La percepción de inseguridad es uno de los factores que provocaron un daño severo a la industria turística del país, la cual ha crecido a tasas anuales inferiores a las de otras naciones en los recientes 12 años, reconoce el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en el Programa Sectorial de Turismo 2013-2018. México ha crecido en menor proporción respecto de otras naciones, tanto en términos de llegadas de turistas como de ingresos por turismo internacional. Aspectos asociados a la recesión económica global, la percepción de inseguridad y eventos vinculados a contingencias, han deteriorado la imagen del país y los efectos para el sector turístico han sido sumamente dañinos, señala el documento en un extracto dedicado al diagnóstico del sector.

Si bien el programa no define una estrategia para cambiar la percepción de inseguridad, establece como objetivos promover a México como un destino turístico de calidad, con gran variedad de atractivos y experiencias únicas, e impulsar una política de seguridad integral para proporcionar una experiencia turística satisfactoria y plena a los visitantes.

Como consecuencia de esas situaciones adversas, los destinos turísticos mexicanos han perdido competitividad, ya que el país bajó del séptimo lugar en recepción de turistas en 2000 al décimo lugar en 2009, y actualmente se encuentra fuera del grupo de la lista de los diez destinos más visitados. En el Índice de Competitividad Global el país se ubica en el número 53 de 144 naciones.

El programa señala que el descenso de la competitividad está asociado además a la falta de respuestas innovadoras de la oferta del sector respecto a las tendencias de los productos turísticos y los diferentes segmentos, nacionales e internacionales, que participan en el mercado.

Otros factores están relacionados con la insuficiente diversificación y desarrollo creativo de los productos turísticos y a que no se ha consolidado un desarrollo integral de esos destinos.