Opinión
Ver día anteriorLunes 24 de marzo de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El espejismo de la educación
A

lgunos estudios recientes lla­man la atención so­bre los límites y po­sibilidades de lo que se conoce o conoció como el sueño americano. Entre los elementos que plantean es el papel que la educación ha jugado en esa panacea, particularmente de los años 40 a los 70. En dicho periodo los estudios universitarios, y aun de educación media, fueron una palanca para que millones en todo el país ascendieran en las escalas social y económica. Lo cierto es que, en términos generales, esa permeabilidad se ha desvanecido.

En un estudio conjunto de las universidades Berkeley y Harvard se compara la movilidad social entre diversas regiones geográficas de Estados Unidos y con algunos países del norte europeo, como Dinamarca. A diferencia de esos países, en Estados Unidos se ha dado una especie de balcanización, pues en algunas regiones o ciudades quienes se encuentran en los peldaños más bajos de la escala social no sólo no llegan a los estratos más altos, sino tampoco a los de nivel medio.

Según el estudio, los factores son diversos. Tal vez los que tienen mayor peso son: el diseño de las ciudades; el desarrollo de actividades cuyo impacto en la economía ha sido fundamental para el crecimiento económico; el gasto en infraestructura por el gobierno, y la segregación de algunos núcleos de población, concretamente afroestadunidenses y latinos.

El estudio muestra algunas de las ciudades donde las posibilidades de ascenso son más altas, entre ellas, San José, en California, y Seattle, en Washington. Ambas son parecidas en su desarrollo reciente. Por ejemplo, mayor innovación tecnológica en la electrónica. En el extremo opuesto están algunas ciudades en lo que fue el corazón industrial del país, Columbus y Dayton, en Ohio, donde las industrias, como la del automóvil, se rezagaron y perdieron competitividad internacional.

Por otro lado, si bien para los egresados de las universidades en algunas regiones hay mejores posibilidades de movilidad ascendente, para la mayoría en todo el país son ahora mucho más remotas. En términos generales, la educación, tal como fue concebida en los años 30 y 40, como un medio de ascenso para la mayoría de la población, no sólo para unos cuantos, se ha desvanecido o se ha convertido en espejismo, como se demuestra en el mercado de trabajo en que jóvenes egresados de universidades, ante la imposibilidad de usar sus conocimientos en el campo para el que estudiaron, lo hacen como despachadores en una cadena de hamburguesas, o en una cafetería, por mencionar algunos ejemplos.

Una de las preguntas que quedan abiertas en torno al sueño americano, es si el espejismo se ha desvanecido sólo para la mayoría de los que viven en el país, pero continúa vigente para quienes viven fuera de él y aún lo contemplan como la posibilidad de una vida mejor. Queda abierta la pregunta para un próximo artículo.