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Sólo por el pase de lista en los 10 penales se reacaudan 812 mil pesos al día: familiares

Corrupción, añejo problema en cárceles; dentro todo cuesta

Se desarrollan mecanismos para eliminarla, asegura el subsecretario del Sistema Penitenciario, Hazael Ruiz

Los pagos son voluntariamente obligatorios; no hacerlo significa represalias

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de abril de 2014, p. 37

La extorsión en los reclusorios de la ciudad es un problema añejo que para las autoridades ha sido difícil controlar, reconoció Hazael Ruiz, subsecretario del Sistema Penitenciario del Distrito Federal, pero afirmó que ya se desarrollan mecanismos para combatirla e incluso se han puesto a disposición de la autoridad judicial más de 400 servidores públicos.

Los 120 pesos diarios que cuesta al sistema penitenciario la manutención de cada interno en los penales de la capital son incrementados por los visitantes, quienes deben pagar derecho de piso, entre otros cobros, por la reclusión de su familiar o amigo.

Los montos varían, según el tiempo que el reo permanece en prisión, pero van de 500 hasta 3 mil pesos por visita, según testimonios de internos y familiares.

En la ciudad de México existe un registro de 40 mil 626 personas presas, lo que significa que el Gobierno del Distrito Federal destina 4 millones 875 mil 120 pesos diarios para mantener a la población de los 10 penales capitalinos. Con esa cantidad, explicó Ruiz Ortega, se cubren los servicios de salud, alimentación, luz, techo y sueldo del personal a cargo de su atención, entre otros.

Pero en la cárcel todo cuesta: cruzar la estancia, cambiar de patio, hasta lo más elemental, como jabón, rastrillos, papel higiénico y la comida sale mucho más caro que si lo llevas de la calle. Son una mafia y la complicidad es desde el gobierno hasta los presos con condenas muy altas, comentó doña Martha, quien tiene un hijo sentenciado por robo a transporte en el Reclusorio Oriente.

Según los internos, se paga el pase de lista, el cambio de dormitorio, la fajina –aseo de espacios–, el ingreso, los operativos, la visita y todo lo que está prohibido, porque sí se puede hacer. Desde que pisas el reclusorio, seas visita o porque cometiste un delito, empiezas a pagar.

Tan sólo por la cuota del pase de lista, inconmutable, según los testimonios, que es de 20 pesos, se recaudan 812 mil 512 pesos diarios, que no entran a las arcas del gobierno de la ciudad, pero sí a los bolsillos de los malos servidores públicos, relataron.

En todos, lo mismo

Familiares e internos entrevistados afirmaron que en las cárceles todo es negocio. Judith, sentenciada a 24 años por el delito de secuestro, manifestó que no hay distinción entre reclusorios. En el femenil de Santa Martha Acatitla “ya también cobran el pase de lista, y no se conforman con un ‘ventilador’ –20 pesos–; se ofende la custodia si se lo ofreces. Te piden el Morelos –50 pesos– y hasta te andan quitando el Sor Juana –de 200”.

Los pagos son voluntariamente obligatorios, porque si no todo lo prohíben. Negarse a pagar significa represalias. “Se sienten muy al chile porque traen el negro –uniforme–, y si te agarran de encargo te mandan operativo o te hacen cambio de dormitorio. Denunciarlas sólo trae problemas. Te dicen: ¿Qué, no te ves cómo estás vestida? ¿Qué color traes? ¿A quién le van a creer, al beige o a mí, que traigo el negro? Tú no vales nada aquí dentro, explicó.

En el Oriente, Guadalupe expuso su experiencia. Se pagan las concesiones, que es el control de espacios. Un grupo de presos tiene el de las salas de visita. Según ellos, pagaron cien mil pesos para tenerla. A nosotros, por entrar para no estar en el patio, que huele horrible, nos cobran 30 pesos por la mesa, pero en día festivo son 70, detalló.

Aseguró que todo entra por la aduana: Meter un celular cuesta entre 10mil y 15 mil pesos, pasar a la visita, 20 pesos; hasta por el color de ropa, si la ven más clara, 20 pesos, y todos deben pagar.

La situación no es diferente en el Norte, donde, según Miriam, los custodios de revisión se llevan 100 pesos en promedio por familia. Hasta por el brasier les tienes que dar la moneda. La mujer aseguró que resulta mucho más costoso mantener a su esposo dentro del penal que si estuviera en su casa sin trabajar.

En los reclusorios no se puede vivir sin dinero, advierten los reclusos. Unos se contratan para dar protección, otros para hacer la limpieza, lavar ropa y, en el mejor de los casos, con los concesionarios de las tiendas y espacios, de los cuales se apoderaron los internos de mayor antigüedad y los pesados, quienes, aseguran, también tuvieron que pagar.

Ante esa situación, Hazael Ruiz aseguró que ya trabajan para evitar el cobro del pase de lista y se rota al personal de seguridad para impedir que continúe la corrupción.

Aseguró que hay acciones y voluntad para erradicarla, por lo que se implementará mayor tecnología, como cámaras de seguridad, mejores equipos de detección, como arcos, bandas y un proceso de modernización de las aduanas en los penales.