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Decretan en Portugal tres días de duelo nacional y guardan un minuto de silencio en la liga local

Muere Eusebio, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos

La Pantera Negra superó la pobreza de su niñez y triunfó en el Benfica y su selección

No vine a decirle adiós, sino gracias, le escribió un aficionado; será eterno, dijo CR7

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El 27 de abril de 1963, Pelé y Eusebio coincidieron en un partido realizado en Lisboa, PortugalFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de enero de 2014, p. 2

Lisboa, 5 de enero.

El portugués Eusebio, la Pantera Negra, quien desafió la hegemonía futbolística de leyendas como Pelé, Alfredo Di Stéfano o Bobby Charlton en la década de los 60, falleció este domingo a los 71 años convertido en uno de los más grandes jugadores de la historia.

Nació el 25 de enero de 1942 en Lourenço Marques, hoy Maputo –capital de Mozambique– y entonces una colonia portuguesa, en el seno de una familia numerosa, pues tenía siete hermanos.

Eusebio, el sensacional delantero que superó la pobreza de su niñez en África, fue conocido como la Pantera Negra por su agilidad, velocidad y potencia durante su época de oro en la década de 1960 con Benfica y la selección portuguesa.

La mayor de sus gestas fue conducir a Portugal al tercer lugar en el Mundial de 1966. Recibió el Balón de Oro en 1965 y en dos ocasiones (1968 y 1973) ganó la Bota de Oro al máximo goleador europeo. Según la FIFA, marcó 679 goles en 678 partidos oficiales.

Comenzó a jugar en el Lourenço Marques, pero en 1960, cuando tenía 19 años, fichó por el Benfica, que lo incorporó sin dudarlo, debido a sus excepcionales cualidades físicas y técnicas.

Año inolvidable

Pronto despuntó y llevó al Benfica a codearse con los mejores equipos del continente. Ya en 1962 lideró al club lisboeta en la conquista de la Copa de Europa, equivalente a la actual Liga de Campeones. La Pantera Negra marcó dos goles en una antológica final (5-3) ante el poderoso Real Madrid de dos leyendas como Di Stéfano y el húngaro Ferenc Puskas. Consiguió llegar a tres finales más de la Copa de Europa, pero no volvió a levantar el trofeo.

Dos años más tarde, en 1964, todos los grandes clubes europeos, especialmente el Inter de Milán, querían fichar a Eusebio, pero el dictador portugués Antonio de Oliveira Salazar frenó cualquier operación al decretar que el delantero era un tesoro nacional, lo que significaba que no podía ser vendido al extranjero.

Mi política es un balón, explicó recientemente Eusebio, sencillo y humilde, cuando le preguntaron si sintió alguna simpatía por el régimen de Salazar.

Elegido Balón de Oro en 1965, Eusebio se convirtió en el primer futbolista de color en lograr esta distinción, otorgada por la revista France Football, entonces al mejor europeo del año y actualmente a cualquier jugador del mundo.

En 1966 llegó su coronación internacional. Sus goles más famosos fueron los cuatro que anotó contra Corea del Norte en los cuartos de final de la Copa del Mundo. Con su equipo abajo 3-0, el artillero se encargó de remontar el marcador con cuatro dianas en poco más de 30 minutos para conducir a Portugal a una victoria por 5-3.

Ese fue el mejor partido de mi vida con la camiseta de Portugal. Me marcó para siempre, definió.

Dirigió a Portugal hasta las semifinales de la Copa, pero cayó ante Inglaterra (2-1), anfitrión y a la postre vencedor del torneo.

Para la historia quedó la fotografía de Eusebio llorando después de la eliminación, una imagen que sólo acrecentó el cariño que le tenía el pueblo portugués. Fue el máximo goleador con nueve tantos en cinco partidos.

Fui el mejor jugador del mundo, el máximo goleador de Europa, lo hice todo salvo ganar un Mundial, dijo en una entrevista.

Jugó 64 partidos con la selección de Portugal y marcó 41 goles. Considerado el mejor futbolista portugués de la historia, compitió en aquellos años con los grandes de su época. El brasileño Pelé, el argentino Alfredo Di Stéfano o el inglés Bobby Charlton rivalizaron en talento y popularidad con Eusebio.

