Sólo alcanzan a ser modernas y democráticas las sociedades que aprovechan plenamente el talento y la contribución de toda su población, sin distinción de género, afirmó el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña, tras advertir que en el ámbito económico, por citar un ejemplo, hay evidencias de que la participación de las mujeres trae consigo ganancias significativas a escala macroeconómica.

Al inaugurar en la sede de la cancillería el seminario sobre la Consulta regional para América Latina y el Caribe: Desafíos y logros en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para las mujeres y niñas, el canciller subrayó que según datos de la Organización Internacional del Trabajo, la incorporación de la mujer a iguales niveles a los de la fuerza laboral masculina, se traduce en ganancias sustanciales de la capacidad productiva de sus economías.

Acompañado por la titular del Instituto Nacional de las Mujeres, Laura Cruz Sánchez; de Alejandrina Germán, ministra de la Mujer de República Dominicana y presidenta pro témpore de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional Sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, así como por John Hendra, director ejecutivo adjunto de ONU Mujeres, aseguró que en América Latina se han logrado avances importantes.

Dijo que en 1980 la participación de las mujeres en la región sólo alcanzaba 36 por ciento, frente a una participación promedio mundial de 50 por ciento. Hoy la participación de la mujer en América Latina se acerca mucho al promedio de participación global, aunque todavía no es suficiente.

Previamente, John Hendra advirtió que pese a los avances en materia de igualdad y empoderamiento de las mujeres, persiste gran desigualdad en el acceso de éstas al empleo, educación o salud, a un salario igual al de los varones o a la posibilidad de acceder a instancias de decisión en sus países.