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Más pobres en México por el cambio climático
N

uevamente los científicos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) denuncian que los países que más contribuyen a la generación de los gases de efecto invernadero no cumplen las promesas de reducirlos.

En reciente informe asientan que la emisión global de dichos gases creció más rápido la primera década de este siglo. Y agregan que es posible frenar este incremento si se recurre a una amplia variedad de cambios de comportamiento y a medidas tecnológicas destinadas a limitar el aumento de temperatura global a dos grados como máximo en 2100, en comparación con los niveles que había en la época preindustrial.

El informe se publica cuando la mayoría de los países dicen estar trabajando en establecer políticas que efectivamente logren limitar las emisiones de carbono e involucren a todos los responsables de ellas. En esa tarea juega un papel fundamental la clase política, los que toman decisiones que luego afectan a cada país y a la comunidad internacional.

Según los datos del Panel, entre 2000 y 2010, las emisiones de CO2 han aumentado 10 gigatoneladas. Se originan principalmente en el sector energético (47 por ciento), la industria (30 por ciento) y el transporte (11 por ciento).

Son estos tres sectores los que requieren medidas urgentes si en realidad se desea limitar el aumento de temperatura a dos grados centígrados para 2100. Un compromiso adoptado en la Cumbre de Cancún, pero que, como demuestran los datos y la realidad, está lejos de cumplirse.

Y para que sí se logre es necesario reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero entre 40 y 70 por ciento para 2100 con respecto a las registradas en 2010. Destaca el informe cómo en los años recientes fue mayor el consumo de carbón para producir energía, lo que evidencia la falta de políticas que lleven al uso de tecnologías que permitan la utilización creciente de la energía renovable, el almacenamiento de carbono, además de medidas que den por fruto una mayor eficiencia energética.

Este informe deja también claro que si el modelo energético actual (extremadamente derrochador en algunos países) no cambia pronto, la temperatura aumentará entre 3.7 y 4.8 grados centígrados este siglo.

Variar el modelo energético tiene sus efectos en la economía. El mejor ejemplo de ello se ubica en Estados Unidos, donde el presidente Barack Obama encuentra mucha resistencia a las medidas para reducir el consumo de energía y adoptar un nuevo modelo tecnológico que descanse menos en los hidrocarburos y el carbón y mucho más en las fuentes renovables.

El poderoso lobby de las grandes compañías impone su ley en el Congreso. Alega, entre otras cosas, que pedirle al sector contaminante un mayor esfuerzo para impulsar las energías renovables resulta negativo a la hora de reactivar la economía y el empleo, asuntos que se lograrán apenas en 2016.

En cuanto a China, la potencia mundial que cada vez contribuye más a la generación de gases de efecto invernadero, el primer ministro, Li Keqiang, señaló que está en marcha en ese inmenso país una guerra contra la contaminación. No es para menos cuando oficialmente se reconoce que de las 74 ciudades principales, apenas tres cumplen con el estándar fijado por el Ministerio de Protección Ambiental en cuanto al aire limpio. Sobresalen por la mala calidad, Pekín y otras ciudades del norte de China y las de los deltas de los ríos Yangtsé y Perla.

Datos del sector salud calculan que por esa contaminación atmosférica cada año mueren prematuramente entre 350 mil y 500 mil personas. Aquí aparece otra vez el factor crecimiento económico: los últimos años bajó de 10 a 7.4 actual con sus efectos negativos en las actividades manufactureras e industriales y el empleo. Y los problemas sociales que ello genera.

Mientras debíamos estar en la etapa final de los combustibles fósiles para entrar a la de la energía renovable, en México el gobierno y las trasnacionales presumen la reforma energética, gracias a la cual se extraerán más hidrocarburos. Habrá así más privilegios para unos cuantos, mientras, según el Banco Mundial, el cambio climático producirá casi 3 millones de mexicanos pobres los próximos 15 años.