Guadalajara, Jal., 29 de noviembre.

En La Barca, un municipio de la región Ciénega de Jalisco junto al lago de Chapala, el miedo, la desconfianza y la angustia caracterizan a sus más de 65 mil habitantes.

El 5 de noviembre pasado una camioneta calcinada destapó la caja de Pandora. Dos días antes habían desaparecido policías ministeriales; el vehículo quemado era de ellos.

Dos días después, las autoridades detuvieron en Vista Hermosa, Michoacán, a unos cuantos kilómetros de La Barca, a 25 personas –22 eran policías municipales– cuyas declaraciones llevaron a las fosas y éstas al descubrimiento de de 65 cadáveres.

La de la Barca se convirtió ya en una de las fosas clandestinas del país donde se han encontrado más restos humanos. De la de San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010, las autoridades sacaron 210 cadáveres y 65 en la de San Julián, Veracruz (2011-2012).

Sin embargo, en Durango, del 11 de abril de 2011 al 17 de julio de 2012, se encontraron 361 cadáveres en excavaciones de la entidad, la mayoría en la capital del estado. Sólo 86 cuerpos fueron identificados.

“Pues ahorita está tranquilo porque hay mucho ‘gobierno’ (policías en la zona). Rumbo a Michoacán sí los dejan tirados en las brechas. Aquí, como desde las 10 y media ya nadie sale, ya nomás se ve gente pisteando, loqueando”, son algunos comentarios de hombres en un establecimiento próximo a un predio al costado de la carretera que conduce La Barca a Briseñas, en Michoacán.

A lo lejos se observa a los agentes federales, los pastor alemán husmeando, las patrullas. Los automovilistas pasan y señalan.

En la plaza principal del municipio, un hombre que le saca brillo a sus zapatos señala los diarios locales. Pocos informan sobre los cuerpos, dice. Antorcha prefiere dar a conocer los 15 años de una adolescente que el hallazgo de los cadáveres.

Yo no sé cómo va a resolver el gobierno esto, pero te digo una cosa: si Peña Nieto no puede, debe pedir ayuda a Estados Unidos, dice un anciano en un restaurante.

El presidente municipal, el panista Eduardo Espinoza Salazar, parece que tiene muchos pendientes en la capital de Jalisco. Desde el miércoles, varios medios lo han buscado en la presidencia. Se acaba de ir hace cinco minutos a Guadalajara, dice su secretaria.

Pese a que familiares de desaparecidos llegan a Guadalajara a buscar en la morgue del Servicio Médico Forense el cuerpo de sus parientes, lo único que han encontrado es silencio oficial y la derivación hacia la Procuraduría General de la República (PGR), que es la que se ha hecho cargo de los cadáveres encontrados.

Cuando la lista iba en 55 exhumaciones, el titular de la Fiscalía General de Jalisco, Luis Carlos Nájera, por fin habló sobre el tema a mitad de semana.

La fiscalía está trabajando y ya estamos tras la pista de la gente que sabemos es responsable de estos homicidios, declaró, sin dar más detalles.

Agregó que la PGR analiza el ADN de cada cuerpo hallados y será la que dé a conocer los resultados de los estudios.

Nájera rechazó que la fosa clandestina de Jalisco pueda rebasar a otras que se han encontrado con mayor número de cadáveres en otras entidades.

A escala nacional, por desgracia, hay fosas que se han encontrado con cientos de cuerpos. Esto no es una competencia sana, lo que tenemos que hacer es buscar a la gente que está causando daños y perjuicios a la sociedad, agregó.

Es la declaración más larga de las autoridades locales sobre el tema, pues hace una semana el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz sólo lamentó que las víctimas fueran gente secuestrada por células criminales en Michoacán y luego de su ejecución sus cadáveres enterrados en territorio de Jalisco.

En esa ocasión, Sandoval afirmó que para evitar que criminales michoacanos se refugien en Jalisco, se redobló la vigilancia en la región limítrofe.