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Cumbre de la CELAC

Los países de la región buscan resolver problemas como la desigualdad social

Plantean mayor integración para apuntalar las economías nacionales

Integrantes de la Alianza del Pacífico prevén bonanza

Venden agua y energía, acusa Bolivia

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El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, durante la reunión que sostuvo con Fidel Castro Ruz, el líder de la revolución cubanaFoto Cubadebate
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La presidenta electa de Chile, Michelle Bachelet, saluda a su par de Cuba, Raúl Castro; los acompaña el actual mandatario chileno, Sebastián Piñeira, en el segundo día de la cumbre de la Celac, en La HabanaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de enero de 2014, p. 3

La Habana, 29 de enero.

Líderes de América Latina y el Caribe reunidos en Cuba propusieron este miércoles más integración para apuntalar sus economías y resolver viejas asignaturas pendientes, como la desigualdad social, pero mostraron enfoques diferentes sobre cómo abordar el problema.

La cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se celebró en La Habana reclamó el fin del aislamiento de Cuba por parte de Estados Unidos, visto como un anacronismo de la guerra fría.

Presidentes con visiones políticas diametralmente opuestas, como el liberal colombiano Juan Manuel Santos y el socialista venezolano Nicolás Maduro, celebraron la diversidad y hablaron de una preocupación común: cómo distribuir mejor los frutos del auge económico de la década reciente.

América Latina ha hecho avances muy importantes, pero el camino que queda por recorrer es más difícil, dijo Santos. Por eso, si unimos esfuerzos, vamos a ser más efectivos. El crecimiento tiene que ver con la inversión. Quiérase o no, economía que no invierte, economía que no crece, añadió.

Aunque Latinoamérica ha logrado rescatar a millones de la miseria en años recientes, aún es la parte del mundo con la mayor desigualdad en ingresos. Aquí conviven magnates como el mexicano Carlos Slim –el hombre más rico del planeta– con personas en pobreza extrema.

La reunión de La Habana festejó la diversidad. El presidente cubano, Raúl Castro, un comunista, incluso bromeó con que hasta el presidente de Chile, Sebastián Piñera, un millonario conservador, estaba de acuerdo con el discurso del socialista Maduro.

Es después de muchos años que se ha concretado un espacio de diálogo y acercamiento de todos los países miembros de la comunidad latinoamericana y del Caribe, festejó el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

Tan cerca, tan lejos

Pero el encuentro dejó también al descubierto enfoques que parecen irreconciliables. Santos dijo, por ejemplo, que la integración económica y financiera entre Chile, Perú, Colombia y México, con la Alianza del Pacífico, generará recursos para invertir en proyectos sociales. Pero el boliviano Evo Morales, socialista, acusó a ese mecanismo de privatizar el agua y la energía.

La brasileña Dilma Rousseff, una izquierdista al frente de la mayor economía de América Latina, dijo el martes que la Celac es un poderoso instrumento para integrar los mercados y flujos de inversión en la región.

Y puso como ejemplo la inauguración, el lunes, de un puerto de contenedores de 900 millones de dólares financiado por Brasil en las afueras de La Habana.

El debate sobre la integración económica se da en momentos en que América Latina se prepara para nuevas salidas de capital de cartera después que la Reserva Federal de Estados Unidos anunció este miércoles otro recorte de los estímulos monetarios que inundaron en semanas recientes los mercados emergentes de dinero barato y apreciaron sus monedas.

La Celac aprobó hoy un documento que declara a la región zona de paz. El colombiano Santos destacó los avances logrados por su gobierno en un diálogo de paz con la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Y aunque aplaudió la iniciativa, el chileno Piñera dijo que la integración latinoamericana debe permear también otras áreas.

Además de la paz, queremos que sea el continente de la libertad, de la democracia, del progreso, de la justicia, del respeto a los derechos humanos de todos sus habitantes, dijo.

Entre los documentos firmados en La Habana figura la creación de un foro Celac-China.

China es el principal comprador de las materias primas de América Latina y un voraz inversor en la región.

La cumbre de la Celac lleva implícito un mensaje al presidente Barack Obama, que pese a prometer un nuevo comienzo con América Latina ha prestado muy poca atención a la región.

Muchos líderes latinoamericanos siguieron el martes el discurso de Obama sobre el estado de su país desde Cuba, un país con el que Washington no tiene relaciones formales y sobre el que mantiene un embargo económico.

En la reunión de La Habana participó como invitado el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, primer jefe de ese organismo que pisa la isla desde que Cuba fue expulsada en 1962 por presiones de la Casa Blanca.

Es un esfuerzo grande que hemos hecho por romper barreras, por permitir que los temas de la región se resuelvan por medio del diálogo, dijo Insulza a Reuters. Estoy muy contento de que a mi presencia acá se le dé un significado de una aproximación.

En otro aparente espaldarazo a Cuba, la Celac prometió respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural.

Piñera y el peruano Ollanta Humala tenían previsto aprovechar la cumbre para sostener su primera reunión desde que una corte internacional zanjó el lunes una vieja disputa territorial entre ambos vecinos.

Durante su discurso en la cumbre, Humala elogió la vuelta de página en el conflicto limítrofe: “Perú y Chile están dando un ejemplo a la comunidad internacional al haber sabido enfrentar y superar sus diferencias (…) y nuestro compromiso por una convivencia civilizada en una comunidad latinoamericana y caribeña”, dijo.