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Ver día anteriorJueves 5 de diciembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Acciones gubernamentales y desempeño económico
L

uego de un año al frente de la administración central del país es posible decir que el gobierno de Peña Nieto ha tenido un desempeño desigual: ha logrado concretar reformas de importancia, como la de telecomunicaciones, pero en términos del funcionamiento presupuestal ha sido incapaz de ejercer el gasto público conforme a sus propios planes. Por eso la metáfora usada por Peña Nieto de que si estuviéramos en un maratón apenas iríamos en el kilómetro siete es una buena descripción de la situación actual y, sobre todo, de lo que sigue en el resto del sexenio: contrario a lo dicho por Peña no sólo no es tiempo de festejar, sino que ha quedado claro que ya perdimos la carrera.

La carrera tiene un propósito central: mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población. Frecuentemente se usa como indicador de esto el comportamiento del PIB, pero es evidente que hay indicadores mucho más precisos, que dan cuenta de manera directa de la situación económica, política social de los grandes grupos de la población. El principal es el empleo, seguido por los salarios. La crisis iniciada en 2007 ha tenido como su más grave consecuencia un deterioro profundo de las condiciones de trabajo de millones de personas.

En México, oscurecido por un indicador de desempleo poco descriptivo de las condiciones reales del mercado de trabajo, el avance de la economía informal junto con el indicador de quienes buscan empleo en el sector formal y no lo consiguen, dan cuenta de que para millones de mexicanos este sigue siendo el gran problema. El otro asunto crucial es el de la remuneración, que debiera permitir que los trabajadores estén en condiciones de resolver la manutención familiar en condiciones dignas. Es claro que, desde hace mucho tiempo, los salarios han tenido una evolución desfavorable para los trabajadores.

La evolución del empleo, bandera de campaña varias veces, ha sido peor que el de la economía. Si aceptamos que puede utilizarse el calificativo de mediocre para describir el desempeño económico, habría que usar desastroso para calificar el desempeño del empleo. Las remesas que reciben las familias de nuestros migrantes es un claro indicador de este desastre, ya que si han migrado es porque no pudieron conseguir un empleo adecuadamente remunerado en México. En enero de 1994 se recibieron 767 mil 893 remesas y en octubre de este 2013, el número de remesas envidas por nuestros compatriotas a sus familias ascendió a 6 millones 508 mil 274, lo que implica un crecimiento de 847 por ciento.

Utilizando al salario mínimo como referencia, es posible comprobar que la pérdida de poder adquisitivo tiene un largo recorrido. En los últimos 30 años la capacidad adquisitiva de los salarios mínimos se ha reducido en dos terceras partes. Se trata, por supuesto, de un indicador que aunque remite a un segmento del mercado de trabajo, es relevante ya que sirve como referencia para determinar los incrementos salariales en otros segmentos. De modo que su evolución señala la evolución general de las remuneraciones. En estos ámbitos fundamentales el nuevo gobierno ha operado exactamente igual que sus predecesores panistas y priístas: usando al salario mínimo como ancla de la inflación.

Así que además de su incompetencia para ejercer los recursos destinados a la inversión, ha mantenido la visión convencional de los gobiernos neoliberales priístas y panistas. Visión en la que la evolución salarial es controlada para evitar presiones inflacionarias. En Estados Unidos se discute la propuesta de incrementar el salario mínimo, pasando de 8.25 dólares la hora a 10.10, un incremento de 22 por ciento, ejemplificando que es posible discutir incrementos sustanciales al trabajo como medida para dinamizar la economía y corregir desigualdades extremas. En nuestro caso el gobierno mantiene la misma inercia neoliberal. Por esto es posible decir desde ahora que en una materia fundamental para la población, la laboral, el gobierno peñista llegará al final de los 42 kilómetros con un resultado dramático: el empeoramiento de la calidad de vida de la gran mayoría de los mexicanos.