Casa Xochiquetzal (para sexoservidoras de la tercera edad), al igual que el país, está amenazada siempre, dijo la actriz y activista Jesusa Rodríguez y pidió a sus 26 habitantes protegerla aunque, reconoció, va a ser difícil encontrar mujeres más bravas que ustedes.

Fundadora de ese albergue, junto con Elena Poniatowska, Bertha Maldonado, Marta Lamas, Isela Vega, Maya Goded y Gabriela Rodríguez, entre otras, Jesusa participó en la segunda presentación de Las amorosas más bravas, libro de la fotógrafa Bénédicte Desrus y la narradora Celia Gómez Ramos, que ofrece una mirada íntima sobre las ocupantes de la casa, en su sede de Torres Quintero 14, Centro Histórico.

Recordó al público que Andrés Manuel López Obrador, cuando fue jefe de Gobierno del DF, apoyó la creación en 2006 de la Casa Xochiquetzal, comentario que fue recibido con gritos de ¡bravo! Si los primeros años fueron muy difíciles, de mucha resistencia, ahora seguirán siendo más difíciles, pero no le hace, la fortaleza de estas mujeres es extraordinaria, acotó Jesusa.

“Me gustaría imaginar la casa como una niña de ocho años, inquieta, traviesa y llena de vida. Pero, hablando de niñas sabemos muy bien cuál es la terrible realidad que enfrentan muchas niñas y niños en el país, asolado por la corrupción, la impunidad y la violencia, la verdadera prostitución de los políticos priístas desde hace 80 años. Este regreso del PRI tan indignante para los mexicanos.

Aquí, en este barrio (San Sebastián Atzacoalco) la explotación de niñas crece exponencialmente a la vista de todos. Ojalá pronto exista también un refugio para ellas que sufren explotación en las calles y los campos de nuestro adolorido México.

Para Inti Muñoz, director del Fideicomiso del Centro Histórico, en un mundo que se distingue por la exclusión, el egoísmo y la discriminación, Casa Xochiquetzal no debería existir, ya que atiende un problema difícil para la sociedad decir en voz alta. A lo mejor son necesarias hoy muchas casas Xochiquetzal, porque si hubiera más tendríamos una sociedad mejor, menos dolorosa, menos injusta, menos excluyente.

Gómez y Desrus, autoras del libro, recibieron flores y una ovación de pie. Gómez, con un nudo en la garganta, aseguró que esas mujeres, entre otras cosas, me han cambiado la vida. Bénedicte inició el proyecto hace seis años y me uní hace dos. Para mí es un homenaje a la vejez y a la dignidad humana que exista un lugar como éste en un país de tantos contrastes.

Desrus anunció una nueva presentación del libro, con una exposición fotográfica, el 6 de abril, a las 15 horas, en Artículo 123, número 123, Centro.