidad de prejuicios que tenía sobre la comunidad de allá. En la frontera me fracturó; no compartimos nuestras historias. Realmente sabemos muy poco de lo que significa pertenecer a esa comunidad. Lo importante de la cinta era retratar la realidad con veracidad. Se habla de un pasado que no se puede compartir, porque no te tocó conocer. Las condiciones del campo.... bueno, sólo 20 por ciento de los trabajadores del campo están en un sindicato. Eso habla de cómo se han logrado cosas, pero también de una realidad que no ha cambiado. Es una realidad muy incómoda.

Hemos permitido la esclavitud de 8 millones de trabajadores, que están construyendo un país, lo están alimentando. No tienen los derechos básicos que los seres humanos merecemos.

Sobre el hecho de que Barack Obama haya visto la película, Diego bromeó: “... El hombre más poderoso... Hay una cosa muy interesante: yo estaba rodeado de gente que entendía la pertinencia de esta historia, de lo importante que es contarla. Mandamos un mensaje claro: ‘este cine tiene que existir, nos representa’. Tenemos la oportunidad de presentar historias profundas, interesantes, complejas. Ya no quiero hacer un personaje que se muera en el segundo acto. Estuvimos en el campo. Cuando filmábamos a un lado estaban los trabajadores recogiendo las uvas. Ellos nos recordaban la importacia de contar su historia”.

Diego precisó que lo primero que tuvo que pasar fue presentar la película a su papá y después a la familia de César Chávez. “Es una sensación muy extraña y mostrarla fue un reto. La primera vez que la vimos con los hijos de César, éstos lloraron cuando acabó. Decían ‘¡así fue!’ Pasé la prueba. Debo decir que la uva marcó el ritmo, porque se trabajaba a un lado de los cultivos. Esperar hubiera implicado un año”.