Finalmente permaneció 15 años en el Benfica (1960-1975), ganando 11 títulos nacionales y cinco Copas de Portugal. Logró la Bota de Oro al mejor goleador europeo en 1968 y 1973.

Los 733 goles en 745 partidos que consiguió a lo largo de su carrera dicen todo acerca de un delantero formidable, que reunía velocidad, técnica y precisión. Hasta el día de su muerte Eusebio mostró fidelidad y amor al club lisboeta, que homenajeó a su ídolo con una estatua en el Estadio de La Luz.

Eusebio abandonó el Benfica en 1975. Había sufrido seis operaciones en la rodilla izquierda y se retiró tres años más tarde, después de haber jugado los últimos años de su carrera en Norteamérica con Monterrey de México y equipos de Boston, Toronto y Las Vegas, hasta que colgó los botines en 1978.

Entonces se convirtió en embajador del Benfica y de la Federación Portuguesa, al ejercer de representante en los principales actos del club y de la selección. Varias generaciones de jugadores, entre ellos Futre, Figo, Rui Costa y Cristiano Ronaldo se han mirado en el espejo de Eusebio, el primer futbolista portugués que conquistó el mundo.

Eusebio da Silva Ferreira murió en su casa de un problema cardiaco a las 3.30 del domingo, dijo su biógrafo José Malheiro. Su salud estaba muy mal, declaró. Ya había sido hospitalizado varias veces por distintos problemas de salud. A finales de junio de 2012 sufrió un accidente vascular en el cerebro y estuvo ingresado durante diez días.

Le sobreviven su esposa Flora, dos hijas y varios nietos.

Será enterrado el lunes en el cementerio de Lumiar, al norte de la ciudad, muy cerca del Estadio de La Luz, donde juega el Benfica.

Su féretro recorrerá el inmueble para que los seguidores puedan despedirlo. Este domingo quedó ya instalada su capilla ardiente en el estadio y comenzaron a formarse las filas para darle la última despedida.

El cuerpo llegó al lugar recibido por gritos de ¡Eusebio, Eusebio! y permanecerá en el estadio hasta el lunes.

No vine a decirle adiós, sino gracias, se podía leer en un mensaje escrito por un hincha.

Tras el anuncio de su muerte decenas de aficionados fueron acercándose hasta la estatua que inmortaliza la figura del futbolista en el momento de disparar el balón, vestido con los colores del Benfica.

La muerte de Eusebio, considerado el mejor jugador portugués de la historia, sacudió Portugal, donde era considerado un mito deportivo, pero también un referente humano. El gobierno portugués decretó tres días de duelo nacional.

Portugal ha perdido hoy a uno de sus hijos más queridos. El país llora su muerte, anunció el presidente de la República Portuguesa, Anibal Cavaco Silva.

La Federación Portuguesa de Futbol (FPF) decretó un minuto de silencio en todos los partidos del campeonato nacional que se disputan este domingo.

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y el de la UEFA, Michel Platini, también despidieron al mito.

El futbol ha perdido una leyenda, pero Eusebio mantendrá para siempre su plaza entre los más grandes, escribió Blatter en su cuenta de Twitter.

Sobre el césped Eusebio era una leyenda, con la camiseta de Portugal o del Benfica, pero fuera era un gran embajador del futbol portugués. Era más que un futbolista, un hombre bueno y carismático. Le echaremos de menos, dijo Platini en un comunicado de la UEFA.

Mi amigo Eusebio murió anoche. Mis pensamientos están con su familia, señaló por su parte el Káiser Franz Beckenbauer.

Sus más célebres compatriotas también mostraron sus respetos al pionero.

Eusebio será eterno. Descanse en paz, escribió en Facebook Cristiano Ronaldo, capitán de la selección portuguesa.

Pienso que es inmortal, una referencia importante, por su visión del futbol, sus valores, sus principios y sus emociones, dijo José Mourinho.

Era muy cercano con los jugadores de la selección, siempre dispuesto a ayudar con palabras de apoyo. Deja un gran vacío, recordó Figo, otro de sus herederos.

Un grupo de 100 expertos reunidos por la FIFA eligió en 1998 a Eusebio como uno de los 10 mejores futbolistas de la historia.

Sólo hay dos negros en la lista: Pelé y yo, comentó Eusebio sobre esa distinción. Lo considero como una gran responsabilidad, porque estoy representando a África y Portugal, mi segundo hogar.