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Miles de tártaros tratan de impedir una sesión extraordinaria del Parlamento; 20 heridos

Putin pone en alerta al ejército cerca de Ucrania; tensión en Crimea

En Kiev, el presidente ucranio designa a su gabinete que será votado hoy en la Rada

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Tártaros que trataban de impedir una sesión extraordinaria del Parlamento golpean a un policía en las cercanías del recinto y también se enfrentaron a pobladores rusohablantes que exigen mayores derechos en la península de CrimeaFoto Ap
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Un hombre deposita flores en lo que fue una barricada donde murieron decenas de personas en la Plaza de la Independencia, en KievFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 27 de febrero de 2014, p. 27

Moscú, 26 de febrero.

Momentos de gran tensión se vivieron este miércoles en la península ucrania de Crimea y, en paralelo, el Kremlin ejerció presión sobre las nuevas autoridades de Ucrania al ordenar la puesta en alerta del ejército en el oeste y centro de Rusia, cerca de la frontera con el vecino país eslavo, para verificar la capacidad de combate de las fuerzas armadas rusas en caso de crisis o de situación de riesgo.

La población mayoritaria de Crimea, en un 60 por ciento, es rusohablante y tiende por origen, religión y cultura hacia Rusia, pero cerca de 10 mil tártaros de Crimea, como se denomina el grupo étnico minoritario, que por las mismas razones no quieren ser parte de Rusia, trataron de impedir que se llevara a cabo una sesión extraordinaria del Parlamento de esta república autónoma perteneciente a Ucrania, la cual acabó por suspenderse por falta de quórum.

Corrió el rumor de que los diputados querían proclamar hoy la independencia de Crimea, con una posterior incorporación a Rusia, lo que después mereció un rotundo desmentido del presidente del Parlamento, Vladimir Konstantinov.

Este Parlamento no tiene el propósito de plantear la separación de Crimea, que es parte de Ucrania. Se trata de una provocación contra los diputados para poner en duda nuestra legitimidad, que difunden desde el gobierno de Crimea para conservar el poder al precio de desestabilizar la situación política en la república autónoma, declaró Konstantinov.

Alrededor de 20 heridos dejaron los golpes y jaloneos que hubo entre los tártaros y los manifestantes que exigen mayores derechos para la población rusoparlante.

En ese contexto, lo que en principio deberían ser habituales maniobras militares –así calificó los movimientos de tropas el ministro de Defensa, Serguei Shoigu– derivó en toda suerte de especulaciones, que hicieron recordar la intervención del ejército ruso en Abjasia y Osetia del Sur y, tras derrotar en agosto de 2008 a las tropas georgianas, el reconocimiento de su independencia.

La revisión, en realidad, no guarda relación con los acontecimientos en Ucrania, aseveró Shoigu, si bien reconoció que los ejercicios tendrán lugar cerca de las fronteras con otros países, incluida Ucrania.

El ministro de Defensa dijo que, por razones obvias, Moscú sigue muy atentamente lo que ocurre en Crimea y toma medidas para garantizar la seguridad de sus instalaciones y arsenales, lo cual se hace al margen de las maniobras.

Shoigu prometió que todas las unidades militares regresarán a sus cuarteles antes del 7 de marzo próximo.

Estos repentinos movimientos de tropas y armamento –hasta 150 mil soldados, 880 tanques, 90 aviones y 90 buques– no dejan de ser una demostración de músculo militar frente a Ucrania, que alberga la base naval de la Flota del Mar negro rusa, en el puerto de Sebastopol, Crimea, de acuerdo con la prórroga hasta 2042 firmada por el depuesto presidente Viktor Yanukovich a cambio de una rebaja en el precio del gas ruso.

Pero varios expertos consultados no creen que Rusia tenga la intención de involucrarse en un conflicto bélico con un país vecino que cuenta con un ejército de 200 mil hombres, además de que crearía el escenario de una guerra de guerrillas de larga duración, muy cerca del convulso Cáucaso del norte ruso.

Inscriben el anuncio en los gestos de apoyo reciente de Rusia a la población rusohablante del sur y del este de Ucrania, principalmente de Crimea por su base naval, como la visita de una delegación de diputados de la Duma, el rumor de que se facilitaría la concesión de la ciudadanía rusa a los habitantes de la estratégica península de Crimea, el respaldo financiero a políticos pro rusos de la región y las duras críticas de la cancillería rusa a las nuevas autoridades ucranias.

En tanto, el presidente de Ucrania en funciones, Aleksandr Turchinov, presentó en Kiev –ante decenas de miles de personas reunidas en la Plaza de la Independencia– a los candidatos a miembros del gobierno, relación que este jueves será votada por la Rada.

Encabezado por el pro europeo Arseni Yatseniuk, la multitud aprobó por aclamación las candidaturas y se informó que continúan las consultas para los titulares de las carteras de Defensa y de Infraestructura. Aún no da respuesta Dimitri Yarosh, líder del Pravy Sektor (Sector de la Derecha, grupo de corte ultranacionalista y de extrema derecha) al que ofrecieron el cargo de secretario adjunto del Consejo de Seguridad Nacional y de Defensa.

Pequeños grupos de radicales cuestionaron que la cartera del Interior quede en manos de Arsen Avakov, consideran que ha sido blando al no ordenar la detención de los funcionarios del anterior gobierno que ordenaron usar la fuerza contra los manifestantes.

Continúa sin saberse dónde se esconde el depuesto Yanukovich, contra quien se giró una orden de arresto internacional. Se especuló que podría ya estar en territorio de Rusia, posibilidad que el Kremlin desmintió de modo oficial.

Por la noche Arsen Avakov, ministro interino del Interior de Ucrania, anunció el desmantelamiento de Berkut, temida fuerza antidisturbios a la que muchos acusan de atacar a manifestantes.