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Firmó con Tigres de Detroit un compromiso de 10 años por 292 millones de dólares

El venezolano Cabrera, el mejor pagado en la historia del beisbol

Supera la cifra que los Yanquis dieron por Álex Rodríguez

Ganará más que Rodgers, de la NFL, y los futbolistas Messi y Ronaldo

En 2012 conquistó la triple corona y sumó dos MVP

 
Periódico La Jornada
Sábado 29 de marzo de 2014, p. a13

Miami, 28 de marzo.

La Era de los esteroides hizo que en la reciente década los números de los grandes bateadores fueran vistos con sospecha. No es el caso del venezolano Miguel Cabrera, limpio hasta el momento de sombras, y que hoy se convirtió en el jugador mejor pagado de la historia del beisbol.

Será quizá por su abdomen prominente o porque su registro, el mejor con el bate en los años recientes, no sea tan exagerado como el de Barry Bonds, el rey de los jonrones. Pero Cabrera, quien hoy firmó con Tigres de Detroit un nuevo contrato de 10 años y 292 millones de dólares, parece ser el héroe que busca un deporte marcado por el recelo y que desprecia a Bonds.

Eso es el pasado, expresa cortante Cabrera cuando se habla de los esteroides en el beisbol. Ni con el bate se quita las pelotas de encima tan rápido.

Cabrera superó hoy los 275 millones con los que los Yanquis de Nueva York firmaron en 2007 a Álex Rodríguez, quien se perderá toda la temporada 2014 por su implicación en el escándalo de dopaje de la clínica Biogenesis.

Rodríguez es el ejemplo de la estrella marcada por el consumo de sustancias prohibidas, la figura que el nuevo beisbol, más duro ahora después de años de permisividad, quería derribar para dar ejemplo.

Cabrera, aun sin el atractivo de A-Rod, es la nueva estrella.

El venezolano ganó en 2012 la triple corona, al ser el primer bateador desde 1967 en encabezar en porcentaje de bateo, jonrones y carreras impulsadas.

Además, sumó dos premios MVP (jugador más valioso) consecutivos las dos recientes temporadas con unos Tigres que anhelan conquistar la Serie Mundial y que no están dispuestos a reparar en gastos por un título que no celebran desde 1984.

Tiene la oportunidad de ser uno de los mejores bateadores de la historia, dijo hoy al justificar el acuerdo el presidente de los Tigres, Dave Dombrowski.

Gracias a que no existe límite salarial, el beisbol en Estados Unidos se ubica como la liga deportiva más millonaria del mundo.

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Miguel Cabrera busca dejar en el pasado el consumo de esteroides que protagonizó el rey de los jonrones, Barry BondsFoto Ap

Cabrera ganará más que LeBron James (baloncesto), Aaron Rodgers (NFL), el canadiense Sidney Crosby (hockey sobre hielo) y que el argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, los astros del futbol.

Con su nuevo contrato, el venezolano recupera la figura del bateador. Quizá por las sospechas de dopaje, las Grandes Ligas se habían convertido en territorio de los pítchers, como lo demostraron los recientes y mutimillonarios acuerdos por Justin Verlander, también en Tigres, y por Clayton Kershaw, lanzador de los Dodgers de Los Ángeles, quien ganará más de 30 millones por temporada los próximos siete años.

Cabrera es un pelotero tradicional en una época marcada por el análisis numérico en el beisbol, donde reina la fiebre por las estadísticas. No analiza videos de los lanzadores con los que se enfrenta ni practica con máquinas que disparan pelotas.

El sudamericano es instintivo y rápido. Ve cómo el pítcher agarra la pelota y es capaz de reconocer inmediatamente dónde deberá impactarla. No necesita páginas con números, videos ni consejos. Tiene todo en su cabeza.

“Si no fuera por el bate y la pelota, asegura que sería ingeniero petrolero en una Venezuela a la que manda mensajes de paz en medio de las disputas entre gobierno y oposición.

Ve el mundo con ojos diferentes, dijo al diario The New York Times Jim Leyland, mánager de los Tigres el año pasado,

Una pelea con su mujer en 2009 y una acusación de conducir bajo los efectos del alcohol tiñen el expediente de Cabrera, poco hablador y remiso a ser una estrella de la mercadotecnia.

Sus números hablan por él: las cifras de jonrones, carreras impulsadas y porcentaje de bateo, pero también las de su cuenta bancaria, en la que recibirá el mayor salario de la historia de un deporte necesitado de figuras limpias.