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Versión contemporánea de Marisa Gómez de la historia del príncipe de Dinamarca

Presentan un Hamlet ambulatorio, con lenguaje cotidiano y música de los Beatles
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Escena de Hay algo podrido en Dinamarca, propuesta en la que el público se convierte en integrante de la corte danesa. La temporada del montaje termina el domingo 30 en la Plaza de las Artes del CenartFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de marzo de 2014, p. 3

En la instalación escénica Hay algo podrido en Dinamarca, una de las muchas versiones de Hamlet, obra de William Shakespeare, el público se convierte en un integrante más de la corte danesa, al recorrer junto con los personajes el espacio arquitectónico del Centro Nacional de las Artes (Cenart) y revelar la transformación de éste en varios sitios del castillo de Elsinor.

La propuesta contemporánea de una de las tragedias más importantes de la literatura dramática universal es de la directora y dramaturga Marisa Gómez, quien realizó un trabajo de investigación escénica con la finalidad de explorar diversas aristas del texto shakesperiano.

El resultado es un espectáculo ambulatorio en el que se adaptó el clásico del dramaturgo inglés a un lenguaje cotidiano y a nuestro contexto actual; a los textos originales se unió la música de los Beatles, lo cual propicia una experiencia escénica novedosa.

El público disfruta de esa instalación sobre la historia de Hamlet, príncipe de Dinamarca, decidido a vengar el asesinato de su padre a manos de su tío Claudio, actual rey y esposo de su madre Gertrudis.

Las dudas y actitudes del protagonista desatan el desmoronamiento de la Casa Real del Elsinor, que finalmente será recuperada por el príncipe noruego Fortinbrás.

Con la producción de Masha Soluciones Escénicas y Escena Teatro, AC, la obra refleja la actualidad social en un texto isabelino, donde su autora Marisa Gómez comparte la visión de Shakespeare respecto de la destrucción.

Sólo en el silencio nacerá la música, sólo a partir de un baño de sangre que únicamente rescata al testigo, es que podrá reconstruirse alguna nación o noción de futuro. Y cínicamente, sonreír hacia mis adentros al confirmar que no seré yo quien tenga que contar a los demás esta historia infame, indica la autora en la presentación de su propuesta.

Todos dudamos y confabulamos

Para la versión moderna de la historia del príncipe de Dinamarca, Marisa Gómez hurgó y leyó diversos textos en torno a la naturaleza humana para constatar que la grandiosidad de la obra de Shakespeare es que “nos hace un catálogo abierto de nosotros mismos, porque como decía mi maestro que decía alguien más que ahora no recuerdo ‘todo lo humano me pertenece’. Y sí, todos somos Hamlet u Horacio o Gertrudis o Claudio o Polonio o Laertes o Guildenstrern u Ofelia.

Todos somos ellos: dudando, tramando, confabulando, meditando, reflexionando, burlando, ofendiendo, traicionando, odiando, amando, muriendo; y además verbos que pudieran extenderse en una lista casi interminable como posibilidades ha tenido la humanidad ante la caída inminente de un reino decadente incapaz de percibir la necesidad de cambio.

Los actores encargados de involucrar al público en esta versión de Hamlet son Francisco Mena, Jorge Gustavo García, Héctor Hugo Peña, Laura Vega, Néstor Galván y Natalia Solián, entre otros.

Hay algo podrido en Dinamarca concluye temporada el 30 de marzo en la Plaza de las Artes del Cenart (Río Churubusco 79, esquina calzada de Tlalpan, estación General Anaya del Metro). Funciones: sábados y domingos a las 20 horas. Entrada libre, cupo limitado a 65 espectadores.