Opinión
Ver día anteriorMiércoles 22 de enero de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

México: economía anclada

FMI: 3%; SHCP, 3.9%

Promedio bianual: 2.1%

N

o termina de despertar el año nuevo, pero ya llegó la primera impugnación a la siempre atinada proyección gubernamental en materia de crecimiento económico. Y el remitente no es otro que el Fondo Monetario Internacional, organismo que, será el sereno, en esto de las cábalas suele ser más ducho que los genios tecnocráticos instalados en la Secretaría de Hacienda desde hace 30 años.

Resulta que apenas 12 días atrás el secretario de Hacienda, Luis Videgaray (el autodenominado ministro del año), presumía lo bien que a México le iría en 2014, pues ya con las reformas aprobadas la economía nacional crecería 3.9 por ciento, de tal suerte que, dijo, nuestro país avanzaría por arriba del resto del mundo, y por encima de algunas economías desarrolladas, como Estados Unidos, Reino Unido o Japón, pero también de algunos países emergentes, como Rusia, Sudáfrica o Brasil.

Sin embargo, en el amanecer de este fabuloso (versión ministro del año) 2014, el Fondo Monetario Internacional ratifica su estimación de 3 por ciento de crecimiento económico en México (con reformas), si bien va, es decir, confirma su proyección de octubre de 2013 (sin reformas), cuando recortó a 1.2 por ciento la posibilidad real de avance económico en el primer año del gobierno peñanietista, tijeretazo que la realidad ha validado y está muy alejado del 3.5 por ciento originalmente ofrecido por la Secretaría de Hacienda en el arranque sexenal. De cualquier suerte, no avanza más allá.

En el contexto latinoamericano México no brilló en 2013, pues ocupó el escalón número 19 de 20 posibles. En 2014, con lo bien que le irá al país (Videgaray dixit), se ubicaría en el peldaño 14 de 20 posibles. ¿Mejoría real entre un año y otro? Pues hasta los más optimistas tienen sus dudas. De cualquier forma, esa proporción (3 por ciento, de acuerdo con el FMI) de nueva cuenta resultaría insuficiente para comenzar a salir del hoyo. La buena nueva, por llamarle así, es que el organismo estima que en 2015 la gloriosa economía mexicana crecerá 3.5 por ciento, para un promedio trianual de 2.5.

De concretarse la proyección fondomonetarista (3 por ciento), la economía mexicana no sólo crecería, otra vez, por debajo de la expectativa oficial (3.9 por ciento), sino que confirmaría el raquitismo imperante en este renglón a lo largo de las últimas tres décadas, pues en el primer bienio de Enrique Peña Nieto, y ya aprobadas las reformas para mover a México (EPN dixit), el promedio de avance sería de 2.1 por ciento, nada distinto e igual de enclenque al registrado por sus cinco antecesores.

Así, para 2014 el FMI proyecta un crecimiento 25 por ciento menor al estimado por el gobierno federal (Criterios generales de política económica y discursos de Luis Videgaray), es decir, el avance sería de 3 y no de 3.9 por ciento. Lo peor del caso es que por primera vez en dos años el organismo financiero internacional incrementó ligeramente su estimación para el crecimiento económico mundial, en la que no incluyó a este México modernizado y reformado. En fin, la economía mexicana acumula tres décadas anclada al suelo, con todo y su catarata de prometedoras reformas.

Ya en el plano global, el FMI estima que la economía mundial seguirá mejorando en 2014-2015, en gran medida gracias a la recuperación de las economías avanzadas. Según la proyección actual, el crecimiento mundial será ligeramente más alto en 2014 y rondará 3.7 por ciento, para subir a 3.9 en 2015; se trata de un panorama que en términos amplios no ha variado desde el informe de octubre de 2013. Aun así, las revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento de algunas economías ponen de relieve el hecho de que persisten fragilidades y riesgos a la baja.

En las economías avanzadas las brechas del producto siguen siendo generalmente amplias y, dados los riesgos, convendría mantener la orientación acomodaticia de la política monetaria mientras sigue su curso la consolidación fiscal. En muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo, el aumento de la demanda externa por parte de las economías avanzadas estimulará el crecimiento, pero las debilidades internas siguen siendo motivo de inquietud. Algunas economías podrían tener margen para recurrir al apoyo de la política monetaria. En muchas otras, el producto está cerca de su nivel potencial, lo cual hace pensar que las disminuciones del crecimiento son en parte producto de factores estructurales o de un enfriamiento cíclico, y que para incrementar el crecimiento el principal enfoque de política consiste en hacer avanzar la reforma estructural. En algunas economías se necesita controlar las vulnerabilidades asociadas al deterioro de la calidad del crédito y al aumento de las salidas de capitales.

De acuerdo con el FMI, el crecimiento de Estados Unidos sería de 2.8 por ciento en 2014, frente a 1.9 por ciento en 2013. La zona del euro pasa de la recesión a la recuperación, aunque moderada. El organismo proyecta que el crecimiento aumentará a uno por ciento en 2014 y a 1.4 en 2015, pero la recuperación será desigual. En general, el repunte será más moderado en las economías que están experimentando tensiones, a pesar de algunas revisiones al alza, como en el caso de España (apenas 0.6 por ciento). El elevado nivel de deuda –pública y privada– y la fragmentación financiera frenarán la demanda interna; las exportaciones, por su parte, seguramente contribuirán en mayor medida al crecimiento.

El crecimiento de China repuntó con fuerza el segundo semestre de 2013, en gran medida por la aceleración de la inversión. Se proyecta que el aumento será pasajero, debido en parte a las medidas de política encaminadas a enfriar el crecimiento del crédito y encarecer el capital. Para esta potencia prevé un crecimiento de 7.5 por ciento en el presente año. India registrará 5.4 por ciento, Brasil 2, y Canadá 2.2, entre otros.

Las rebanadas del pastel

¡Felicidades! Por fin llegó la buena noticia: cómprense un mullido sillón para esperar los beneficios de las reformas, porque en el mejor de los casos, y si es que en realidad sucede, las tarifas eléctricas y el precio del gas se reducirían al final del prometedor sexenio peñanietista. “El presidente nacional del Imef, Daniel Calleja, reconoció que los beneficios que se han anunciado con relación a la reforma energética están creando una expectativa que no será fácil de cumplir en los siguientes años… no podemos esperar que las tarifas bajen antes de un lustro”. Entonces, de una vez adquieran su mullido sillón para ahorrarse la inflación de aquí a 2018, si bien va.

Twitter: @cafevega