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La Compañía Nacional de Danza presenta la temporada 38 de ese montaje clásico

Modernizan bailarines el idilio imposible de El lago de los cisnes

La historia, narrada por una voz en off, envuelve al espectador en un juego sutil de luces, giros y saltos para transmitir la alegría de la vida y el amor

La nueva propuesta busca acercar al público que nunca ha visto ballet

Requirió una inversión de 11 millones de pesos

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Bailarinas de la Compañía Nacional de Danza durante un ensayo de El lago de los cisnes. Las funciones se realizan en la isleta del lago menor del viejo Bosque de ChapultepecFoto María Meléndrez Parada
 
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de abril de 2014, p. 4

En medio de la isleta del lago menor del viejo Bosque de Chapultepec, con la complicidad de la música de Piotr Illich Chaikovsky, la Compañía Nacional de Danza (CND) presenta una nueva producción de El lago de los cisnes, durante la temporada 38 de ese ícono de la historia del ballet.

Después de intensas jornadas de ensayos, el momento de interpretar los papeles principales del ballet llegó para Lorena Kesseler y Elisa Ramos, quienes alternarán funciones con sus compañeras para encarnar a la dulce y frágil Odette (cisne blanco) y a la segura y seductora Odile (cisne negro).

La noche llegó para las bailarinas y el escenario del lago de Chapultepec sumerge al espectador en un mundo mágico: luces de colores cubren el bosque, las hojas de los árboles adquieren un tono diferente, de ensueño, mientras el agua natural del lago se convierte en un espejo del movimiento de las bailarinas, los cisnes encantados.

Como cada año la emoción invade a cada uno de los bailarines, al público, a la directora de la CND, Laura Morelos, y hasta a los guardias que guían con una lámpara a las personas por el bosque.

Vestuario nuevo y pantalla de agua

Esta producción es diferente, porque los bailarines estrenan vestuario y tienen como escenario un castillo enorme que cambia de colores y una pantalla de agua que permite los efectos de magia de la obra.

La melodía de Chaikovsky acompaña la historia del amor imposible entre el príncipe Sigfrido y Odette, una joven reina convertida en cisne –junto a toda su corte– por el hechizo del malvado Von Rothbart.

Para componer El lago de los cisnes, el músico ruso se valió de fragmentos de otras obras: un ballet basado en una leyenda alemana (de donde procede el nombre) y pasajes remodelados de sus óperas Odina y El Voyevoda.

Sin importar las horas dedicadas a los ensayos, las llagas en las puntas de los pies, los moretones y el frío de la noche, ahí están las bailarinas entregadas al sueño de bailar y formar las alas de cisne desde el hombro y el cuello, mediante un movimiento que debe parecer natural.

Con El lago de los cisnes se puede ver el esfuerzo de la compañía por modernizar un ballet clásico, finalidad que no ha sido fácil para los bailarines.

Sin embargo, se han logrado importantes cambios en la obra, sobre todo en el cuerpo de baile femenino de los cisnes blancos, que requiere mucha concentración y que incluso utilizan los árboles como una extensión más de sus movimientos.

La obra, que cuenta con una voz en off para narrar la historia, envuelve con un juego sutil de luces, giros y saltos al espectador, que no necesita ser un experto en ballet para sentir el movimiento y la alegría de la vida y el amor que encierra El lago de los cisnes.

Por su inolvidable coreografía y el dramático final lo han convertido en uno de los ballets más reconocidos del mundo, pero a diferencia de otras compañías de danza, en la producción mexicana no hace falta la imaginación porque tiene el escenario natural de la isleta del lago menor del Bosque de Chapultepec.

Magia compartida

Basada en la obra de Lev Ivanov y Marius Petipa, la nueva propuesta que ofrece la CND dura una hora –con inversión de 11 millones de pesos– y busca atraer al público que nunca ha visto ballet.

Todas las noches, la agrupación dancística comparte la magia de ese ballet clásico. El príncipe, la reina madre, la corte, los caballos y una embarcación en forma de cisne gigante son parte del montaje que sorprende al público.

Con la participación de bailarines de la Compañía Nacional de Danza Folklórica y la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, la nueva versión del ballet El lago de los cisnes se presenta de miércoles a domingo, a las 20 horas, hasta el 13 de abril y del 16 al 20 de abril, a las 20:30 horas, en la isleta del lago menor del viejo Bosque de Chapultepec.

Se recomienda llevar ropa adecuada para el frío y paraguas, así como zapatos cómodos, y llegar con 45 minutos de anticipación, debido a la distancia que debe recorrerse a pie dentro del bosque.

El acceso es por la puerta de la calle Gandhi, sobre Paseo de la Reforma, a un costado del Museo de Arte Moderno.

Los boletos se pueden adquirir en las taquillas del Centro Cultural del Bosque, del Palacio de Bellas Artes y en el sistema Ticketmaster.