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Ceremonia sin vigilancia oficial; rechazan presencia de medios

Familiares y allegados asisten al funeral de El Chayo en Morelia
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 16 de marzo de 2014, p. 13

Morelia, Mich., 15 de marzo.

Sólo la hermana y sobrinas, así como un pequeño grupo de familiares y amigos, asistieron al funeral de Nazario Moreno González, El Chayo, que se llevó a cabo en funerales Santa Cruz, ubicado en la zona residencial de Altozano.

La ceremonia se realizó sin vigilancia militar ni policiaca, aunque los familiares también rechazaron la presencia de representantes de los medios de comunicación. Trascendió que el cuerpo será incinerado y sus cenizas esparcidas en una ranchería de Tierra Caliente.

Alrededor de las 21 horas del viernes, el cadáver fue entregado a dos mujeres, una de ellas supuesta hermana de El Chayo, quienes acudieron a reclamarlo en el servicio médico forense (Semefo) de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE) en Morelia.

El líder del cártel de Los caballeros templarios fue abatido por fuerzas federales el domingo pasado durante un tiroteo con fuerzas federales en el municipio de Tumbiscatío, donde tenía su escondite.

Sus restos estuvieron al menos un día en las instalaciones de la 43 Zona Militar; luego fueron trasladados al Semefo de esa ciudad y el 12 de marzo llevados al de Morelia para que realizaran otros estudios, según dijeron las autoridades ministeriales.

El martes pasado, su hermana pidió a las autoridades judiciales que le entregaran el cuerpo, pero a decir del titular de la PGJE, José Martín Godoy, al cuerpo se le practicaron estudios genéticos para comprobar que quienes reclamaban el cuerpo en verdad fueran familia de Nazario Moreno.

El Chayo creó el imperio en Apatzingán, después de haber pertenecido al cártel de La familia michoacana hasta su desaparición en enero de 2011. Tres meses después surgieron Los caballeros templarios.

Fue una especie de mito que él mismo construyó, comentó alguna vez Gregorio López Gerónimo, vicario de la diócesis de Apatzingán. Dijo que después de que “murió por primera vez, en diciembre de 2010 (como aseguró el gobierno de Felipe Calderón) en varios pueblos del Valle de Apatzingán se edificaron pequeñas capillas y altares con la imagen de Nazario, y en la fachada el escudo templario”.

Con la entrada de las autodefensas primero cayeron los altares en La Ruana, Buenavista y Tepalcatepec, entre otros, y sólo quedaba uno en el cerro Negro.

El pasado 8 de febrero, cuando entraron las autodefensas a esa ciudad de 130 mil habitantes, el cura convocó a los feligreses que asistieron a la misa de esa tarde a destruir ese altar y construir uno con la imagen de Cristo.