Sociedad y Justicia
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La elevación al altar que ocupó siglos para otros santos fue fast track para Juan Pablo II

Wojtyla sabía que se indagaba la pederastia de Maciel: Navarro-Valls

Pide el Observatorio Eclesial replantear la polémica canonización

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Una pareja de fieles posa en medio de imágenes de los pontífices Juan Pablo II y Juan XXIII –conocido como el Papa bueno–, ayer frente a la Plaza de San Pedro, en RomaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Sábado 26 de abril de 2014, p. 29

Tras difundirse que Juan Pablo II conocía de la investigación por la pederastia cometida por el fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel, la secretaria ejecutiva del Observatorio Eclesial, Gabriela Juárez Palacios, dijo que debería ser replanteada la canonización del pontífice polaco, programada para este domingo en el Vaticano.

La revelación fue emitida ayer por Joaquín Navarro-Valls, ex vocero papal, en el sentido de que el Papa estaba enterado de las investigaciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe contra Maciel. El Papa se preocupó mucho. Para la pureza de su pensamiento, aceptar esa realidad era imposible, era increíble, pero la aceptó, dijo.

En un encuentro con periodistas, en la sala de prensa del Vaticano, el ex vocero recordó que la investigación canónica de las denuncias contra Maciel por abusos sexuales a menores comenzó cuando aún vivía Karol Wojtyla.

Subrayó, sin embargo, que a su fallecimiento, en abril de 2005, el proceso no había concluido, al menos en cuanto a la determinación final de la Doctrina de la Fe.

El primer paso fue mandar a (Charles) Scicluna (promotor de justicia de la Doctrina de la Fe) a hablar con todas las personas. Esto ocurrió durante el pontificado de Juan Pablo II y el Papa fue informado de este proceso, indicó.

Comprobar un caso de estas dimensiones tomó tiempo, agregó, aunque estaba referido a una sola persona, tenía muchos involucrados. Cuando el material recopilado por Scicluna fue traído aquí y se llegó a las conclusiones, el Papa ya había fallecido.

Aseguró que al inicio del pontificado de Benedicto XVI él habló con el Papa y le señaló que, pese a tratarse de un caso triste, debía ser comunicado a la opinión pública.

Cancelación, improbable

En México, José Barba, ex legionario de Cristo y catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México, comentó a La Jornada que desafortunadamente esta información, la cual coincide con lo que el grupo de ocho ex integrantes de la Legión de Cristo ha denunciado durante años no frenará, pospondrá y menos cancelará la ceremonia de inclusión de Wojtyla en el canon de los santos, pues no es una opción para el Vaticano.

Saúl Barrales, otro de los ex integrantes de la congregación también, coincidió en afirmar que que esta revelación hecha a tres días de la canonización no alterará la elevación a los altares del Papa polaco. Precisó que esto confirma que era prácticamente imposible que el pontífice no supiera de los señalamientos en contra de Maciel.

Barba agregó que es tal el peso de la verdad que no se podía seguir negando que el Papa era ajeno a la situación. Añadió que las recientes aseveraciones en cuanto a que Juan Pablo II no sabía nada del caso Maciel y ahora este reconocimiento de Navarro-Valls de lo contrario, forman parte de las formas intrincadas de actuar de la Iglesia católica en algunos temas.

Están tratando de acomodar la verdad según como miden a la opinión pública. ¿Por qué esta gente no habló cuando tenía que hablar? La consigna inicial era decir que el Papa no sabía, pero cuando la gente insiste con documentos, cambia (la estrategia); ellos creen que están jugando con niños. La consigna es a cualquier precio sacar adelante la razón de Estado de canonizar a Juan Pablo II.

Católicas por el Derecho a Decidir expresó su preocupación ante la inminente canonización Juan Pablo II, a pesar de que su pontificado estuvo marcado por la pederastia, injusticias y opresión.

La CEM rechaza que sea exprés la exaltación del pontífice polaco

Carolina Gómez Mena

La canonización del papa Juan Pablo II mañana domingo es una de las más rápidas que se han dado, pues ocurrirá a sólo nueve años de su muerte, el 2 de abril de 2005. Por lo general, las esperas en esta materia suelen ser largas: algunas se han concretado después de varios siglos.

