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El autor nicaragüense presentó Flores oscuras, en la FIL de esa ciudad

Sergio Ramírez lleva el golpe de gracia del cuento a Guadalajara

En el libro publicado por Alfaguara, el escritor explora la soledad, los perdedores y las grandes injusticias en una docena de relatos

Cuando uno habla de literatura, la confusión entre mentira y realidad tiene que ser perfecta de tal manera que el lector no pueda distinguir nada

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Sergio Ramírez, colaborador de La Jornada, en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde dio a conocer su libro más recienteFoto Héctor Jesús Hernández
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 3 de diciembre de 2013, p. 4

Guadalajara, Jal., 2 de diciembre.

Como escritor vuelo con las dos alas: la de la novela y la del cuento, expresa Sergio Ramírez (Masatepe, 1942), quien vino al a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara a presentar su nuevo libro Flores oscuras. Aquí, el autor nicaragüense vuela con el ala del relato.

“Nací para la ficción, han ocurrido otras cosas en mi vida que ahora me parecen ficción, pero yo nací realmente para la ficción. Desde que era niño sabía que quería contar historias.

“Las primeras historias –prosigue el colaborador de La Jornada– las contaba dibujando con tiza en el piso, en el ladrillo de mosaico de la tienda de mi padre, dibujando historias cinéticas y atrás de mí venía la empleada borrando. Era un arte efímero. Fue mi primera manera de contar.

“Siempre he sentido en mí no la vocación (eso es muy débil), sino la necesidad de contarle a otros lo que yo siento que es imprescindible que sepan. Quien no siente eso no puede ser escritor.

Flores oscuras, publicado por Alfaguara, es un libro sobre la soledad, los perdedores y las grandes injusticias. Muchos de los 12 cuentos que lo conforman nacieron de notas leídas en los periódicos, como explicó el autor durante la presentación del libro el domingo por la noche.

“La mayoría de estos cuentos están sacados de los periódicos, muchas de las ideas narrativas están sacadas de los periódicos y es un puente entre la imaginación y la realidad. Yo soy adicto a las notas de prensa, porque me encuentro siempre asuntos extraordinarios, soy adicto a leerme todo el periódico, creo que aun en los anuncios clasificados puede uno encontrar una historia.

“Hay distintas maneras de contar dependiendo de lo que uno esté contando y en este libro hay 12 maneras de contar.

Cada uno de los cuentos tiene su propia manera de aproximarse al tema y esa es una decisión que el escritor tiene que tomar antes de sentarse a escribir; es una decisión trascendental, y hay que responder cómo va a ser la factura de estos cuentos, quién los va a narrar, yo, un tercero o uno de los protagonistas; eso depende de las necesidades que la historia represente y uno está obligado a resolverse las necesidades de la historia que va a contar.

Pasión por la primera vez

Ganador del Premio Alfaguara de Novela 1998, Sergio Ramírez tiene otros dos libros de cuentos (Catalina y Catalina y el reino animal), además de Cuentos completos, que prologó Mario Benedetti (1920-2009).

A la par de esos títulos, ha dividido su oficio de escritor en la novela y el ensayo.

Toca hablar del cuento que siempre, dice, “es un golpe de gracia. Cuando uno sabe cómo lo va a contar, lo puede escribir de una sentada. No pasa lo mismo con una novela.

“Uno puede escribir un cuento en una tarde o en dos días; bueno, el borrador, entre éste y la escritura final hay una distancia enorme hasta que la escritura va puliéndolo todo.

En la novela puede haber una o seis versiones hasta que uno queda satisfecho; pero en el cuento la decisión inicial es la que vale, si uno se equivocó en eso, ya lo echó todo a perder y ya no tiene compostura. Sólo queda borrar todo lo escrito y comenzar de nuevo.

En Flores oscuras se encuentra el deseo de Sergio Ramírez por contar las primeras veces. Como en el cuento Adán y Eva, donde un juez quiere dejarse corromper por primera vez.

Una de mis grandes pasiones en la literatura, la primera vez en cada situación de la vida, el primer amor o cómo alguien se hace ladrón, corrupto, cómo es esa primera vez. Sería fácil decir este era malo desde que nació, pero por ejemplo un corrupto tiene un trabajo por dentro de convencerse a sí mismo. Quería contar una historia de la corrupción creciente en mi país, en Centroamérica, en América Latina.

Cuentos como La puerta falsa, Las alas de la gloria o Abbot y Costello, se basan en notas de prensa. En algunas hace ficción de estas historias, pero narrándolas con un estilo periodístico: Sin acercarme demasiado para no quemarme los dedos. Tomar la distancia y con la objetividad que un narrador de prensa narra unos hechos sin opinar, sin meterse con ellos, porque en cuanto yo opine lo arruino y dejar la frialdad de los hechos que hablen por sí mismos. Pero es una pieza literaria, habrá mentiras. Cuando uno habla de literatura, la confusión entre mentira y realidad tiene que ser perfecta de tal manera que el lector no pueda distinguir nada.

En estos cuentos la realidad se introduce en el territorio de la imaginación. Siento que el deber del escritor al hacer esa soldadura, es pulir lo suficiente para que la superficie quede tersa y no se note esa unión.