La Compañía Nacional de Danza (CND) presenta, una vez más, el ballet El cascanueces en el Auditorio Nacional, del 18 al 22 de diciembre.

La obra compuesta por Piotr Ilich Chaikovsky al final de su vida, basándose en el cuento de hadas de Theodor Hoffmann –que mezcla las ilusiones de la infancia con los preparativos de la Navidad– ha provocado infinidad de sueños en el público infantil durante la tradicional representación de mla CND que llega a 33 años.

El sueño de Clara, la protagonista, quien desea ver en el juguete al príncipe que la amará y se la llevará, inspiró a Mahaimiti Acosta estudiar ballet en su infancia y ahora como integrante de la CND su sueño se convierte en realidad al interpretar, por primera vez, el papel de la niña de los caireles

“Cuando estaba en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del Centro Nacional de las Artes participé en El cascanueces. Me tocó interpretar los personajes de ratón, angelito y bombón, pero niña nunca porque era niño invitado y para mí siempre fue un sueño ponerme el vestido y los caireles de Clarita; ahora estoy sumamente emocionada”, relata la bailarina de 29 años que ingresó a la compañía en 2006.

Acosta recuerda que en su niñez disfrutó tras bambalinas de los espectáculos de ballet de la compañía en el Palacio de Bellas Artes, pues en esa época tenía familiares que estudiaban en la escuela de iniciación artística del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Para la bailarina, quien ensaya desde hace un mes el papel de Clarita, este ballet requiere de mucha expresión corporal porque se trata de contar un cuento con movimiento.

En el caso de Clara no hay piruetas, esto permite bailar más relajado, pero sí tengo que narrar una historia, tengo un padrino y en unas escenas debo llorar y luego me enamoro.

En el cuento de la pequeña Clara, cuyo padrino el juguetero Herr Drosselmeyer fabrica maravillosos juguetes para ella y su hermano Fritz, participan niños de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, los que al igual que Mahaimiti Acosta soñaron con estar en un escenario interpretando a fantásticos personajes.

Alan Arriaga, de 13 años, ha actuado durante tres años en El cascanueces. Su talento le ha permitido interpretar al hermano de Clara, Fritz y también a un ratón. Cada vez que llega diciembre, el pequeño que cursa el tercer año en la escuela de danza, se emociona porque sabe que después de audicionar puede formar parte de ese mundo mágico.

“Siento emoción y nervios cuando estoy con la compañía. Desde la primera vez que participé en El cascanueces lo más bonito que he sentido es cuando terminas de bailar y las personas aplauden, porque siento que lo hice bien. Cuando te aplauden sientes muy bonito”, comenta Arriaga.

Sofía Arjona tiene 11 años; ella, al igual que Alan, ha participado en años anteriores en el ballet como ratón y angelito, y esta ocasión será invitada, bombón y angelito.

En la charla con La Jornada, la pequeña explica que desde la edad de cinco años sintió inquietud por la danza, sobre todo después de ver a otras niñas tomar clases de ballet. “Siento mucha emoción y estoy contenta de participar en El cascanueces”, dice Sofía con una gran sonrisa.

Otro niño afortunado de la escuela de danza que se presentará en el Auditorio Nacional es Ian Bernal, de 11 años, quien será la primera vez que participe como invitado.

Más de 70 bailarines forman el elenco de la obra que cuenta con música en vivo de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, con la dirección de Juan Carlos Lomónaco.

Con el ballet El cascanueces, la CND, dirigida por Laura Morelos, concluye los festejos por su 50 aniversario.

El cascanueces se presentará el 18 de diciembre a las 19:30 horas, y los días 19, 20, 21 y 22 tendrá dos funciones a las 16:30 y 19:30 horas en el Auditorio Nacional (Paseo de la Reforma 50, Bosque de Chapultepec).