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Encomian la congruencia del periodista homenajeado en la FIL de Guadalajara

La Jornada es el mejor poema que ha hecho Carlos Payán, dice Gutiérrez Vega

Con su convicción humana y honestidad propicia ese mundo mejor que soñamos: Laura Restrepo

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Carlos Payán y su compañera Laura Restrepo, ayer, en la Universidad de Guadalajara, donde el periodista recibió el doctorado honoris causa de esa instituciónFoto Arturo Campos Cedillo
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De izquierda a derecha, Guillermina Álvarez, Carmen Lira, directora general de La Jornada, Elvira Concheiro, Laura Restrepo e Inna PayánFoto Arturo Campos Cedillo
Enviada
Periódico La Jornada
Jueves 5 de diciembre de 2013, p. 4

Guadalajara, Jal., 4 de diciembre.

El periodista Carlos Payán Velver en la voz de sus amigos. Ese fue el homenaje que recibió la tarde del miércoles en la edición 27 de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.

Ahí estaban Hugo Gutiérrez Vega, director del suplemento cultural La Jornada Semanal, y Laura Restrepo, escritora colombiana con quien el periodista ha compartido 10 años de vida.

Raúl Padilla, presidente de la FIL, fue el primero en hablar ante un público en el que se encontraba la periodista Elena Poniatowska, en primera fila. Otros amigos de Payán se unieron al homenaje desde asientos más lejanos.

Gutiérrez Vega, Premio Nacional de Lingüística y Literatura, definió a Carlos Payán con una frase de Quevedo que dice más o menos a sí: No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la frente, ya tocando la boca, silencio avises o amenaces miedo.

Carlos Payán “no ha callado, aunque lo han amenazado. Ha hablado siempre y ha dicho lo que ha querido. Es para todos los periodistas de este país un ejemplo vivo de honestidad y de amor por la verdad, en un momento en que los medios de comunicación, los electrónicos ni hablar, están en manos de consorcios empresariales y, por tanto, presentan lo más antiguo y putrefacto de este país. Un periódico como La Jornada levanta con dificultad creciente la cabeza, como testigo de su tiempo, con una actividad crítica y búsqueda constante de la verdad.

“Nos inspira en esta tarea el ejemplo de Carlos Payán. Todos conocemos su historia en El Machete, en el unomásuno, en la fundación de La Jornada, un periódico hecho por periodistas que pertenece a periodistas”.

En el periódico, la voluntad se mantiene firme para sostener el pensamiento crítico del país, la única tribuna abierta para el pensamiento de izquierda, dijo el poeta, quien criticó a los medios electrónicos que vomitan ataques contra todo el mundo.

La verdad siempre es sospechosa

De poeta a poeta, porque tanto don Hugo como don Carlos lo son, dijo el primero: “El mejor poema que ha hecho Carlos es La Jornada”, y desde el salón 5 de la expo, envió un mensaje a Andrés Manuel López Obrador: Nos urge que se cure. Los que estén de su lado o no saben que es imprescindible para que este país conserve la cara limpia. Que regrese a encabezar tantas luchas en favor de la justicia y la dignidad.

Laura Restrepo habló de cómo conoció a Carlos Payán, director fundador de La Jornada. Ella tuvo que salir de Colombia, exiliada, junto con un grupo de ex guerrilleros contra quienes habían atentado incluso en los hospitales. Gabriel García Márquez envió un avión con implementos médicos y doctores para sacarlos del país; ahí venía ella, que entonces participaba en la comisión de paz. Debido a una entrevista apócrifa tuvieron que salir de México y viajar a Cuba donde vivieron seis meses, para después regresar a nuestro país.

“Ese es el contexto en el que yo y todo el grupo conocimos a Payán, teníamos una referencia muy fuerte de México y era La Jornada. Cuando la prensa colombiana y del mundo callaba el proceso de paz, La Jornada lo venía siguiendo día a día, contando verdades. Lejos de las razones de Estado, La Jornada reflejaba las razones de los pueblos. Así sentíamos los colombianos”.

Para nosotros, añadió, “llegar a La Jornada, con Payán, Carmen (Lira) era llegar a territorio amigo” y tanto el periodista como su esposa, ya fallecida, Cristina Payán, ayudaron a los exiliados y a quien lo necesitaba.

Eso para darles un contexto de lo que significaba Payán para un mexicano y un latinoamericano: la libertad de expresión, la toma de posición en favor de los perseguidos, y siempre la independencia frente a las razones de Estado.

Dejaron de verse durante 20 años. Nos rencontramos en la presentación de uno de mis libros y desde entonces estoy con él. Payán logra generar, por su convicción humana, por su fuerza y honestidad, un mundo donde las diferencias entre hombres, entre ricos y pobres, quedan abolidas, y se vive ese mundo mejor. Es un generador de ese mundo que soñamos y al que aspiramos llegar todos los días, algún día, de manera colectiva.

El médico Arnoldo Kraus, –moderador de la mesa–, habló de la amistad y dijo: Mientras alguien coja el lápiz y escriba, y otros escuchen o lean, el tiempo se detiene. Carlos Payán es uno de esos amigos que aun cuando no llama, siempre está.

Y Payán, el último en hablar y con el tiempo encima, recordó lo que dijo en la mañana: La verdad siempre es sospechosa.