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En los 15 cuentos de Pecados predecibles, la escritora no da lecciones de moral

Claudia Guillén se aleja de la definición peyorativa de las transgresiones diarias

En entrevista criticó el halo elitista que se da a la lectura: Es una sociedad donde todo el tiempo te dicen que si no lees eres tonto

Presenta el volumen el próximo martes

 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de diciembre de 2013, p. 3

Quince cuentos escritos por Claudia Guillén dan forma a su nuevo libro Pecados predecibles, donde la transgresión no es vista como motivo de castigo y los textos están lejos de las lecciones de moral.

El pecado con humor, para entender que es parte de la condición humana, de lo cotidiano, dice la cuentista en charla con La Jornada.

Desde mi punto de vista, el pecado se tilda como una acción que tiene muchos significados, pero siempre como algo peyorativo, el significado peyorativo y que todos tenemos tendencia a cometerlos, y que somos totalmente cercanos a ellos. Me interesa narrarlos, no desde un punto de vista moralista, sino humano y cotidiano, dice en entrevista la narradora, nacida en la ciudad de México en 1963.

Este es su tercer libro de cuentos. Comenzó con La insospechada María y otras mujeres, y Los otros, y como compiladora y autora está Un hombre a la medida. Ahora toca el turno a los pecados, y la formación de un libro a partir de una teoría: “Los escritores somos observadores, y la observación no es algo que dirijamos; tampoco es que llegue la musa, pero hay ciertos tópicos que llaman la atención y que siempre estarán en tu obra, más allá de que busques otros siempre volverás a los mismos temas. En mi caso me llaman la atención los personajes marginados, como en el libro anterior, Los otros. Es un volumen que fui escribiendo poco a poco, y cuando lo uní pensé que se trataban de pecados que sabemos que van a pasar”.

Un título que tardó varios años en formarse: los hay de hace 16 años, y otros de 2012. Pecados predecibles es además la antesala de su primera novela, que lleva preparando ocho años, acerca de una migrante guatemalteca (su familia materna es de Guatemala).

Toca dar el salto a la novela por una razón. Ahora me siento con la certeza de hacerlo. Soy totalmente sincera, hay bastantes más certezas, pero como mi segunda piel también está la inseguridad, aun cuando en este libro de cuentos ya hay un tono distinto, la novela tiene otro tratamiento, otro aliento, y es ahora cuando me siento segura para mostrar un relato largo y, espero, bien construido.

Desde niña construía historias, y tiempo después obtuvo el Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés. Siempre el cuento, porque, dice, es un género noble. Como dice un amigo: el cuento es un momento en la vida del personaje y una novela es la vida del personaje. El cuento necesita un poco más de trabajo de orfebrería, y es donde me he sentido más cómoda, aun sabiendo que el momento para el cuento no es el mejor.

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La autora, en entrevistaFoto José Antonio López

Desde mi punto de vista el tiempo del cuento está más duro que nunca, porque lo que está rigiendo al mercado es la venta de libros, ya ni siquiera la novela de calidad, la estética se está yendo por lado, en la que si hablas de temas que levantan cierta ámpula seguramente te contratan el libro. Yo pensaría en Joaquín Díez-Canedo, con Joaquín Mortiz, que hizo una apuesta, o Era, que tiene un catálogo firme, pero no veo muchas más editoriales. Se toma al cuento como algo menor.

Para Claudia Guillén, el cuento también se lee menos, pese a que México es un país donde la narración corta es tradición. “Si piensas en una sociedad donde todo el tiempo te están diciendo que si no lees eres un tonto o un pendejo, entonces leer te da estatus. Más allá de que trates de acercar a la gente de otra manera es decir: ‘¿no lees libros?’, y entonces llega la descalificación.

“Es está lógica casería que te dice que leer novelas te dará estatus, mientras quien lee un cuento no lo tendrá, porque son menos páginas. No creo que el cuento se lea muchísimo. Creo que quien lee cuento, lee también novela, pero es una población mínima. ¿Por qué la gente no lee cuentos? Insisto en esta idea de que la lectura te da estatus intelectual, es lo que a mí me parece pésimo: la gente agarra lo que más le viste. ¿Cuánta gente cita El Quijote y cuántos lo han leído en verdad?

“En esto tiene mucha responsabilidad la comunidad intelectual. Creo que la lectura te da mucho, pero también conozco gente muy inteligente que no lee y que es muy sabia. Esta cuestión elitista de la lectura le ha hecho un gran daño a la lectura, o esta propaganda de ‘lee 20 minutos diarios’. No es manda, no es el rosario, no es así, es ir acercando, ir integrando”.

Pecados predecibles se presenta el 17 de diciembre a las 17 horas en Casa Refugio Citlaltépetl (Citlaltépetl 25, Condesa).