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Asegura que no está en sus planes la anexión de Crimea

Incursión militar en Ucrania, último recurso, dice Putin

Comienza etapa de consultas hacia la negociación entre Kiev y Moscú

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El secretario estadunidense de Estado, John Kerry, en una barricada en el Santuario de los Caídos, ayer en Kiev, donde se reunió con las nuevas autoridades ucranias y advirtió que si Rusia no frena la escalada quedará aislada política, diplomática y económicamenteFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 5 de marzo de 2014, p. 26

Moscú, 4 de marzo.

Rusia no tiene la intención de mandar sus tropas a combatir en territorio de Ucrania, aunque podría hacerlo, declaró este martes el presidente Vladimir Putin, quien precisó que daría al ejército la orden de intervenir en el vecino país sólo en caso extremo y como último recurso, para defender a los ciudadanos rusos y los habitantes del sur y el este de Ucrania.

No nos quedaremos indiferentes si vemos que estas personas son humilladas y asesinadas, advirtió.

Aseveró que no entra en los planes del Kremlin ”la anexión de Crimea”, debido a que corresponde a la gente que vive en cada territorio decidir sobre su propio futuro.

Para Putin, en Ucrania hubo un golpe de Estado y la oposición tomó el poder mediante las armas, aunque dice no entender para qué lo hicieron si era claro que Yanukovich, después de aceptar todas las exigencias de sus adversarios: elecciones presidenciales anticipadas, renuncia del gobierno, reforma constitucional para recortar las facultades del Ejecutivo, no tenía ninguna posibilidad de ganar unas elecciones.

El mandatario ruso reiteró lo que ya anticipó Rusia anoche en la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU: no es su propósito restablecer a Yanukovich al frente de Ucrania y permite que se encuentre en territorio ruso por razones humanitarias para evitar que lo linchen en su país.

Eso sí, desde el punto de vista de Moscú, Yanukovich sigue siendo el presidente legítimo y la carta que envió pidiendo el envío de tropas rusas sirve de base legal para hacerlo, en caso de que se tome esa decisión.

El titular del Kremlin afirmó que los ucranios no han tenido suerte con ningún presidente y su situación empeora cada vez más, con una corrupción que alcanza niveles desorbitados. Por eso, dijo, comprendo a la gente del Maidán (Plaza de la Independencia, epicentro de la protesta en Kiev desde noviembre anterior), que exigen cambios drásticos porque están acostumbrados a que unos corruptos sustituyen a otros corruptos.

En cuanto a las sanciones contra Rusia que estudian tomar Estados Unidos y la Unión Europea, el presidente ruso recomendó a quienes las promueven sopesar las consecuencias, ya que –subrayó– en un mundo tan interrelacionado, sin duda se puede causar daño, pero el daño será mutuo.

Putin habló ante los reporteros de la fuente presidencial en su residencia de Novo Ogoriovo, en las afueras de Moscú, poco después de haber ordenado, como comandante en jefe de las fuerzas armadas rusas, el fin de las maniobras que mantenían en estado de máxima alerta a 150 mil soldados y el retiro de esas tropas a sus lugares de emplazamiento permanente.

Con esto la posibilidad de una invasión militar en Ucrania, autorizada en principio por el Senado ruso, pasa a segundo plano, pero el repliegue de los soldados no se refiere a los 6 mil efectivos que desde hace días controlan los accesos, edificios oficiales y calles de Crimea, sin que quede claro hasta ahora su origen y fundamento legal para actuar fuera de la zona de la base de la Flota del Mar Negro de Rusia.

Aunque todo el mundo intuye que son rusos, no se ha reconocido de manera oficial y llevan uniforme sin distintivos, salvo parte de ellos que sí reconocen su pertenencia al ejército de Rusia y, supuestamente, atienden una petición de las autoridades de Simferopol. Putin insistió hoy que no son militares rusos, sino autodefensas crimeas, integradas por ciudadanos pro rusos.

Comienza ahora, a pesar de las acusaciones recíprocas y por canales confidenciales, una etapa de consultas hacia una posible negociación entre el gobierno de Ucrania, formalmente no reconocido por Moscú, y el Kremlin, con participación de Estados Unidos y la Unión Europea.

Los puntos de partida distan mucho y son: para Rusia, que Kiev retome los acuerdos del 21 de febrero y, sin contar con el presidente legítimo Viktor Yanukovich, un cadáver político, establecer un gobierno de unidad nacional, reformar la Constitución y celebrar elecciones presidenciales en septiembre próximo; para el gobierno ucranio, que Moscú reconozca su legitimidad, retirar los soldados rusos y celebrar un referendo sobre la autonomía de Crimea bajo condición de no separarse de Ucrania.

Hoy se produjeron dos señales en el sentido de que el Kremlin no quiere romper del todo con el gobierno ucranio. El propio Putin reveló que dio instrucciones a los ministros rusos de reanudar los contactos con sus colegas ucranios para no destruir los nexos económicos y ayudarles a levantar la economía, aparte de que hay comunicación entre los primeros ministros y los presidentes de los Parlamentos.

La otra noticia a tomar en cuenta es que el premier Dimitri Medvediev, tras recibir hoy al director general de Gazprom, Aleksei Miller, encargó al ministerio de Finanzas de Rusia considerar la posibilidad de prestar a Ucrania entre 2 y 3 mil millones de dólares para que pague su deuda por el gas del año pasado y el primer trimestre del presente.

Esta última oferta que, ciertamente, contrasta con la decisión de suspender la rebaja en el precio del gas ruso, y se produce después de que Estados Unidos haya anunciado la entrega de mil millones de dólares a Ucrania y la Unión Europea estudia la forma de ayudar al gobierno ucranio en el plano financiero.

Entre tanto, en Kiev una corte dictaminó que carecen de validez legal el nombramiento de Serguei Aksionov como primer ministro de Crimea y la convocatoria del referendo sobre la ampliación de facultades de la república autónoma, aunque es una decisión más bien simbólica, sin ningún efecto práctico mientras los soldados rusos protejan al gobernante impuesto por Moscú.

Por otro lado, la bancada del Partido de las Regiones, antes oficialista y ahora en la oposición tras perder 74 diputados, propuso sus candidaturas para vicepresidente primero del Parlamento y segundo en la jerarquía del gobierno, que deben ser votados por la Rada.