Para que la línea dorada pueda volver a operar se requerirá modificar su trazo, por lo que algunas de las 19 curvas del tramo elevado, que va de Tláhuac a Tlalilco y en sentido inverso, tendrán que ser reconstruidas, de acuerdo con algunos dictámenes técnicos que se han presentado.

Autoridades del gobierno capitalino afirman que para realizar estas obras se requerirán al menos seis meses.

Un informe del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro considera que la decisión de edificar el viaducto elevado de la Línea 12 sobre avenida Tláhuac provocó la construcción de 19 curvas dobles con un radio menor a 300 metros, a fin de evitar la adecuación de esa vía y expropiaciones.

Esta zona presenta el mayor grado de degradación en la operación, al concentrar 57 por ciento del total de curvas (33), sumadas a su inclinación –peralte– y el ancho de la vía, lo cual impide que el tren se acomode.

Esa situación puede derivar de un problema de diseño, de la selección del tren o de ambos, pero el resultado del estudio que realizan las empresas europeas especializadas en vías TSO y TFE determinará las correcciones a realizar.

Señala que en el área de maniobras de la estación Tláhuac se identificaron deformaciones importantes, porque el radio de las curvas es de 108 y 122 metros, lo cual dificulta el paso de los trenes.

A lo largo de 11 kilómetros, de un total de 25.5 de longitud de la línea, se concentran los problemas, ya que además se encuentra la denominada número 3, con un radio de 200 metros, y la 11 y 12, que crean una S con radios de 197 y 198 metros.

Las curvas 15, 16 y 17 están por debajo de 225 metros, mientras la 27 y 28 forman otra S, convirtiéndose en un punto muy delicado, pues los trenes tienen dificultades para circular si es más pequeño el radio de una curva.

Trascendió que abogados del gobierno capitalino recorrieron la línea dorada el pasado viernes acompañados por técnicos para conocer las afectaciones.