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Con sus extensos temas, Tool comulga con fanáticos y desata la euforia festiva

Cumbre Tajín vive épica noche de poderosos sonidos metaleros

El metal-grunge cantado en tzotzil de Vayijel abrió las luminosas y musicales atmósferas en la tierra de los tres corazones

Puscifer y Primus demuestran la fuerza de los géneros ásperos

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Maynard James Keenan, líder de Tool, y Les Claypool, integrante de Primus, transformaron la mágica noche del Totonacapan en una velada infinita de sonidos ásperos y bien ejecutados. Fue la noche sagrada del metal y la tinta en la Cumbre TajínFoto Fernando Aceves
Enviado
Periódico La Jornada
Domingo 23 de marzo de 2014, p. 8

Papantla, Ver., 22 de marzo.

Sonidos metaleros progresivos arrancados de lo más profundo del universo; luminosas y musicales atmósferas ordenadas en la tierra de los tres corazones; cantos elevados en tzotzil con la instrumentación clásica del rock y la traducción sonora subconsciente de la estrella de la noche Maynard James Keenan, primero con su proyecto Puscifer y después con Tool, antecedidos de Primus y Vayijel, transformaron la mágica noche del Totonacapan en una velada infinita de sonidos ásperos y bien ejecutados, en la noche sagrada del metal y de la tinta.

Desfile de tintas

Desde el mediodía del viernes, la energía creada por los asistentes al concierto del segundo día de actividades de la Cumbre Tajín preludió una velada con tintes épicos, pues además del boletaje agotado, el estado de ánimo del público se cataba inmejorable, todos con oídos afilados/abiertos a la impresionante cantidad de resonancias que aguardaban en la velada, así como el desfile de mujeres y hombres tatuados en todas partes del cuerpo, que recorrían todos los rincones del parque Takilhsukut.

Los primeros en salir fueron los chiapanecos de Vayijel, quienes sorprendieron a propios y extraños con su esmerada fusión de metal/grunge entonando su canto en tzoltzil, su lengua materna. El cuarteto llegó enfundado en unos trajes peludos con los rostros cubiertos con máscaras, que si se le miraba con fijamente, llenaban de un fascinante terror indescriptible.

Después seguía Tomahawk, pero a la entrada del parque Takilhsukut se colocó un cartel que daba cuenta de que el grupo liderado por Mike Patton había cancelado; más adelante la producción informó que fue por motivos de salud de Patton.

El siguiente en la lista del cartel fue Puscifer, proyecto musical alterno de Maynard James Keenan, quien para algunos salió transformado en un cuasi chamán posmoderno y para otros resultó un dudoso émulo/tributo al personaje del Güiri Güiri, Johnny Petardo. Pero la presentación de Puscifer transcurrió entre rígidos algodones, un pequeño viaje creativo de sonoridades electroindustriales que fueron coreadas a todo lo alto por los asistentes, a sabiendas de las suculentas viandas que les esperaban con Tool.

Pero antes había que zanjar una gustosa aduana con Primus, quienes con sus rolas kilométricas con potente instrumentación generaron un cambio en la métrica formal de los conciertos de rock con bajo omnipresente, una especie de repetición para generar un cambio, logrando la sana y natural convivencia del mundo de la imaginación y la realidad, donde igual un elefante salta en una cama elástica alcanzando una altura increíble, que contrasta con la densidad del esfuerzo de un submarino tratando de salir a flote.

Récord de asistencia

Primus logró con su distorsión armoniosa, sus tramas visuales y sonoras y esa visión específica, elevar su música a una categoría estética para el deleite absoluto de los 40 mil fanáticos congregados, quienes de paso marcaron un récord en la asistencia a un concierto en la Cumbre Tajín.

Pero cuando salió Tool todo cambió, porque la euforia festiva se desbocó y de paso de quedó claro por quién se pagó el boleto. Parecía que Tool tocaba como si una fuerza los manejara, como si un designio sagrado se los concediera, como si la energía del público los abasteciera, como si hubieran nacido en el escenario.

Tool, encabezado por el célebre cineasta y vitivinicultor Maynard James Keenan, además de Danny Carey, Adam Jones y Justin Chancellor, logró una impresionante comunión con el público, que generó una energía pocas veces vista, con sus extensos temas como Third Eye, Vicarious, Schism y Push it combi-nadas con la proyección de imágenes extraídas de una aparente sique retorcida y enferma, pero donde todos los elementos creativos tienen un por qué y son complementarios.

Demiurgos

Cada uno de los 40 mil asistentes siguió a la cuasi sideral banda con atención y acompañándola en sus canciones, como Intension, Lateralus Middle y Jambi. Mención aparte fue la frase que rezó en la pantalla: Tool los ama.

Evidentemente afectado por la cantidad y las muestras de pleitesía por parte del público a Tool, Maynard atinó únicamente a decir: Muchas gracias Tajín. Muchas, muchas gracias, lo que el público devolvió/retribuyó en una ensordecedora rechifla y vítores, y que seguramente causaron una nueva sorpresa a los californianos, quienes a lo largo de una hora 40 minutos además interpretaron Forty-Six & 2, Aenema y Stinkfist, de forma inmaculada, y dejando satisfecho al público.

Este cuarteto de demiurgos estuvo a la altura del dios del trueno, el inasible anfitrión de la Cumbre Tajín, y demostró el infinito poder de los géneros musicales ásperos.