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Llegan cientos de personas de todo el país a la capital española

Hoy, marcha en Madrid contra efectos de la crisis económica
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Integrantes de la Plataforma de Víctimas de Hipotecas exigieron ayer en Valencia que se ponga fin a los desahucios. La protesta, frente a la sede de la financiera Bankia, donde se efectuaba una reunión de accionistasFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 22 de marzo de 2014, p. 22

Madrid, 21 de marzo.

Centenares de ciudadanos de todo el país llegaron desde sus respectivas regiones a Madrid con el propósito de reivindicar, mañana sábado, su indignación ante la situación creada por la crisis, con más desempleo, más pobreza, menos servicios sociales y un grave deterioro en los servicios públicos básicos, como la educación y la sanidad.

Muchos de ellos llegaron a la capital española después de una larga caminata y otros más se trasladaron en diversos medios de transporte, pero todos con el objetivo común de demandar pan, trabajo y techo.

Más de 300 colectivos del Estado español decidieron hace unos meses iniciar una movilización ciudadana que pretende convertir las calles de Madrid en un espacio para la reivindicación, la reflexión, el debate y la crítica política.

Es una movilización unitaria que confluye aquí ante el temor de las autoridades de la ciudad y de la Comunidad, ambas gobernadas por el conservador Partido Popular (PP) de que se forme una situación parecida a la de mayo del 2011, cuando miles de indignados tomaron las plazas públicas para acampar y convertir su reivindicación en algo colectivo y notorio.

Por eso el despliegue policial en la ciudad es la de un virtual estado de sitio, con dos helicópteros sobrevolando la ciudad desde la víspera y más de mil 750 policías desplegados para evitar acampadas y para dispersar a los manifestantes en caso de que reciban la orden de la Delegación del gobierno.

Incluso antes de la llegada de los ciudadanos indignados, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González -relacionado con un caso de presunta corrupción-, comparó a los que integran la protesta con los neonazis griegos de Amanecer Dorado, lo que provocó la inmediata indignación de los colectivos que están más próximos a las movimientos altermundistas y críticos con el devenir del capitalismo.

Entre las reivindicaciones de la Marcha de la Dignidad destaca el llamado público para rechazar el pago de la deuda pública, frenar los recortes de inversión en servicios básicos, no acatar las directrices económicas y financieras que se dictan desde el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. En resumen: pan, trabajo y techo para todas y todos.

En el manifiesto conjunto se advierte que en 2014 nos encontramos ante una situación extremadamente difícil, una situación límite, de emergencia social, que nos convoca a dar una respuesta colectiva y masiva de la clase trabajadora, la ciudadanía y los pueblos.

Y añade: Millones de trabajadores y trabajadoras se encuentran sin empleo... Cientos de miles de familias han perdido su casa. No hay nada más inhumano que desalojar a una familia de su hogar sólo para alimentar la voracidad insaciable de unos banqueros sin escrúpulos. Banqueros a los que los estados siervos de la Troika alimentan a costa de empobrecer aún más a la clase trabajadora y a las personas más indefensas.

Advierte que nos han robado la libertad porque al capitalismo le sobran las libertades y los derechos de la mayoría social. Es un sistema que busca exclusivamente el beneficio privado de unos pocos y que nos lleva inexorablemente a una catástrofe medioambiental y social de alcance incalculable.

Por eso, exigen que se vaya el gobierno del PP y, también, todos los gobiernos que recortan derechos sociales básicos, todos los gobiernos que colaboran con las políticas de la Troika.

Después de que la delegada del gobierno, Cristina Cifuentes, advirtiera que recibirá a los indignados con un despliegue policial de más de mil 750 agentes antidisturbios, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, comparó los ideales de las marchas con el partido neonazi griego Amanecer Dorado. Están yendo más allá de los límites constitucionales que deberían ser respetados por todos, advirtió.