Juan Diego Cuauhtlatoatzin es un ejemplo. Fue santificado por el Papa polaco 471 años después de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, que habrían ocurrido en 1531. Recién en 1990 fue beatificado y su glorificación ocurrió en julio de 2002. Desde 1746 se planteaba ver al ahora san Juan Diego en el honor de los altares, pero fue hasta 1974 cuando los obispos de México y América Latina pidieron hacerlo santo.

Otro caso que ha tardado cientos de años, por diversas oposiciones e interrupciones del proceso, es el del español Juan de Palafox y Mendoza, obispo de Puebla de los Ángeles entre 1640 y 1653. Desde 1666 se hicieron esfuerzos por llevarlo a los altares. Fue beatificado en junio de 2011 y aún no se perfila su santificación.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) descartó que la canonización de Juan Pablo II sea exprés, pues cumplió con todos los requisitos. Eugenio Lira Rugarcía, secretario general de la CEM, descartó en entrevista con La Jornada que el proceso de Juan Pablo II tenga una celeridad inusitada y precisó que ha habido beatificaciones y santificaciones que se han concretado en menor tiempo. Recordó que durante las exequias de Karol Wojtyla fieles pidieron que fuera declarado santo súbito.

Para el experto en temas religiosos Elio Masferrer, la canonización de Juan Pablo II sí es fast track. Consideró que tiene como finalidad hacer borrón y cuenta nueva en el tema de pederastia y legitimar los comportamientos de dejar hacer del fallecido pontífice.

Dijo que el proceso cumplió los pasos, pero no los tiempos y subrayó que su llegada a los altares está impulsada por los sectores conservadores.

Bernardo Barranco, especialista en asuntos religiosos, indicó que “probablemente hace 15 años hubiéramos dicho que era fast track, pero los tiempos han cambiado y se han flexibilizado las normas vaticanas. En todo caso, es una canonización muy rápida, comparada por ejemplo con la de Juan XXIII, pontífice que también será canonizado (mañana) y cuyo proceso tiene casi 50 años”.

Algunos ejemplos de santificación pronta: el teólogo Antonio de Padua fue elevado a los altares por Gregorio IX sólo 11 meses después de su muerte (1231) y la de Thomas Becket, arzobispo de Canterbury, consagrado en 1174 por Alejandro III, tres años y medio después de su asesinato.

La beatificación de la religiosa Teresa de Calcuta es ejemplo actual de la velocidad de algunos procesos. Murió en septiembre de 1997 y fue beatificada en octubre de 2003. Tanto dicha religiosa como Juan Pablo II fueron ascendidos a beatos seis años después de sus decesos, pero mientras la fundadora de las Hermanas de la Caridad aún no es declarada santa, el ex pontífice lo será mañana, pues se aprobó un segundo milagro, situación que está pendiente en el caso de la religiosa.

Lira Rugarcía indicó que actualmente algunas causas tienen mayor presteza debido a que la tecnología ayuda. Precisó que las computadoras, las formas de guardar y compartir información han dado prisa a algunos aspectos. Indicó que antes había mucho papeleo, no era tan fácil estar comunicados y hacer llegar información, lo que no ayudaba a los procesos.

El Código de Derecho Canónico indica que el proceso debe empezar cinco años después de la muerte del aspirante, pero el de Juan Pablo II se abrió el 28 de junio de 2005, dos meses y medio después del fallecimiento, debido a que Benedicto XVI hizo una excepción a la norma.

En la primera etapa, de cumplir con los requisitos, la persona es declarada sirviente de Dios, en la segunda venerable, en la tercera beata (se requiere un milagro) y en la cuarta santa, luego de haber autenticado un segundo milagro ocurrido después de haber sido reconocida como beato(a).

Sobre si Wojtyla merece ser santo, Barranco y Masferrer coincidieron en señalar que hay muchos elementos contra una santificación tan apresurada; el mayor es el eventual encubrimiento y protección al pederasta Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo.