Opinión
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¡Oh, Fukuyama!
E

l fin de la historia y el ultimo hombre (1992) veía la caía de la URSS así, en medio del júbilo de occidentales (y orientales): terminarían las ideologías, gobernaría al mundo globalizado la economía, en el marco de la democracia liberal: el fin de la historia. Sólo teníamos que esperar a que la ciencia nos acarreara bienes sin fin para siempre.

Por el Tratado de Belavezha, firmado el 8 de diciembre de 1991 por los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia, quedó disuelta la república del socialismo realmente existente más grande del mundo. Las 15 repúblicas que conformaban la URSS adquirieron su independencia, aunque 78 por ciento de los ciudadanos en un referendo realizado en marzo de ese año, en las mismas repúblicas, votó en favor de la conservación de la URSS.

Parece olvidarse que la disolución consistió en la conformación de la Comunidad de Estados Independientes, sobre buena parte de la cual Rusia conservó, de manera diferenciada, un peso incuestionable. Acaso los historiadores nos rebelarán un día cómo grupos políticos rusos emprendieron el camino para recolocar a Rusia y a la confederación misma como un actor independiente y de influencia y gran peso en la escena internacional.

Apenas 23 años después, en el marco de la crisis de la globalización neoliberal, los caminos andados por Rusia y por China nos han puesto muy cerca de la puerta de inicio de un nuevo mundo. Uwe Klussmann escribe en Spiegel on line, publicación hermana del semanario alemán Der Spiegel: Rusia y China se preparan para firmar un nuevo acuerdo de cooperación político-militar, el cual daría la plataforma necesaria para generar un requilibrio de fuerzas mundial. Klusmann informa, asimismo, que Renmin Ribao, el órgano principal del Partido Comunista Chino, ha expresado recientemente en un editorial que el caso Ucrania está revestido por el espíritu de la guerra fría, de modo que el enfoque estratégico de China y Rusia ponen un ancla de estabilidad en el mundo.

El Global Times, periódico chino publicado en lengua inglesa, tituló un editorial reciente: Cómo hacemos nuevos amigos, que concluye diciendo: no podemos dejar así a Rusia, si se encuentra en dificultades China debe ser un socio estratégico confiable. Estas posiciones fueron saludadas por Putin en la Duma, agradeciéndolas al pueblo chino. Y una sorpresa: la página web de la Casa Blanca, ha publicado la semana pasada que descendientes de antiguos siberian russians han entregado a Washington un documento con 30 mil firmas pidiendo el reintegro de Alaska a Rusia. La misma página informa que son necesarias 100 mil firmas para que pase a la consideración del presidente.

Estados Unidos (EU) festejó con júbilo la votación en la ONU sobre lo que Occidente llama anexión y Rusia reunificación, respecto a Crimea: 100 votos a favor condenando la acción rusa, 11 en contra y 58 abstenciones. Rusia ha respondido que Obama debería poner un poco de atención a las abstenciones: China, India, Brasil, Sudáfrica (los BRICS). También Argentina, Uruguay, Ecuador, Paraguay y El Salvador, más otros 49, no votaron con EU.

EU y la UE llevaban años negociando un acuerdo de libre comercio, un instrumento sumamente complejo pero que sería el mayor acuerdo comercial del mundo, sin duda una buena noticia para ambos. Las negociaciones habían entrado en punto muerto debido a los espionajes que afectaban a varios países de la UE y con ello a las negociaciones. En la circunstancia actual EU ha decidido de un plumazo eliminar los aranceles a las importaciones de la UE a partir del 26 de marzo pasado. EU quiere así afianzar una coalición internacional de gran poder. Aunque esta coalición vive una gran fragilidad económica y puede estar cerca de una nueva gran crisis.

De otro lado los mismos acontecimientos impulsan otra gran coalición con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y acas otros países), que están en vías de crear su Banco Mundial, y su FMI, bajo sus propias reglas. La semana pasada Rusia negoció un acuerdo para realizar sus pagos en sus propias monedas, con China y con Corea del Norte. Si esta medida se generaliza para el conjunto de los BRICS, no harán más pagos por petróleo y gas en dólares. La caída de la demanda de dólares sería un durísimo golpe a la economía estadunidense.

No solamente están reconformándose grandes coaliciones internacionales; los plebiscitos proliferan: la región italiana de Cerdeña siguiendo a Véneto, otra región italiana que recientemente celebró un referendo, decidió seguir su ejemplo: celebrar un plebiscito on line sobre su independencia de Italia, según la edición digital Nova Sardegna. Lo mismo ocurre con la provincia autónoma italiana de Bolzano-Alto Adigio, más conocida como Tirol del Sur, que hasta 1919 formó parte del imperio Austro-Húngaro: busca independizarse de Italia. Y más: el gobierno de Escocia ha anunciado un referendo para septiembre próximo a efecto de que su población vote la opción de la independencia del Reino Unido. Y Cataluña, a su vez, pese a la negativa del gobierno español, también en septiembre de este año llevará a cabo una votación sobre si quiere la independencia de España. El país Székely –parte este de Transilvania en Rumania– está en las mismas, mientras las regiones de Flandes quieren separarse de Valonia, lo que desaparecería a Bélgica.

¿Estamos a las puertas de un mundo nuevo?